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'Peshmergas' kurdos participan en la operación para arrebatar al Estado Islámico el control de territorio al sureste de Mosul. :: ahmed jalil / efe
Vía libre a Siria a los yihadistas de Mosul

Vía libre a Siria a los yihadistas de Mosul

Moscú y Damasco, contra la estrategia de EE UU en la ciudad, que facilita a los miembros del EI una salida por la zona occidental hacia Raqqa

MIKEL AYESTARAN

Miércoles, 19 de octubre 2016, 00:27

Ejército de Irak y 'peshmergas' kurdos avanzan hacia Mosul por tres frentes diferentes y han logrado un progreso «mayor del esperado», según el portavoz del Pentágono, Peter Cook. Más de 30.000 hombres se aproximan a la que es desde hace dos años capital del califato en Irak y cuentan con el respaldo aéreo de la coalición que lidera EE UU. Los mandos advierten de que la ofensiva podría llevar «semanas o más», pero todo dependerá de la respuesta de los combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI), a quienes se les está dejando el oeste de Mosul libre para poder escapar en dirección a la vecina Siria, donde cuentan con Deir Ezor y Raqqa como últimos bastiones.

El jefe del Comité de Seguridad del Consejo de la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul, Mohamed al-Bayati, reveló en declaraciones recogidas por la agencia Efe que la salida occidental de la ciudad hacia la región de Al-Yasira, que conduce a Siria, «permanecerá vacía» para que los yihadistas puedan dirigirse al país vecino, según un plan trazado por Washington.

Esta estrategia es similar a la empleada en la toma de Faluya, en la que los yihadistas apenas opusieron resistencia y optaron por replegarse a suelo sirio. Hasta el momento no se han registrado apenas combates, aunque sí atentados suicidas, y la aviación y la artillería se limitan a castigar las localidades que rodean Mosul. Aún es una incógnita la resistencia que puede ofrecer el EI. Desde la vecina Siria, tanto el Gobierno de Damasco como sus aliados siguen de cerca los movimientos en esta ofensiva.

En su último discurso público, Hasán Nasralá, líder de Hezbolá, milicia chií que combate junto al Ejército sirio, ya alertó del «plan engañoso» de EE UU en Mosul, que consiste en «abrir un camino al EI para que escape a Siria». En los mismos términos se expresó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que el mismo día que anunció el nuevo alto el fuego temporal en Alepo alertó del riesgo de que las fuerzas yihadistas que están siendo bombardeadas en Mosul puedan dirigirse a Siria. El Ejército de Damasco emitió un comunicado para denunciar «la vía segura» ofrecida a los yihadistas para que puedan crear «nuevos frentes» en suelo sirio y advirtió de que «cualquier intento de cruzar la frontera será interpretado como una violación de la soberanía nacional». El problema para los militares de Bashar el-Asad es que hace tiempo que perdieron el control de su frontera con Irak.

Escudos humanos

«Se trata de pura estrategia militar. Se les deja una vía libre para que tengan la opción de escapar y así poderles golpear desde el aire en la huida», opina el analista político experto en seguridad Zana Guyl. Un extremo que comparten otros expertos consultados como Rasha al-Aqeedi, investigador de Al-Mesbar Studies and Research Center, para quien «es obvio que el objetivo es empujarles a salir de Mosul para evitar que la batalla se alargue cuando las tropas iraquíes lleguen a los barrios del interior de la ciudad».

Entre 4.000 y 8.000 yihadistas, según estimaciones estadounidenses, se atrincheran en la ciudad entre 1,5 millones de civiles que podrían ser usados como escudos humanos si el EI opta por quedarse y luchar calle por calle. Los combates y bombardeos se producen a no menos de 20 kilómetros y cada día se liberan nuevas localidades, en total ya son más de veinte los lugares de los que se ha expulsado a los yihadistas. La coordinadora humanitaria de la ONU para Irak, Lise Grande, declaró que todavía no hay mucha gente que huya de Mosul, pero se refirió a la posibilidad de que haya «importantes movimientos de aquí a cinco o seis días», cuando estallen los choques en el centro urbano.

«Las agencias humanitarias preparan refugios en tres regiones prioritarias en el sur de Mosul donde serán albergados los primeros desplazados», apuntó Grande, que elevó a 200.000 personas las que podrían salir en lo que la ONU ya anticipa como una «enorme crisis humanitaria». El director del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para Oriente Próximo, Robert Mardini, llamó a cumplir «las normas básicas de la guerra», en las que se recoge el respeto a la población civil, e instó a todas las partes a permitir la evacuación de heridos.

El EI difundió en las redes sociales un vídeo para mostrar una imagen de total normalidad en las calles de Mosul, pero los vecinos consultados por diferentes medios describen un panorama diferente, con calles vacías y yihadista» cavando túneles para protegerse. «Están desorientados y no saben de dónde les van a llegar los ataques», declaró a la agencia Reuters el ex ministro de Exteriores iraquí Hoshiyar Zebari, quien adelantó que «no habrá un ataque espectacular sobre Mosul. Será una operación que se llevará a cabo con precaución debido al alto riesgo para todos». Zebari aseguró disponer de informes «sólidos» de Inteligencia que confirman la presencia del califa, Abu Baker al-Bagdadi, y del experto en explosivos Fawzi Ali Nouimeh, en la ciudad que vio nacer el califato en junio de 2014.

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