

Secciones
Servicios
Destacamos
J. J. Buiza
Domingo, 19 de abril 2015, 00:26
Iquodrive es el nombre de la nueva cadena que surgió hace un par de años en Cataluña y que apuesta por las ventas a través del formato drive. Su funcionamiento es sencillo. El cliente puede realizar la compra por internet y escoger el día y la hora en la que recoger el pedido. Al llegar al almacén, un empleado se encarga de cargar las bolsas en su coche.
«El formato que explota Iquodrive pienso que es el que mayores posibilidades tiene de supervivencia, ya que es en el que mejor se puede automatizar la preparación de pedidos para obtener una alta productividad», opina Francisco Fernández Reguero, director de Mavafer Consultores, que llama la atención sobre las «enormes diferencias» que supone un negocio enfocado hacia la venta on line con otro pensado para la venta in situ.
Ahí está la clave de que el comercio electrónico no termine de despegar en el ramo de la alimentación, mientras que en otros productos vive una época dulce. Las grandes cadenas no terminan de apostar fuerte por internet porque todavía no han encontrado el sistema perfecto. «Preparar los pedidos multiplica por dos o por tres los costes», recuerda Fernández. Los almacenes de Iquodrive están pensados para eso, pero no así las tiendas de Mercadona, Carrefour oEroski, con sistemas totalmente diferentes en lo que respecta a la disposición de los artículos, el reaprovisionamiento, el empaquetado, etcétera.
Ya hay rumores que apuntan a que algunas cadenas lanzarán pronto nuevos modelos de venta por internet, pero por ahora nadie mueve ficha. «Los grandes están agazapados, viéndolas venir, pero no apuestan. Porque vienen de un mundo off line y entrar en otro totalmente desconocido todavía les genera rechazo», advierte el responsable de Mavafer Consultores.
Actualmente, solo el 14% de las familias españolas compra productos de gran consumo por internet, frente al 20% del resto del mundo, según el informe Online Shoppers 2014, realizado por Webloyalty. Este mismo estudio revela que un 18% de la población se muestra todavía reticente a comprar alimentación y productos frescos en la red, aunque al mismo tiempo indica un ligero incremento de estas operaciones en España durante el año pasado.
Revolución pendiente
Entre los expertos hay un consenso sobre que la próxima revolución del e-commerce llegará cuando el consumidor reciba la carne, el pan y la leche en su propia casa, pero nadie se atreve a decir cuándo sucederá. El primero que rompa la baraja se apuntará un tanto y abrirá un mundo de posibilidades todavía por explorar, ya que los alimentos apenas representan aún el 1% del volumen mundial del comercio electrónico.
Los grandes inconvenientes siguen estando en los procesos de logística, transporte, garantizar la cadena de frío, los tiempos y los puntos de entrega.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.