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J. J. Buiza
Lunes, 6 de marzo 2017, 13:34
Los datos no dejan lugar a dudas: el potencial económico del idioma español es impactante y una oportunidad para negocios de todos los sectores. Es una de las conclusiones del estudio 'Valor económico del español', una serie de 14 publicaciones editadas por la Fundación Telefónica en los últimos años y que ponen de relieve la importancia de la lengua que hablan 560 millones de personas en todo el planeta.
Hace unos días que se presentaron las conclusiones de este proyecto, en el que han colaborado más de doscientos autores, y que sitúa al español en el mapa internacional a través de su cuantificación económica. Son más de 164.000 millones de euros, el 16% del PIB, lo que genera el idioma, que es fuente además de 3,5 millones de empleos (otro 16%). El estudio también cifra en un 2,9% del PIB de la economía nacional el llamado Factor Ñ, es decir, el contenido en español de las industrias culturales.
«Nuestra lengua constituye un inmenso tesoro cultural, pero también una extraordinaria fuente de riqueza económica, real, tangible, presente y futura», manifestó el Rey Felipe VI durante el acto de presentación. José Luis García, catedrático de Economía Aplicada y uno de los coordinadores del estudio, resalta que el español «multiplica por cuatro los intercambios comerciales entre los países hispanohablantes». En el primer decenio del siglo XXI triplicó la atracción de emigrantes de América Latina hacia España.
Otras conclusiones significativas son: la capacidad de compra de la comunidad hispanohablante representa el 9% del PIB mundial; el español tiene un «premio salarial» que alcanza un 30% en España y puede llegar al 10% en Estados Unidos; se trata de un gran instrumento de «internacionalización empresarial», ya que multiplica por siete los flujos bilaterales de inversión directa exterior (IDE); España acoge al 17% de estudiantes del programa europeo Erasmus, siendo la primera opción del continente entre los jóvenes que se inscriben.
José Luis García insiste en la idea de la «internacionalización» en el ámbito hispanohablante, con un ahorro «muy significativo en el capítulo de costes de transacción que se acerca al 2% del total de ingresos en algunas multinacionales». Cerca del 80% de las empresas españolas que operan en el exterior reconoce que el hecho de que se hable en español en el mercado de destino facilita su actividad internacional.
El español es la segunda lengua materna del mundo, por detrás del chino mandarín, y es también la segunda lengua de comunicación internacional en internet, tanto por número de usuarios como por páginas web.
El proyecto plantea por otra parte una serie de retos pendientes, que deben ser asumidos tanto por instituciones públicas como privadas. Entre ellos, se cita la potenciación del español en las relaciones internacionales, en la producción y el intercambio científico y en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). También se recomienda «mejorar la densidad comunicativa del idioma», esto es, «ampliar la dimensión del club de los que lo hablan», a través de varias vías.
En este sentido, será clave la reducción de los costes de aprendizaje del español, lo que lleva aparejado promover una oferta más amplia, accesible y atractiva de cursos para extranjeros.
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