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Amanda Salazar
Miércoles, 20 de agosto 2014, 01:53
Desde primera hora de la mañana de ayer, familiares y vecinos de la barriada de La Corta donde viven los cinco implicados en la presunta violación del Real se concentraron en la Ciudad de la Justicia de la capital para mostrar su «total apoyo» a los tres jóvenes que prestaban declaración ante la jueza. Ni siquiera las altas temperaturas ni las horas de espera mermaron fuerzas a la comitiva, formada por ancianos, jóvenes, niños y hasta bebés que resistieron a pleno sol hasta que salieron en libertad, a las 18.15 horas. «No podemos creer que nuestros chicos hayan hecho algo así; conocemos a los cinco desde niños y sabemos que no serían capaces», indicó el presidente de la asociación de vecinos del barrio Nueva La Corta, Juan Rodríguez Bustamante.
Por eso volvieron a dar una versión de los hechos muy diferente de la que salió la luz en un primer momento. Según señalan, la supuesta víctima de la violación múltiple conoció a este grupo en una de las casetas, en la que además trabajaba, y consintió mantener relaciones sexuales con dos de ellos, ambos mayores de edad. Al parecer, siempre según los familiares de los acusados, ella no quiso saber nada de los otros tres y estos le quitaron el móvil con el que supuestamente grabaron las relaciones de la muchacha con los otros dos. Defienden que no hubo violación y que ella denunció que la forzaron ante el temor de que difundiesen las imágenes en las redes sociales.
Los habitantes de La Corta se han volcado con los implicados. «Si lo han hecho, que lo paguen; yo tengo hijas y es de lo peor que te puede pasar, pero lo que no puede ser es que a estos niños se les condene antes de hablar con un juez, porque se les ha tachado de violadores antes de tiempo», comentó una de las vecinas. Como ella, muchos de los habitantes de La Corta quisieron defender la reputación de los acusados. «Son de lo mejorcito que tenemos en el barrio, chavales deportistas y sanos que juegan al fútbol, no tienen antecedentes, ni siquiera fuman tabaco; es imposible», aseguró el padre de uno de los detenidos que recibía la noticia de su puesta en libertad entre lágrimas.
Abrazos y lágrimas
Cuando por fin salieron los tres jóvenes por la puerta, fueron recibidos con vítores de «inocentes», aplausos y abrazos. Los jóvenes , por su parte, salieron sonrientes y con los brazos en alto en señal de victoria, pero se derrumbaron a los pocos minutos y rompieron a llorar ante la emoción del momento y la tensión vivida. «Si al final se demuestra que la acusación no es cierta, ¿quién va a compensar a estos chicos? Llevan ya cuatro días en el calabozo y todo el mundo los ha condenado ya», insistió Rodríguez Bustamante. Los familiares de los acusados se han tomado esta puesta en libertad como el primer paso para su exculpación, aunque habrá que esperar el curso de la investigación para esclarecer los hechos.
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