«Salió a comprar el pan y dijo que estaba amargado»

Ronda vivió ayer un lunes negro. La ciudad del Tajo está conmocionada después de conocer el trágico suceso que se ha saldado con la vida de dos personas. Un anciano, con su mujer enferma de alzhéimer, acababa con la vida de la cuidadora y posteriormente se suicidaba. Los vecinos de la popular barriada de La Fraternidad, junto a la de San Rafael, aún no se lo pueden creer. «Salió a comprar el pan y dijo que estaba amargado cuando lo saludé, que se había jubilado para eso», explicó uno de los habitantes de la zona que se encontró a Antonio Troyano ayer por la mañana. «Ella era muy buena... muy, muy buena», relató otra de las vecinas que añadió: «Este barrio es muy tranquilo», defendió.

En torno a la vivienda, que acordonó la Policía, se vivieron fuertes escenas de dolor, sobre todo por parte de los padres de Lala: «Esta mañana se fue tan contenta a su trabajo», sollozó la madre que tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios en la zona al igual que otros familiares y amigos. «Toda la vida trabajando para que nos pase esto», gritó otra personas.

Las familias de las dos víctimas son muy conocidas en la ciudad del Tajo. Lala residía en España desde 1995: «Fue de las primeras niñas saharauis en llegar a Ronda», explicaron y que ésta también tenía una hermana que solía venir.

Los familiares de Antonio Troyano, igualmente afectados, indicaron que «la quería muchísimo» y que no saben «qué se le ha podido pasar por la cabeza». Antonio estaba jubilado, había trabajado como taxista y era aficionado a la caza.

El trágico suceso ya dejó ayer algunas reacciones como la de la exalcaldesa Isabel Aguilera (PSOE) que guardó un minuto de silencio, junto con simpatizantes y militantes de este partido en la Casa del Pueblo, por la muerte de la joven.