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Imagen de las dificultades que se encuentran tanto los ciclistas como los peatones y las personas con movilidad reducida para acceder a la terminal del aeropuerto de Málaga.
Al aeropuerto, ni en bici ni andando

Al aeropuerto, ni en bici ni andando

Acceder al aeródromo en bicicleta es complicado y hacerlo caminando es ya imposible

José Manuel Alday

Jueves, 22 de enero 2015, 13:02

Los accesos al aeropuerto de Málaga «son una carrera de obstáculos para los peatones, ciclistas y personas con movilidad reducida». Algo en lo que quizás no reparamos porque, por lo general, siempre que acudimos allí lo hacemos en automóvil. Pero la asociación de ciclistas Ruedas Redondas lo ha comprobado. Esta asociación, que ha organizado un paseo reivindicativo en bicicleta hasta la terminal para denunciar esta circunstancia, marcha que se celebrará este próximo sábado sostiene que esa dificultad para peatones, ciclistas y personas con movilidad reducida contrasta con el hecho de que el aeropuerto «esté perfectamente comunicado con bus, una nueva estación de tren y dos accesos distintos para el coche que te dirigen a miles de caras plazas de aparcamiento».

Y no le falta razón, porque aparcar en el aeropuerto durante un tiempo te puede costar más que un vuelo barato. El blindaje del acceso al aeropuerto se ha consumado además con «la última obra faraónica que ha dispuesto una autovía elevada que ha supuesto el corte del camino peatonal que te conducía a la única pasarela que te lleva a la terminal», según Ruedas Redondas. Algo que esta asociación considera paradójico, pues según indica, «dentro del aeropuerto disponen de un excelente y bien publicitado servicio para personas con movilidad reducida y, sin embargo, éstas, junto con los peatones (trabajadores y viajeros) y cicloturistas tienen que utilizar los medios motorizados para salir o entrar al aeropuerto».

Y es que la imposibilidad de acceder a pie al aeropuerto también la sufren los viajeros que pernoctan en el hotel más cercano al aeródromo, que está situado a poco más de un kilómetro, y que tienen que tomar un taxi para acceder a la terminal, según la asociación, que da pista a los amantes de la bicicleta para ir al aeropuerto desde el polígono Guadalhorce, «atravesando el río por el puente del tren de cercanías en desuso gracias a que la nueva vía discurre subterránea hasta el aeropuerto». Un itinerario en el que «sólo hace falta acondicionar la vía y que no la derriben como el viaducto que atravesaba el polígono». Para regresar a la ciudad, el itinerario que ofrece Ruedas Redondas consiste en «cruzar la 340 por la pasarela de Makro, atravesar el Guadalhorce y tomar por la mota del río y, cruzando el arroyo de las Cañas, llegar a calle Pacífico». Queda claro que no hay muchas posibilidades de acceder en bicicleta o andando al aeropuerto de la ciudad.

Teatro Cervantes: frío por el aire acondicionado

Marta González se queja de la temperatura tan baja a la que asegura ponen el aire acondicionado en el Teatro Cervantes. «Lo ponen tan fuerte que al público nos obliga a ver las representaciones de teatro con los abrigos puestos. Es algo exagerado, como si estuviéramos en verano, no es normal el frío que hace dentro y está provocando protestas generalizadas», dice esta lectora, que asegura que se está pensando volver al «teatro helante, como yo lo llamo», por lo que pide se tenga en cuenta y no pongan el aire a tan baja temperatura.

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