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José Manuel Alday
Lunes, 15 de junio 2015, 00:39
Juan Ayala y Mar son dos viajeros malagueños que dejaron atrás los miedos para hacer realidad su sueño de viajar sin fechas por el mundo. En dos años de viaje ininterrumpido han dado la vuelta al mundo hacia el este, han renovado energías y tras disfrutar de su familia y amigos unas semanas en Málaga ya están de nuevo en ruta, ahora hacia el oeste. Juan es celiaco, el primero que da la vuelta al mundo. Sus experiencias por lugares remotos donde ni siquiera es fácil comunicarse, han despertado el interés de las asociaciones y el colectivo de celiacos, tan limitados, hasta ahora, por tener que seguir una dieta libre de gluten. Viajan a modo low cost. "Nuestra filosofía es clara en ese sentido: para qué gastar más de lo necesario, si se puede vivir viajando con muy poco dinero. Es tan simple como renunciar a ciertas comodidades cuando estamos en ruta. De ese modo, si hacemos números nos resulta más caro vivir en Málaga que viajar con bajo presupuesto", dicen. "Llevábamos trabajando varios años en Málaga, desde antes de terminar la universidad. Así ahorramos para empezar el viaje y ahora trabajamos por Internet escribiendo en varios medios nacionales. Hay que tener en cuenta que el coste de vida es bajo en Asia y Sudamérica y que siempre hay formas de alojarse y comer barato en los países que no lo son tanto, como voluntarios o con social travel".
Pero, ¿qué fue lo que movió a esta pareja a emprender esta aventura?. Desde la distancia, pues tras viajar a Perú ahora siguen la ruta hacia el sur y piensan recorrer Chile y Argentina en los próximos 6 meses, Juan explica que hay mucho detrás de la decisión de iniciar esta aventura. "Nos podían las ganas de conocer el mundo, ir más allá de lo que cada día veíamos y queríamos cambiar por un tiempo indeterminado la vida que la mayoría consideran "normal". Habíamos hecho viajes cortos por Europa e incluso cruzamos una vez el charco, pero dos semanas era lo máximo que daban de sí las vacaciones. Sin embargo, en el poco tiempo libre que teníamos allá por 2012, nuestra imaginación ya viajaba sin límites por lugares muy alejados de Málaga, inspirados por relatos de vueltas al mundo que hacían crecer nuestras ganas de dar el gran salto". "Ahora parece claro que entonces todo apuntaba a lo que finalmente sucedió", asegura. "En nuestras manos caían guías de viajes, libros de grandes viajeros con varias vueltas al mundo en su haber, mapas de todo tipo". Hasta el último jefe de Juan le regaló uno de esos libros con las maravillas que todo viajero debería visitar. "Si es lo que de verdad queríamos, ¿por qué no intentarlo?", afirma rotundo desde la distancia. Un argumento que refuerza con esta reflexión: "Como a todos, la rutina marcaba cada minuto del día. Es fácil sentarse un domingo por la tarde a pensar sobre lo que de verdad quieres hacer en los próximos meses, pero pronto llega el lunes por la mañana y poco después, otro domingo más. Lo complicado fue tomar la decisión final: en los primeros días de 2013 encontramos en Internet un billete a Singapur a buen precio y, apartando los pensamientos que otras veces nos habían frenado, lo compramos".
Y realmente fue dicho y hecho y se lanzaron a conocer mundo, porque han estado en más de 40 países y en 656 días han recorrido unos 112.000 kilómetros, lo que supondría casi 3 vueltas al globo por el Ecuador. "Comenzamos por Asia, donde estuvimos diez meses. Luego fuimos a Australia y Nueva Zelanda, durante cinco meses. Cruzamos el Pacífico haciendo escala en Hawaii y así llegamos a Colombia. Luego hemos atravesado países de Sudamérica hacia el sur durante otros siete meses. La ruta completa está con todo detalle en nuestra web, hiworld.es".
Recorrer el mundo siendo celiaco es sin duda una dificultad añadida a su valiente empresa. " Es una de las tareas diarias que tenemos que solucionar. Como cualquier otro viajero, cada día planificamos qué ver, a qué ciudad iremos después y dónde dormiremos, pero además, también tenemos que encontrar alguna solución para que me pueda alimentar sin comer gluten". Justamente ese modo de ver la dieta de un celiaco, como una renuncia a los productos prefabricados y la opción obligada de buscar alimentos naturales y combinaciones de alimentos para sobrevivir, ha despertado el interés de las asociaciones y el colectivo de celiacos. "Hasta ahora, los pocos celiacos que se atrevían a salir de su país lo hacían con miedo y reduciendo sus posibilidades de viaje a destinos donde encontraran un hotel que asegurara comida sin gluten. En cambio, nosotros viajamos a cualquier lugar teniendo claro dónde está el gluten, evitándolo y pensando que alimentarse se reduce a ingerir proteínas, grasas e hidratos. Y eso hay en todo el mundo".
Problemas de alimentación en Asia
Las situaciones más complicadas en lo relativo a la dieta sin gluten la encontró en Asia. "En Laos, Myanmar o Camboya, cada comida era una odisea. Tener que pedir algo cocinado de forma diferente a quién lleva años haciéndolo del mismo modo y donde no hablan nada de inglés era realmente difícil. Frecuentemente terminaba entrando en la cocina señalando lo que podía y lo que no podía comer". Su experiencia está sirviendo de ayuda a otros celiacos y este joven aventurero malagueño se encarga de ello en el portal que ha creado unceliacoporelmundo.com.
Juan se refiere también a otras dificultades en su viaje, "como el dengue y otras enfermedades que hemos sufrido con servicios sanitarios muy básicos; hemos tenido varios accidentes de tráfico y casi naufragamos en una isla de Camboya. De todas formas, cualquier mala experiencia se olvida y se vuelve insignificante dentro de todo lo bueno vivido en el viaje".
En su periplo, esta pareja ha tenido la oportunidad de encontrarse con otros españoles. "Hemos conocido muchos españoles, pero andaluces muy pocos. Y que lleven viajando tanto tiempo, solo unos cuantos. Eso sí, el destino hizo que conociéramos y compartiésemos unos días buenísimos con otra pareja de malagueños. Nosotros bajábamos por Sudamérica, ellos subían y nos cruzamos en una ciudad de Ecuador. Chema y Laura también están dando la vuelta al mundo, si nosotros lo hacemos sin gluten, ellos lo hacen con una pasión muy malagueña: los verdiales. De hecho su idea inicial era dar la vuelta al mundo con su panda".
Su itinerario ahora es recorrer Argentina y Chile hasta llegar a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. "Luego volveremos hacia el norte donde nos hemos dejado pendiente Brasil, las Guayanas, y toda Centroamérica. No sabemos cuánto más estaremos de viaje, pero si nos va igual de bien que en la primera vuelta al mundo, para qué fijar una fecha de regreso", señala.
Y es que esta pareja lo tiene realmente claro. "Al estar inmersos cada día en cientos de actividades no queda tiempo para decidir en qué queremos emplear nuestro futuro. Si pensamos que solamente hay una vida por delante y que pasa muy deprisa, ¿merece la pena gastar el tiempo en lo que no nos motiva, dejando de lado los sueños y las aficiones? ¿Es positivo vivir contando los días que quedan para que llegue el viernes?".
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