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ROSSEL APARICIO
Martes, 3 de marzo 2015, 10:58
A un lado la Alcazaba compite con el castillo de Gibralfaro y, al otro lado, se intuye el Palacio de Buenavista que acoge al Museo Picasso. En la misma panorámica también se puede recorrer la calle Alcazabilla hasta llegar al Palacio de la Aduana, a lo lejos. Son las privilegiadas vistas que atesora la última terraza-coctelería abierta en pleno corazón de Málaga. Situada entre la cuarta y quinta planta del edificio número 12 de calle Alcazabilla, justo al lado del teatro Albéniz, esta nueva azotea es solo la guinda del pastel de una innovadora propuesta de negocio impulsado por empresarios malagueños y que supone el primer establecimiento hotelero de esta céntrica vía: El Alcazaba Premium Hostel. La iniciativa, basada en el concepto de albergue turístico aliñado «con toques de diseño y calidad», también incluye un restaurante, Batik, de cocina malagueña y fusión internacional.
Las tres nuevas propuestas -alojamiento a bajo coste, restauración y terraza 'chill out'- se encuentran en el mismo edificio, uno construido en 1920 por el promotor y fundador de la Agrupación de Cofradías Antonio Baena Gómez, que ha sido expresamente rehabilitado para albergar esta aventura empresarial en la que se han embarcado tres jóvenes, dos de ellos malagueños: Juan García, que alcanzó el título de 'Míster Mundo' en 2007, y el jugador de baloncesto Carlos Cabezas. El tercer socio es el madrileño José Manuel Montalvo, que obtuvo el título de 'Míster España' en 2008. «Hemos apostado por el alojamiento tipo 'hostel' porque vimos que estaba en auge en otros países. Nuestra idea era proponer precios 'low cost' a los viajeros pero ofreciendo al mismo tiempo habitaciones y un servicio de primera calidad», explica Juan García. «Tanto el restaurante como la terraza o las habitaciones están decoradas con mucho mimo, cuidando los detalles porque queríamos hacer un proyecto diferente», explica el deportista Cabezas desde Murcia.
Quitapenas
Y aquí no acaban las novedades de la calle Alcazabilla. En el bajo del mismo inmueble rehabilitado también se encuentra una franquicia de Bodegas Quitapenas que completa la nueva oferta de la popular vía. Quitapenas Alcazabilla se inauguró el pasado jueves 19, aunque no como taberna tradicional si no como restaurante con una «carta más abierta y elaborada», en palabras de José Suárez Onrubia, uno de los propietarios de la histórica empresa malagueña. Además de pescaíto frito sirven marisco, pescado grande, carne o paella en el establecimiento que, por el momento, ha generado cuatro puestos de trabajo que se amplían los fines de semana. Con este local ya son siete asociados a la firma malagueña tres de ellos vinculados al modelo de franquicia.
Trabajadores y habitaciones
La iniciativa del Alcazaba Premium Hostel comenzó a gestarse hace ya tres años. Una vez elegido el edificio y tras un año y medio de obras abrieron al público el pasado 28 de enero. Cuentan con 19 trabajadores aunque prevén alcanzar 30 empleados y entre sus objetivos se encuentra acoger todo tipo de celebraciones y eventos de hasta 60 ó 80 personas. «Estamos muy ilusionados con el recibimiento y las sensaciones que percibimos de nuestros primeros clientes», agrega el deportista.
Las 24 habitaciones del hostel están distribuidas en tres plantas y pueden acoger a dos, cuatro, seis y hasta ocho personas (140 plazas en total). «Tenemos habitaciones para parejas, familias o grupos de amigos», indica Juan García. Incluso ofrecen habitaciones múltiples exclusivamente para mujeres. Todas son exteriores, muy luminosas -con vistas a calle Alcazabilla, a la Alcazaba o al castillo de Gibralfaro- y cuentan con conexión wifi, televisión (no en todas las habitaciones) calefacción, aire acondicionado y baño privado. También disponen de habitaciones adaptadas para clientes con movilidad reducida. Los precios oscilan entre los 17 y los 25 euros en las habitaciones compartidas. Las dobles cuestan entre 60 y 80 euros según la temporada.
Cocina fusión
Por su parte, el restaurante Batik se integró en el proyecto después de construir las habitaciones. Tenían espacio y pensaron ofrecer servicio de restauración tanto a sus clientes como al resto de los malagueños. La carta «mezcla cocina malagueña con matices del resto del mundo», indica Iván Bravo, chef ejecutivo. ¿El precio? unos 25 euros de media por comensal.
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