

Secciones
Servicios
Destacamos
JOSÉ VICENTE ASTORGA
Domingo, 2 de agosto 2015, 00:17
Hijo único de Pascual Toledo, profesor de Filosofía, y de Guadalupe Fernández Ariza, catedrática de Literatura, su paternidad científica es cosa de EE.UU., donde investiga desde hace 22 años. La universidad española no le atraía y Severo Ochoa, de visita en el Gaona cuando el 50º aniversario, fue la llave que él mismo se buscó para abrirse puertas. Su denso currículum mira a la medicina hiperespecializada y al mundo desde el gran angular de una pulsión renacentista. El diagnóstico de enfermedades raras, sobre todo infantiles -el caso de una niña le valió a la Universidad de Texas la donación familiar para una cátedra vitalicia o el uso libre de patentes creadas por él para tratamientos están en su día a día laboral. Criado en Pedregalejo, lo más parecido hoy al cuartel de los Galanes es la sombra alargada del FBI. Cosas de tener a Georges W. Bush como vecino unas calles más arriba.
Formación y docencia. Doctor en fisiología molecular y biofísica por el Baylor College of Medicine de Houston y especialista en Neurología y en Neurología Infantil por la Universidad de Columbia y el Instituto Neurológico de Nueva York. Es profesor de Neurología, Fisiología y Pediatría, especialista en neurología infantil.
Investigación. Director de la sección de enfermedades raras de la U T Southwestern Medical Center, complejo con 3.500 camas y donde está al frente de cuatro grupos en biofísica y biología molecular del sistema nervioso.
Ámbito científico y cultural. Editor asociado de la revista Neuroscience Letters y miembro experto de la Alzheimers Association, forma parte de la Academia Norteamericana de laLengua Española y de la Academia de Bellas Artes de San Telmo.
Hijo único, padres catedráticos. ¿Se apuntará al determinismo ambiental en su biografía?
Sabe que sí. Condiciona mucho pero no sé cuánto en los genes y cuánto en las vivencias. Facilita el desarrollo de una capacidad en potencia. De pequeño tuve la tendencia al mundo de la ciencia, de la lectura y la filosofía, pero sin condiciones en la familia...y luego pude orientarla a una forma de vida, no se quedó en pasatiempo.
¿Sin una motivación laboral directa a la hora de elegir Medicina?
Profesionalmente hago unas cosas, pero las compagino con otras: literatura, medicina, ciencia, filosofía... Desde fuera son cosas diferentes, pero desde mi punto de vista es todo lo mismo. Lo veo como una unidad. Sabía que quería investigar sobre el sistema nervioso, enfermedades neurológicas, pero huyo mucho de la hiperespecialización. En nuestro laboratorio hemos abordado todos los aspectos de la neurobiología y neurología: psquiátrico, molecular, cómo enferma neurológicamente una persona... Los martes nos reunimos y cada uno hace una puesta al día. Todo el mundo aporta. Es muy abierto.
Vive en cierta forma a la contra en un mundo tan especializado.
A contracorriente. Y es triste. Alguien puede pasar la vida completa centrado en algo muy pequeño y no enterarse de qué es el resto del mundo. El valor de la educación no es solo especializarse para una salida profesional, que es a lo que tiende la universidad en España. La misión debería formar a la persona para saber y hacer el bien. Esa debe ser la misión de la universidad, no sólo crear obreros sino enriquecer a la persona, y eso no lo oigo.
Trabajar en la Universidad de Texas, con varios premios nobel en el claustro, debe ser un privilegio.
Es la primera del mundo por el impacto de sus publicaciones medidas por referencias y la cuarta o quinta en productividad, financiación y tamaño. Son 16 campus en 16 ciudades de un Estado mayor que España. Estoy en Dallas, en el centro médico más grande, en neurología infantil, el núcleo también más grande.
¿Qué responsabilidad tiene?
Llevo la dirección del programa de enfermedades raras. En el aspecto clínico supondrá un 30 por ciento de mi dedicación, aparte de la investigación al frente de un laboratorio sobre genética del sistema nervioso y de las enfermedades neurológicas. Hay diversas líneas de trabajo junto a personas muy formadas.
¿Cómo se financia la investigación que hacen?
La Universidad es pública y cubre mi salario y algún otro, pero el resto, un millón de dólares al año aproximadamente, tengo que generarlo yo, conseguirlo con proyectos de investigación que se envían a agencias públicas y la competencia es extremadamente dura. Hoy por hoy sólo se financia el 7 por ciento de proyectos que ya están aprobados.
¿Cómo convence a las agencias?
Yo soy también evaluador. Es una tarea siempre confidencial, pero el proceso es de convencimiento. Explicar el porqué de lo que se va a hacer de manera que lo entienda cualquier persona. Los permisos tienen que estar muy justificados y evitar lo que allí se llama la apariencia de un conflicto de intereses.
