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Nunca es tarde si la dicha es buena. Adrián Menéndez (148º del ‘ranking’ ATP) se convirtió ayer en el primer malagueño que gana un partido en el cuadro final del Abierto de los Estados Unidos en la ‘era open’. El marbellí de 31 años, después de una carrera marcada por los obstáculos y las dificultades para llegar más alto, ya podrá decir que ganó una vez en un torneo de Grand Slam. Sucedió entre el martes y ayer en la pista 9 de Flushing Meadows al batir en más de dos horas y media de partido al ‘wild card’ local Patrick Kypson (17 años y 917º) por 6-4, 6-4 y 6-1.
Pese a lo que indica el resultado, el choque estuvo más reñido de lo que parece, sobre todo en un segundo set de 81 minutos. El duelo se suspendió el martes por la lluvia con 6-4 y 4-3, con un ‘break’ a favor para Menéndez. Parecía encarrilado, pero la interrupción no le favoreció. Con 5-4 y saque, además de 40-15, dilapidó dos bolas de set y sufrió la ruptura. Se llegó al ‘tie break’, que comenzó con 0-5 en contra, pero la remontada y el 11-9 final terminó de zanjar el partido.
El tercer set ya fue un paseo, pese a un ‘break’ tras el 2-0. Se llegó al 6-1 final y a esa histórica victoria en Nueva York para un tenis malagueño casi huérfano de referentes en toda su historia. Hay que remontarse al 25 de mayo de 1998, en primera ronda de Roland Garros, para encontrar otro triunfo ‘boquerón’ en un Grand Slam, el de Emilio Álvarez (en realidad nacido en Figueres, pero considerado malagueño) ante el australiano Michael Tebbutt en cinco sets (5-7, 7-5, 6-7, 6-4 y 6-3). Álvarez logró otros dos triunfos en partidos en los ‘grandes’, en Wimbledon 1997 y en Roland Garros 1995, y hasta ahí se reduce la lista de victorias malagueñas en este tipo de citas. Para Menéndez el de ayer era su tercer partido en un Grand Slam, y había perdido los dos anteriores, en Wimbledon 2012 ante el norteamericano Russel, y en Australia en 2013 ante Chardy.
«Ahora mismo no sé cómo expresar lo que se siente. Han sido muchos años peleando y, como se suele decir, a la tercera va la vencida», admitió el jugador a los micrófonos de Eurosport aludiendo a estos precedentes. Además, antes de clasificarse para el cuadro final en Nueva York había cedido en 17 fases previas consecutivas de Grand Slam.
«Ha sido complicado, pero he jugado un tenis muy suelto. Han sido muchos días de espera desde el viernes (cuando superó la previa) y la suspensión por la lluvia. Lo más difícil ha sido gestionar los nervios estos días. Tras el parón sólo tenía que pensar que iba a jugar con mejor tiempo, porque me gusta jugar con sol», añadió el malagueño, que ahora se cruzará en 1/32 de final con el argentino Juan Martín Del Potro (28º). «Medirse a Del Potro (ganador del US Open en 2009) es un premio, un premio a toda mi carrera», comentó.
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