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Lunes, 28 de marzo 2016, 00:44
Las clases particulares siempre han sido terreno abonado para la economía sumergida. Hay estudios que hablan de que el 93% del dinero que se mueve entre los profesores a domicilio no se declara. Algunas academias han llegado a contratar a detectives privados. «Se dan casos de profesores de centros que se han acabado llevando a los alumnos a sus casas», afirma la presidenta de CECAP Málaga, Beatriz Barbeyto, que alerta de lo difícil que resulta luchar contra esta situación. La Inspección de Trabajo ha alegado, frente a las consultas de esta organización, que los domicilios particulares, donde se desarrollan las clases, son inviolables. La gran oferta que hay en internet, con precios desde 8 euros la hora, y el gran número de docentes en desempleo que usan la red para promocionarse, han hecho daño a los centros, que además denuncian que el intrusismo se ha agravado en los últimos años con las prácticas de algunas asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPA), que dan clases de refuerzo en los propios colegios.
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