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La línea 11 cubre el trayecto enter Playa Virginia y el campus de Teatinos en unos 40 minutos sin necesidad de trasbordo.
La macrolínea de la EMT que compite con el metro mueve a 9,3 millones de viajeros al año

La macrolínea de la EMT que compite con el metro mueve a 9,3 millones de viajeros al año

El servicio que enlaza El Palo con Carretera de Cádiz y Teatinos sin transbordos se consolida en su primer año de funcionamiento

Francisco Jiménez

Viernes, 11 de julio 2014, 00:57

A la EMT le ha salido bien la reconversión de las líneas que enlazaban Carretera de Cádiz, Teatinos y El Palo con el Centro en un gran corredor en forma de Y que recorre la ciudad de este a oeste en 40 minutos. En su primer año de funcionamiento (arrancó el 30 de marzo de 2013), los autobuses de las L-3 (Carretera de Olías-Puerta Blanca) y L-11 (Playa Virginia-Teatinos) concebidas para seguir siendo competitivas cuando entre en servicio el metro han movido a 9,3 millones de viajeros. La cifra es similar a la que registraban las tres antiguas rutas, aunque con dos matices importantes. El primero es que lo que se contabilizan ahora son usuarios netos, mientras que antes también computaban en la estadística los transbordos (un vecino de El Palo que cogiera la antigua 11 y en la Alameda cambiara a la 3 para ir a la Carretera de Cádiz contaba como dos). En este caso supondrían otros 310.000 viajes. El segundo, el trasvase de 219.939 usuarios de la zona norte de Málaga que tenían que llegar hasta la Alameda para ir a la universidad y que ahora toman la nueva L-18 que comunica Ciudad Jardín, La Virreina, Palma-Palmilla y Bailén sin necesidad de pasar por el Centro.

Por ello, el balance oficial de la EMT se sitúa en 9,8 millones de desplazamientos. Con estos datos, el incremento sería del 5,31% respecto a las antiguas rutas. Un aumento que lleva a la entidad a dar por cumplido el objetivo inicial de acercarse a los diez millones, pero también el de ahorrar tiempo a los usuarios al no tener que hacer transbordos, mejorar la frecuencia de paso e incluso descongestionar la Alameda, ya que al desaparecer las cabeceras los autobuses únicamente están parados en las marquesinas el tiempo necesario para la subida y bajada de viajeros.

Pendientes del suburbano

A la espera de cómo sea la evolución cuando los vagones del suburbano empiecen a rodar, las cifras que maneja la entidad pública constatan un incremento progresivo en ambas cabeceras. En cualquier caso, el hecho de que se haya descartado la prolongación del metro hasta El Palo le garantiza continuar con el monopolio del transporte colectivo en la zona este. De momento, el eje litoral que cubre la L-3 es la que mejores resultados está arrojando, al cerrar su primer año de funcionamiento con 5,2 millones de viajeros, lo que supone una media de 14.300 diarios. Por su parte, la L-11 lo hizo con 4,1 millones y un promedio de 11.210 al día. Esta línea ha cedido a la L-3 los viajeros de la zona este que se desplazaban hasta la Carretera de Cádiz, pero a cambio ha acaparado la práctica totalidad de los 1,9 millones de la antigua línea 20 (Alameda-Teatinos). Los números, y también las encuestas, demuestran que el grado de aceptación entre la ciudadanía es alto, aunque la frecuencia de paso no siempre se ajusta a los 8 minutos establecidos, que se reducen a la mitad en el tramo común de ambas líneas (Centro-El Palo) con un tiempo de paso más propio del metro que de la EMT.

Precisamente ante las dificultades de cumplir con los horarios, la empresa ha tenido que aumentar la flota en dos ocasiones, de forma que actualmente prestan servicio 25 autobuses frente a los 23 que estrenaron la nueva ruta, todos ellos articulados con 140 plazas. A este incremento permanente se unen los refuerzos temporales en las horas punta. «Estamos muy satisfechos con la consolidación y los buenos resultados de estas líneas, pero seguimos trabajando para mejorar el servicio tanto en estas como en el resto de nuestra red», afirma el concejal de Movilidad, Raúl López, quien aboga por seguir retocando líneas con servicios transversales que comuniquen barrios sin tener que hacer transbordo ni pasar por el Centro (como se hizo con la citada L-18 o la nueva L-20 resultante de la fusión de las antiguas 24 y 26 desde Ciudad Jardín hasta Los Prados).

Con la idea de facilitar la intermodalidad con el suburbano también se han trasladado cabeceras de la Alameda a la avenida de Andalucía para acercarlas a la futura estación Guadalmedina, además de modificar otras de las líneas 4 (Parque-Ciudad de la Justicia) o las circulares C-1 y C-2 para mejorar su conexión con la estación María Zambrano, el punto más cercano al Centro cuando en los próximos días empiecen a funcionar las rutas 1 (Teatinos) y 2 (Carretera de Cádiz) del metro.

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