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Ignacio Lillo
Domingo, 11 de octubre 2015, 01:10
La reivindicación para que se abra ya, de manera indefinida, la segunda pista del aeropuerto, sigue ganando adhesiones. Los últimos en adherirse a la iniciativa, que lideran los controladores aéreos y que ya cuenta con el apoyo de los sindicatos, del pleno del Ayuntamiento y de partidos como el PSOE e IU, han sido los pilotos.
Agustín Guzmán, jefe adjunto de la Vocalía Técnica y de Seguridad de Vuelo del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), ha defendido estos días la necesidad de poner en servicio esta infraestructura. «Desde el punto de vista de la seguridad, es mejor tener las dos pistas, sobre todo si el flujo de tráfico es muy alto», explica este experto.
En este sentido, Guzmán pone de relieve que el estudio de la Comisión de Estudio y Análisis de Notificaciones de Incidentes (Ceanita) califica lo ocurrido entre dos aeronaves, que estaban aterrizando y despegando casi a la vez y que se quedaron muy cerca (aunque sin tocarse) con un nivel B, lo que supone una gravedad alta. «Ha habido una situación en la que era recomendable tener las dos pistas abiertas para aumentar la seguridad, y eso es lo que dice el informe».
El delegado técnico de Sepla introduce otro elemento, como es la oportunidad que se abre con la segunda pista de reducir la presión operativa a la tripulación, ya que las esperas en el aire provocan estrés, un mayor gasto de combustible y retrasos para los viajeros. Guzmán invita a las principales compañías aéreas que operan en Málaga a que se manifiesten abiertamente sobre la necesidad de activar el segundo campo de vuelos. «Como piloto, prefiero tener dos pistas, si tengo esa oportunidad, porque aumenta el umbral de seguridad».
Quejas de las aerolíneas
Aunque las compañías aéreas consultadas no quisieron mostrar su posición abiertamente, tanto los pilotos como los controladores refieren quejas de los ejecutivos por los elevados gastos de combustible y la pérdida de capacidad operativa que suponen las esperas innecesarias para aterrizar, y que en ocasiones alcanzan los 45 minutos (a razón de 100 euros por minuto). Además de soportar las quejas de los clientes por los retrasos. Frente a esto, esgrimen que las tasas aeroportuarias que abonan deberían servir para mejorar el servicio. «Tenemos una infraestructura magnífica para aumentar las operaciones y su seguridad y no se usa, es como tener un Rolls-Royce y no tener para echarle gasolina. No tiene sentido construir una pista y no tener recursos para tenerla operativa el mayor tiempo posible», ilustra el representante de Sepla.
La ampliación del campo de vuelos, operativa desde 2012, ha permitido que en los momentos de mayor demanda se puedan gestionar un máximo de 65 aterrizajes y despegues cada hora (con la primera pista son 37).
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