Borrar
Jorge Poyatos, Alejandro Artacho y Gonzalo Manrique forman parte de este club de emprendedores malagueños en Madrid.
Boquerones de los negocios en Madrid

Boquerones de los negocios en Madrid

Varias de las ‘startups’ españolas más pujantes del momento tienen detrás a emprendedores malagueños

Nuria Triguero

Miércoles, 2 de noviembre 2016, 00:17

Hace un par de semanas, en la entrega de premios de South Summit, la principal competición de startups que se celebra en España, el ministro de Educación se comprometió a venir a Málaga a probar los espetos en El Tintero. Quien le arrancó esa promesa fue Alejandro Artacho, el gran triunfador del certamen con Spotahome, una especie de Airbnb para estancias de más de un mes enfocado sobre todo a estudiantes y profesionales. Con 30 años recién cumplidos, este malagueño esteponero para más señas dirige uno de los proyectos españoles más pujantes basados en la economía colaborativa. Tras dos años y medio reúne un catálogo de 25.000 casas en diez países, acumula un impacto económico de 25 millones de euros y roza los 200 empleados. Y para él, la historia sólo acaba de comenzar: «Soy la hostia de ambicioso y quiero convertir Spotahome en la mayor agencia inmobiliaria del mundo», declara.

Artacho celebró el premio a la Mejor Startup del South Summit con otros miembros de la «mafia malagueña» en Madrid. Así gusta en denominarse un grupo de jóvenes emprendedores malagueños que han elegido la capital de España para montar sus startups. Junto al líder de Spota Home, integran este club de boquerones de los negocios Jorge Poyatos de Seedtag; Gonzalo Manrique de Ironhack; Juan Urdiales de Jobandtalent; Félix Ruiz, que fue uno de los fundadores de Tuenti y ahora está en Jobandtalent; o Daniel González de Vega de Smartick. Sin olvidar a otro de los creadores de Tuenti, Adeyemi Ajao, que ahora vive en San Francisco, donde participa como inversor y asesor en decenas de proyectos. Además de ser malagueños, tienen otros rasgos en común: no han cumplido los 40 salvo Daniel, de 42, estudiaron en el extranjero y han demostrado un precoz carácter emprendedor.

Algunos de los citados son amigos desde pequeños como Jorge y Gonzalo, o como Juan, Félix y Adeyemi y otros se han conocido hace poco, pero todos comparten la ilusión por «llevar lejos el espíritu malagueño», como dice Artacho. Y hacen hueco en sus endemoniadas agendas para organizar al menos una comida mensual. «Es lo que tiene estar lejos de casa: en cuanto te encuentras con alguien y te dice «Illo, tu empresa está mú perita» ya le quieres como a un hermano», bromea Poyatos.

Quien más, quien menos en este lobby malaguita mueve cifras de vértigo, con el mérito añadido de tratarse de proyectos disruptivos. Es el caso de Seedtag, la startup ideada en 2014 por el malagueño Jorge Poyatos y el catalán Albert Nieto. Ambos trabajaban en Google y tuvieron una idea por la que abandonaron la multinacional: utilizar las fotografías como ancla para mostrar publicidad sobre productos que lleva a plataformas de comercio electrónico. En su segundo año completo, Seedtag va a facturar casi tres millones de euros.

Gonzalo Manrique, que tiene 33 años como su amigo Jorge eran compañeros en el colegio El Limonar, fundó en 2013 junto a un socio Ironhack, una empresa también enraizada en el mundo digital, pero desde el punto de vista de la formación: ofrece cursos acelerados de programación y diseño web sin necesidad de conocimientos previos que alcanzan el 90% de colocación. «Este año vamos a tener casi 350 alumnos, el año que viene superaremos los 600 y esperamos abrir en París y México DF», explica el emprendedor.

También relacionada con la formación, pero en este caso de los más pequeños, está Smartick, la empresa que fundó hace seis años Daniel González de Vega junto a un excompañero de trabajo. Esta plataforma de aprendizaje on line de matemáticas que se adapta al ritmo de cada niño tiene ya más de 10.000 usuarios, se expande por Latinoamérica y tiene previsto doblar la facturación de 2015, alcanzando casi los 3 millones.

Pero si tuviera que hablarse de un récord protagonizado por un malagueño en el mundo tecnológico, sería de Jobandtalent. Y es un récord de inversión. Esta plataforma de búsqueda de empleo protagonizó la mayor inversión conseguida por una startup española en 2014, 10 millones de euros. Después ha realizado tres rondas millonarias más, la última, este verano, de 42 millones de dólares.

La pregunta que surge al conocer el éxito de estos emprendedores es ¿podrían haberlo conseguido en Málaga? Hay respuestas dispares. Para Gonzalo Manrique, «Ironhack hubiera ido muy bien por la parte de alumnos, pero del lado de colocación, aunque la cosa ha mejorado mucho, todavía no estamos al nivel de Madrid». González de Vega cree que en la capital hay «más acceso al talento y más concentración de clientes potenciales», pero en cambio rechaza el «mito» de la falta de financiación. «Si tienes un proyecto interesante, los inversores vendrán», opina. En lo que sí coinciden es en su intención de volver a Málaga algún día. «He vivido en muchos sitios y puedo asegurar que es la mejor ciudad del mundo para vivir. A corto plazo va a ser complicado porque todos nuestros clientes están en Madrid o Barcelona, pero quiero que mis hijos se críen allí», afirma Poyatos. Manrique tiene planes más concretos: «Un poco más adelante me encantaría abrir Ironhack en Málaga para ayudar a posicionala como un hub de talento técnico. Y me encantaría montar mi siguiente proyecto con sede allí».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Boquerones de los negocios en Madrid