Emasa devolverá 2,4 euros por factura al admitir que recaudará 3,1 millones más con la nueva tarifa

El consumo de agua en Málaga ha bajado cerca de un 3% en lo que va de año. Hasta ahí, todo normal, ya que el gasto en los hogares viene cayendo desde 2005 por la mayor concienciación ciudadana a raíz de la última sequía y como consecuencia de la crisis. Sin embargo, la diferencia ahora es que pese a que los malagueños se cuidan más a la hora de abrir el grifo, la recaudación de Emasa no es solo que no ha bajado en la misma proporción, es que ha aumentado en el primer semestre en 1,6 millones y va a seguir haciéndolo de aquí a final de año hasta alcanzar los 3,16 millones de euros de más. Para encontrar la explicación a este desajuste no hay que ir muy lejos. Basta con remontarse hasta noviembre de 2013, cuando entró en vigor la nueva tarifa por habitante que tantos quebraderos de cabeza está provocando al alcalde por la subida experimentada en un tercio de los hogares, el rechazo social y político con recogida de firmas y manifestación incluidas y, sobre todo, las continuas rectificaciones que se están aplicando desde entonces para intentar minimizar sus efectos en el bolsillo de los ciudadanos.

La última corrección la anunció ayer el propio Francisco de la Torre tras admitir que, en función del consumo del primer semestre del año y la previsión de cómo será el del segundo tomando como referencia los datos de 2013, la empresa municipal de aguas obtendrá 41,5 millones de sus clientes domésticos frente a los 38,33 que se habrían ingresado de seguir con el modelo anterior. Para salvar este desajuste, la solución a tomar será devolver esos 3,16 millones de más (3,48 con IVA), pero no solo a quienes han sufrido ese incremento, sino a todos los hogares aplicando un descuento lineal de 2,4 euros (IVA incluido) en cada factura bimestral independientemente de si les ha subido o bajado el recibo y de si se trata de un jubilado que vive solo o una familia numerosa.

Enésima corrección

La implantación de esta nueva bonificación, que se hará efectiva previsiblemente en septiembre, tendrá carácter retroactivo desde el 1 de enero. De esta forma, cada uno de los 242.206 clientes domésticos recibirá una contraprestación anual de 14,4 euros. Al ser lineal, los principales beneficiados serán quienes viven solos o en pareja, precisamente los que habían experimentado la subida con el cambio. Pero también los 3.300 edificios con contadores comunitarios, ya que se devolverán 2,4 euros por inmueble.

Además, esta compensación es complementaria a la amplía batería de medidas correctoras que se han ido aplicando, como el aumento en tres pasos desde los 112 iniciales a los 133 litros diarios por persona el techo de consumo en el que se garantiza que nadie que esté por debajo de ese umbral pagará más por el cambio tarifario.

¿Significa que ha fallado el sistema? A juicio del alcalde, no, ya que este incremento de los ingresos lo achaca mayoritariamente a que aún hay 30.000 hogares cuyos inquilinos no están empadronados o no están vinculados al domicilio declarado en su contrato; es decir, que en la vivienda conviven más personas de las que oficialmente figuran en los registros municipales, con lo que el gasto se penaliza aún más ahora que se paga en función del número de residentes en cada domicilio y no del consumo total por vivienda. A estos se les ha disparado el recibo por encima de un 10%, por lo que según Emasa estarían pagando una media de cien euros anuales más por este desfase. Pese a la campaña de difusión para fomentar el empadronamiento, reforzada con el envío de cartas e incluso llamadas telefónicas, los resultados no han sido los esperados, así que la conclusión en el Ayuntamiento es que, económicamente, puede compensarles más seguir empadronados en otros municipios que ofrecen deducciones en impuestos como el IBI o el de circulación en vez de conseguir una rebaja del agua en la capital.

Los precios no se tocan

Pese a que desde que se puso en marcha la nueva factura se ha mantenido desde Emasa que sus ingresos bajarían, De la Torre prefirió quedarse con que el descuento que aprobará mañana el consejo de administración de la entidad es consecuencia de su compromiso de que todo euro que se recaudara de más sería devuelto a los malagueños. «Nunca hemos pretendido aumentar los beneficios, sino aplicar un sistema más justo y sostenible. Y ahora que se ha registrado este incremento no deseado ni buscado, lo demostramos revirtiéndolo entre los ciudadanos», afirmó el regidor, quien precisó que en el caso de que al final de año la facturación sea aún mayor se aumentaría este descuento.

Lo que no se contempla, ni siquiera para 2015, es dejar atrás toda esta serie de medidas correctoras y aplicar directamente una rebaja de tarifas. La idea es esperar a ver cómo evoluciona la facturación antes de iniciar una tramitación administrativa que tarda una media de ocho meses hasta que la Junta de Andalucía le dé el visto bueno. Eso y, sobre todo que en caso de que siguiera cayendo el consumo no tendría margen de maniobra ante una hipotética reducción de los ingresos que acabe descuadrándole sus cuentas.