El nuevo acceso a Cerrado de Calderón abrirá mañana al tráfico tras diez meses de obras

Después de diez meses de obras (tres más de lo previsto) en los que los rodeos para llegar y salir de casa han acabado convirtiéndose en costumbre, los 15.000 vecinos de Cerrado de Calderón y los miles de usuarios de la zona (hay tres colegios) verán mañana la luz al final del túnel con la apertura al tráfico del nuevo acceso a la barriada desde la Ronda Este. Un estreno que los residentes llevan esperando como agua de mayo y que se ha hecho de rogar a pesar de que las obras estaban listas desde mediados de junio. Eso sí, después de una modificación en el proyecto para habilitar un ramal que permitirá a los residentes de la zona alta de la urbanización comprendida entre las calles Olmos y Cáceres conectar con la autovía sin tener que bajar hasta la rotonda que enlaza con la calle Arcángeles.

Además del permiso del Ministerio de Fomento dado que parte del nuevo ramal de acceso a la autovía es de su área de influencia, el retraso en la apertura ha estado en las dificultades para reordenar la circulación en este entramado de viales. De hecho, han sido varios los cambios en la planificación y señalización realizados en las últimas semanas hasta que finalmente se ha encontrado una solución, cuyos resultados son una incógnita hasta que los vehículos empiecen a circular.

La actuación, que se ha elevado hasta los 800.000 euros por la estabilización de un talud entre las calles Cáceres y Escritor Jiménez Guzmán, tiene como principal hito la creación desde la glorieta que enlaza con la A-7 de un cruce a distinto nivel con un paso inferior que canaliza el tráfico mediante un ramal directo de entrada hacia la zona sur desde la calle Cáceres y otro de salida desde Arcángeles. Asimismo, para el acceso a la zona norte de la urbanización o la salida de ésta hacia la autovía se podrá emplear el paso superior construido en forma de U. Debido a las molestias generadas tras diez meses de incidencias, los vecinos respiraban ayer aliviados. «Son muchos años de reivindicaciones que por fin vemos cumplidas. Además de los atascos, la seguridad vial era un verdadero problema», remarcaba la presidenta de la asociación de vecinos de Cerrado, Ana Vigar.