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Alvaro Frías
Martes, 5 de abril 2016, 00:29
A la hora de dialogar
Importancia: Valore seriamente el problema. Dele importancia y no desafíe a la persona a hacerlo.
Tratamiento: Hable de forma directa y clara sobre las ideas suicidas. Facilita la expresión emocional. Y, al contrario de lo que la mayoría piensa, no genera la idea suicida, la persona ya la tiene.
Escuchar: Practique la escucha activa y permita que la persona se exprese. Emplee frases amables durante la conversación.
Juzgar: No juzgue estos sentimientos, ni si el suicidio es algo correcto o incorrecto moralmente. Evite sermones morales o enfrentamientos directos.
Interés: Demuestre interés y disponibilidad. No se muestre muy asustado para evitar el distanciamiento con la persona.
Soluciones: Trate de explicar alternativas a los problemas sin caer en los tópicos.
Razones: Busque, junto a la persona, razones para vivir: un hijo/a, un familiar dependiente, un reto por alcanzar o un sueño.
Ayuda: Acuda a un profesional:
psiquiatra, psicólogo a través de un centro de salud o plan privado si así lo prefiere. Una posibilidad es contactar con el programa Alienta, en el que recibirá asesoramiento de profesionales.
Con riesgo inminente
Acercamiento físico: Tiene que llevarse a cabo de una forma progresiva (muy poco a poco).
Diálogo: Se deben utilizar frases cortas y tolerar los silencios.
Conexión: Hay que empezar con preguntas generales y seguir hacia los temas específicos.
Charla: Durante la conversación se debe emplear la palabra suicidio con normalidad, sin que la persona afectada perciba connotaciones negativas.
Apoyo: Se deben generar ambivalencias o dudas sobre la idea suicida (no sobre el problema). Por ejemplo, transmitir ventajas de continuar viviendo.
Solución: Transmitir que el suicidio es una solución permanente a un problema temporal (aunque si es el caso, que se reconozca su permanencia en el tiempo).
Plan de seguridad
Contactos: Tener disponibles teléfonos de ayuda: 061 y 112 para emergencias y el 952 261500 (Teléfono de la Esperanza) para asesoramiento psicológico telefónico.
Situación: Limitar el acceso a medios lesivos como cuartos con ventanas, cuchillos, objetos punzantes, medicamentos, cuerdas u objetos similares.
Acompañamiento: No le deje solo si ve que tiene un riesgo alto.
Involucre a familiares y amigos.
Persona afectada
Exteriorizar: Entre las mejores soluciones se encuentra la de hablar con alguien. Puede ser un familiar o un amigo, aunque se recomienda que se haga con un especialista. Por ejemplo, se da la opción de contactar con el Teléfono de la Esperanza.
Salud: Se recomienda visitar al médico. Si es una situación en la que la persona piensa que no puede aguantar, se recomienda ir a urgencias o llamar al 061.
Superación: Desde el programa se transmite la idea de que los problemas, que en unas ocasiones duran más y en otras menos, pueden superarse.
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