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AGENCIAS
Jueves, 15 de enero 2015, 01:07
Los artificieros italianos han descartado esta madrugada la presencia de una bomba en el aeropuerto Leonardo da Vinci, a unos 30 kilómetros de Roma, tras la alarma desatada después de que un pasajero asegurara haber introducido un explosivo en la bodega del avión que opera el vuelo de la compañía aérea Niki hacia Viena.
Los operarios han descargado el equipaje después de que el avión aterrizara en una pista aislada y pasado cada bulto por un detector de metales con la ayuda de los pasajeros, que han identificado sus maletas a una distancia prudencial para facilitar la tarea.
La alarma saltó alrededor de las 19.50 (hora local), cuando este pasajero presuntamente mostró al que estaba sentado a su lado un podómetro y le explicó que era para activar una bomba que habría introducido en la bodega del avión con su equipaje.
Posteriormente, el comandante informó y a la torre de control y se activó el protocolo de tráfico aéreo antiterrorista, que impide el despegue y aterrizaje de vuelos. Una vez en tierra y tras una larga negociación, el comandante convenció al sospechoso para que permitiera evacuar a los otros 82 pasajeros y a los seis miembros de la tripulación. A su salida, fue detenido por la Policía.
Sin embargo, el pasajero ha explicado a los investigadores que, debido a que habla inglés y a que el otro pasajero era italiano, no le habría entendido y le habría malinterpretado, según ha informado el diario italiano 'La Repubblica'.
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