También están las donaciones privadas. En su caso, incluso de una cátedra vitalicia.
Sí. Fue un caso de una familia acaudalada y en agradecimiento por diagnosticar por una enfermedad poco frecuente a su pequeña. Ese sistema está muy extendido . En la Universidad de Texas, las donaciones van de los cinco dólares a medio millón.
¿Cómo fue lo de abordar a Severo Ochoa en Málaga? Tenía claro que quería irse de España
Tuve el valor de escribirle una carta en la que le comentaba mis inquietudes. Yo era muy joven, no tenía perjuicios. Estaba abierto a todas las posibilidades. Le pedí consejo y gracias a él me interesé en la investigación. La parte clínica vino después. En el Baylor College of Medicin o en Houston, después en la Universidad de Columbia. Me quedé 11 años. Severo Ochoa me abrió la puerta. Siempre rehuyo la superespecialización.
¿Le incomoda que se divulgue sobre el conocimiento del cerebro sin demasiado conocimiento?
Es algo en niveles abusivos. Hay explicaciones que no explican y no es mi papel resolver los entuertos de la repercusión de difundir falsas expectativas para personas enfermas. Tendría que haber más responsabilidad porque también se influye en las estrategias de investigación de los gobiernos. Hay que canalizar expectativas de forma realista.
¿Por qué las enfermedades raras?
Son experimentos que hace la naturaleza. Todas están producidas por mutaciones de un sólo gen y a veces se compensan solas, pero me interesan esas aberraciones extremas del sistema biológico que nos pueden enseñar mucho de cómo funciona.
Una aportación suya en forma de patente ha sido un nutriente al cerebro, no un medicamento.
Eso es. Tres casos diagnosticados están siendo tratados así. Estos pacientes sufrían más de 200 crisis epilépticas al día. Era una enfermedad que no tenía el diagnóstico correcto y sin tratamiento por tanto. No hay muchos centros como el nuestro que tengan el componente de investigación y de laboratorio con ensayos clínicos.
¿Por qué se centró en niños?
Tienen más potencial y menos voz.
¿Son más libros abiertos que los adultos para un científico?
Tienen más potencial, menos enfermedades autoinducidas. Los cambios biológicos en un niño son fascinantes, son como varios organismos hasta la madurez.
¿Qué es un niño?
Es un ser que se renueva cada cierto tiempo. Me interesa ese problema, también filosóficamente.
¿Han estudiado cómo influyen las tecnologías audiovisuales en el aprendizaje de ls menores?
Estamos más interesados en estudiar ese tipo de tecnologías para afrontar capacidades que faltan o defectuosas. Nos interesa obtener la información nerviosa y utilizarla para suplir carencias. No estamos por aumentar capacidades normales del ser humano normal, todavía.
¿Hay muchos falsos positivos en enfermedades raras?
Ocurre mucho porque no hay una enciclopedia que te las marque. Cada persona enferma de forma diferente. Conocemos poco de la biología humana. Todas las enfermedades se tratan pero no todas se curan: la hipertensión, diabetes, el cáncer. Las variantes creo que pueden ser irrepetibles. En el organismo hay 23.000 genes y muchos de ellos afectan en cómo se manifiesta la enfermedad. Nunca he visto una enfermedad, por rara que sea sea, que se adecuara al libro de texto. Quien sale perdiendo es el libro de texto.
¿Hay base neurológica relacionada con la homosexualidad?
Hombres y mujeres somos radicalmente diferentes. Algo grande, gris, con rabo y colmillo no hay por qué pensar que sea otra cosa que un elefante, pero como decía Aristóteles lo primero es observar y describir, luego ver la función. Separarse de lo obvio no conduce a nada. Si hay homosexualidad, puede haber diferencias en el cerebro, como las hay en una persona dedicada de por vida al trabajo intelectual o al deporte. Hay entrenamiento y capacidades que se aprenden. Cuando sea correcto hablar de estas cosas nos reiremos de lo primitivos que éramos. Algún día se descubrirá la base orgánica de esas diferencias. La ciencia no está madura y especular me parece mal. Es mejor suspender el juicio y no prejuzgar, como decía Kant.
¿Qué futuro hay para envejecer cerebralmente con calidad?
No hay ahora más casos proporcionalmente de enfermedades degenerativas, sino que con la esperanza de vida de 86 años en mujeres y 83, edades en que empiezan esos problemas, hace que haya más casos.
¿Es un reto para usted?
Me interesan mucho las enfermedades degenerativas del sistema nervioso, sean demencias, musculares, nervios periféricos, médula espinal. Hay muchas esperanzas en que se pueda alterar ese proceso degenerativo y que haya procesos comunes en niños y ancianos.
Durante mucho tiempo se creyó que las neuronas no se regeneraban.
