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COLPISA / AFP
Miércoles, 23 de septiembre 2015, 18:28
Todo le sonreía a Martin Winterkorn, presidente de Volkswagen desde 2007, y su reelección parecía cantada el próximo viernes, pero su destino se vio desbaratado repentinamente por el escándalo de los coches trucados, que lo ha forzado a renunciar. "Estoy consternado por los acontecimientos de los últimos días. Estoy estupefacto por el hecho de que conductas impropias se hayan podido producir a tal escala en el seno del Grupo Volkswagen", ha afirmado Winterkorn, de 68 años, en un comunicado.
Este meticuloso ingeniero estaba al frente de la empresa desde 2007, después de una carrera realizada al amparo de su protector Ferdinand Piëch, de la dinastía fundadora de VW, a quien terminó por desplazar al cabo de una puja por el poder. Los ingenieros del gigante alemán temblaban cuando Winterkorn, apodado 'Mr. Calidad', escrutaba un modelo antes de lanzarlo al mercado. "Conozco cada tornillo de nuestros coches", solía jactarse. Una afirmación que se ha vuelto en su contra, cuando ha tratado de deslindar responsabilidades por un caso que le está costando caro en dinero y prestigio.
El martes, Winterkorn tuvo que admitir que aún no podía dar "todas las respuestas" sobre el software instalado en once millones de vehículos diésel de distintas marcas de VW para falsear los datos de contaminación. El miércoles, se reunió con el "presidium" de cinco miembros del Consejo de Vigilancia de VW en la sede del grupo en Wolfsburgo (norte), para sacar las conclusiones de la crisis. Y al cabo de esa reunión presentó su renuncia.
El imprevisto desenlace ocurre dos días antes de una reunión del pleno del Consejo de Vigilancia del viernes, que se presentaba como una mera formalidad para reelegir a Winterkorn. Ahora, ese cónclave deberá anunciar el nombre de su sucesor.
Una vida de éxitos
Winterkorn nació el 24 de mayo de 1947 en Stuttgart (noroeste). Estudió ingeniería metalúrgica y tuvo su debut profesional con el proveedor de equipos Bosch. En 1981 fue contratado por Audi como asistente de dirección en la división de estudios de calidad. Escaló posiciones en la firma, bajo la protección de Piëch, y en 1993 se convirtió en jefe de esa división.
En 1996 fue nombrado director de Desarrollo Técnico de la marca Volkswagen y de 2002 a 2006 dirigió el departamento de investigación del conjunto del grupo, antes de volver a Audi, esta vez como jefe de la marca. En 2007 fue catapultado a la presidencia de Volkswagen, con Ferdinand Piëch al frente del Consejo de Vigilancia.
Su gestión ostentó numerosos éxitos, como la transformación en un gigante mundial del grupo que reúne actualmente doce marcas de coches (como Audi, Porsche y Seat), de camiones (como MAN) y de motos (Ducati). En 2014, la empresa obtuvo resultados financieros récord, con beneficios que se elevaron a 11.000 millones de euros y un volumen de negocios de 202.000 millones.
Y en el primer semestre de este año desplazó al japonés Toyota como líder mundial de venta de vehículos, un objetivo inicialmente previsto para 2018. Pero a Winterkorn, que era el ejecutivo mejor pagado de Alemania, también se le achacaron fallas, como la carencia de un modelo de coche de bajo coste, las dificultades recientes en el mercado chino y ya antiguas en el estadounidense, y una concentración excesiva de las tomas de decisión.
Piëch lo desautorizó en abril pasado, por causas hasta ahora desconocidas, pero perdió la batalla y tuvo que renunciar a todos sus cargos en el grupo. No obstante, cuando Winterkorn se disponía a saborear a sus anchas su victoria, el escándalo de los coches trucados puso un fin brutal a su imparable ascenso.
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