Los centros comerciales guardan con celo sus precios para no dar pistas a la competencia

Preguntar por el precio del metro cuadrado de un local disponible en un centro comercial no es una pregunta cómoda para sus responsables, que guardan con gran secretismo sus precios. Los principales responsables de recintos de la capital se escudan en que las cantidades varían mucho en función de las dimensiones del local; aunque también tiene mucho que ver con no desvelar datos a su competidores más directos.

Ignacio Domínguez, gerente de Málaga Plaza, afirma que los precios suelen ser superiores a los que se pagan en cualquier vía de la ciudad, ya que ellos ofrecen servicios añadidos de vigilancia, seguridad o limpieza que no hay en las calles comerciales. «No son cerrados, porque no se puede cobrar lo mismo por un local pequeño que por otro grande», argumenta. Lo que sí sostiene es que en ningún caso se fijan en los precios que hay en las calles aledañas a sus recintos. «Son una competencia distinta, cada uno tenemos nuestras propias armas», resume.

Este secretismo llega incluso a contagiar a los inquilinos de los locales, tanto del Centro como de las superficies comerciales, que prefieren no hablar del dinero que pagan por abrir sus puertas todos los días. «Yo de esos datos no hablo porque son temas privados», es la respuesta más recurrente que dan los empresarios. Desgraciadamente sólo se atreven a darlos cuando hay un problema o se trata de denunciar algún exceso.