Es cierto, pero se sabe que hay neurogénesis desde 1995. Lo que no se sabe es si es beneficioso o es detrimental. Neuronas nuevas en un cerebro ya formado puede ser algo perjudicial. Hay que tener mucho cuidado en esa línea. Es como intervenir en el cuadro eléctrico de un vecino, hacer puentes sin saber qué se hace. Primero hay que conocer los circuitos. En los próximos veinte años es algo que no veo.
Recientemente se ha hecho trasplante de cráneo. ¿Tiene algún sentido plantear el de cerebro?
No se puede hacer porque restablecer la unión de la médula espinal teóricamente es imposible. Sería sólo meter un cerebro en otra persona, pero el cambio no pasaría del cuello. Sería una persona inmóvil. Se podría tener un cerebro de otro, pero y si resulta que no es un órgano autónomo y sí no es más que una especialización del resto del cuerpo, es decir que pensamiento, memoria, inteligencia no están almacenados sino distribuido por el resto del cuerpo. Nos podemos llevar la sorpresa de que el órgano sobreviva en otro cuerpo, pero no sirve para nada, es como si implantamos un músculo en un hígado. Podría sobrevivir, pero sin utilidad. Ese cerebro sería otra cosa.
¿Dónde está la base somática de lo vivido?
No se conoce. Todos los neurólogos dirían que eso que es la memoria se almacena en ciertas zonas del cerebro, pero es un error conceptual muy grande. La memoria no funciona almacenando. Es la capacidad de hacer algo de manera que resulté fácil rememorar algo ya hecho. ¿Y si para tener nemoria hace falta el cuerpo entero, el cuerpo más esto que tenemos arriba? Si trasplantas sólo una prolongación...Yo empezaría haciéndolo con animales de experimentación. Cuando uno se emociona, no la siente en la cabeza. ¿Qué pasa si eso falta?
Usted ha criticado que el exceso de información nos lleva a una especie de ignorancia programada.
Creo que hay un mercantilismo completo de la vida, desde los aspectos más simples. Siempre el dinero, y me parece que lo que hoy se llama autonomía y creatividad es completamente una falacia. El éxito que hoy se admira es el del gran diseñador tecnológico, el gran referente es la persona que diseña determinado tipo de ordenadores o teléfonos móviles y vende más que nadie. Son falsos profetas que no te aportan nada más que su producto. Nada para tu enriquecimiento como persona. Se tiene acceso a la información pero sin capacidad de juicio y eso no viene de buscar más información en Internet sino de un proceso de aprendizaje, de errores y aciertos, algo que está relegado, prácticamente ausente. No se valora ese proceso de aprendizaje. En las universidades se facilitan grandes cantidades de información, pero no el juicio para que yo sea una persona que entienda el mundo en el que vive. Eso no existe, se ha quedado atrás. Es la especialización: carreras con más salida laboral, bancos que doblegan a la universidad para que formen a técnicos a la medida de su negocio, me parece una catástrofe. Las materias humanistas desaparecen porque teóricamente no tienen valor de mercado.
Ese análisis lo hace desde una biografía privilegiada, casi elitista
En el fondo uno tiene que buscarse su formación. Cuando cierran las tiendas y la luz se apaga en las calles uno está solo. Siempre fue así. El sistema educativo no hace maravillas. Tiene que haber una dedicación y un compromiso de la persona. Hay decisiones que tomo y no sé qué va a ocurrir.
Le exagero: un norteamericano se cae en la calle y lo primero que hace es buscar el protocolo para esas situaciones. El español mira a ver si lo han visto
-(Ja,ja, ja.) Hay un sentido latino del pudor. Al español le cuesta ponerse a hablar en público. En Estados Unidos es todo lo contrario.
¿Qué le chocó más al llegar?
Cada uno tiene que presentarse, decir qué busca y todo el mundo lo dice sin vergüenza. Nadie me preguntó si iba por mucho o por poco tiempo. El país no pertenece a nadie. Ellos no te dicen: soy de Montana, sino soy una cuarta parte alemán, mitad irlandés y así. Esas son sus raíces.
¿Cuál es bondad del sistema universitario en EE UU?
No busca igualar por arriba ni por abajo, que es lo que se hace aquí muchas veces. Se trata de llegar a lo máximo y a quien no lo consigue se le dan las herramientas para que llegue hasta donde pueda, con lo cual cada uno termina en un escalón diferente y no pasa nada. Como la única forma de igualar es por lo bajo, se mata la creatividad y la diferencia, que fue un poco lo que me pasó a mi en la Facultad de Medicina. El sistema está para diferenciar, como están las oposiciones. No todo el mundo puede ser policía o bombero ni todo el mundo cirujano. La sociedad desiguala y el sistema educativo hace lo mismo. Es muy difícil para un universitario en España tener inquietudes diferentes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los libros vuelven a la Biblioteca Municipal de Santander
El Diario Montañés
La juzgan por lucrarse de otra marca y vender cocinas de peor calidad
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.