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Pedro Luis Alonso
Lunes, 17 de noviembre 2014, 15:56
En un mundo de hombres, Alba Cano se abre paso con una inesperada madurez. Su físico denota menor edad, y esta tímida joven de 21 años, a la que en una primera impresión cabría otorgar poco atrevimiento, aprieta el acelerador para poner su turismo a más de 210 kilómetros por hora en las rectas del Jarama. La única fémina en la última edición de la Copa Clio asombró con una cuarta plaza en una de las dos mangas celebradas hace dos fines de semana en el mítico circuito madrileño.
FICHA TÉCNICA
Alba Cano Ramírez.
2-4-1993, Málaga.
1,63 metros.
Tras el triste accidente sufrido por María de Villota, la mujer que parecía llegar más lejos en el mundo del automovilismo español, son muy pocas las féminas que se abren paso en esta selecta disciplina. Fundamentalmente, la andorrana Amalia Vinyes, la valenciana Marta Suria y nuestra joven protagonista, que debutó en los turismos en 2012 después de una sólida trayectoria en los karts.
Sin proponérselo, Michael Schumacher, ahora recuperándose de un grave accidente de esquí, fue el que introdujo a Alba Cano en el mundillo. «También jugaba al baloncesto, pero desde los seis años me gustaba mucho lo que hacía él, así que empecé a entrenarme con los karts». En su familia no hay antecedentes, más allá de la afición al motociclismo de su padre, lo que hace todo más insólito.
«Le dijo a su padre: ¡Si me consigues un kart no te vas a arrepentir!», recuerda ahora su madre, María Jesús Ramírez, y finalmente su sueño se hizo realidad. A los 14 años le alquilaron uno y empezó a competir con el equipo TRT en Mijas y Campillos. Logró el Campeonato de Andalucía de X-30 en 2010, e hizo un podio en una prueba del Campeonato de España en 2011.
Con la mayoría de edad su salto a los turismos estaba claro. Alba ha podido disfrutar del apoyo económico de su familia, en un deporte especialmente exigente en este aspecto. Durante 2013 probó suerte en el Campeonato de España de Resistencia con un Renault Clio (novena), aunque se subió a lo más alto del podio en una carrera, y en este año se ha adaptado mejor a la Copa Clio, con pruebas de menor duración. En el Jarama las condiciones de lluvia le vinieron bien para acabar cuarta: «Se me da bien correr en agua. Suelen decir que tengo una conducción muy fina, y decidimos poner gomas de agua antes por si acaso, aunque en turismos solo había competido una vez en esas condiciones», reconoce. Como detalle curioso, su Clio lleva publicidad de Cudeca, la fundación benalmadense que ayuda a enfermos de cáncer y con la que colabora su madre. Los premios en metálico que obtiene los dedica a este fin.
Un mini en la vida privada
Séptima en el Campeonato de Andalucía de Karting en X-30.
Quinta en el Campeonato de Andalucía de Karting en X-30 y primera en la Copa Vallés Primoti.
Campeona de Andalucía en Karting en X-30 y cuarta en Motorland en una prueba del Campeonato de España de Karting de X-30.
Tercera en el Campeonato de Andalucía de Karting de X-30 y sexta en el Campeonato de España.
Séptima en el Campeonato de España de Karting X-30 en Zuera, campeona de Andalucía en la Copa Mazda de turismos y cuarta en el Campeonato de España de Resistencia (Copa Hyundai) en el Jarama.
Novena en el Campeonato de España de Resistencia de turismos con un Renault Clio (logró un primero, un segundo y un tercer puestos en sendas pruebas).
Cuarta en la última prueba de la Copa Clio en el Jarama.
La malagueña está acostumbrada a llamar la atención en los circuitos. «En el 'paddock' te conocen más, pero te tratan como cualquier otro piloto. No es como en los karts, donde había más pique con los chicos. Mis amigos al principio se sorprendían al enterarse de que era piloto, pero ya están acostumbrados», declara Alba, que se sacó el carné de conducir a los 18, y tiene un Mini.
Los inconvenientes vienen dados por sus condiciones físicas: «Tengo la desventaja de que soy muy bajita. Mido 1,63 y me tuvieron que poner unas guías especiales en el monoplaza. Además, mis pies también son pequeños para los pedales. Tengo un 37». Precisamente el físico es el gran 'handicap' que, bajo su prisma, puede impedir que una mujer llegue algún día a la Fórmula 1. La preparación de los pilotos en la alta competición exige mucha resistencia en el cuello, que es lo que la malagueña trabaja más en el gimnasio, además de hombros y brazos.
Como no podía ser menos, Alba Cano se prepara para dedicar su futuro a su gran afición, el mundo del motor. Así, estudia cuarto curso de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Málaga, y no lo hace con malas notas. No descarta iniciar un máster en Ingeniería de Competición que organiza Monlau, la escuela de pilotos barcelonesa de Emilio Alzamora para la que compite y que está imbricada con el proyecto de Repsol que ha dado el título de Moto3 a Álex Márquez este año.
¿Y el futuro? Alba competirá los días 28 y 29 en los 500 kilómetros de Alcañiz, en compañía de Pepu Alonso. ¿Y después? «El año que viene volveré a estar en la Clio Cup y quiero estar en el Campeonato de Andalucía de Velocidad, y en 2016 me gustaría poder competir en la Seat León en Europa», confiesa. Pero el futuro se complica también en lo económico. Comienza a ser vital la búsqueda de patrocinadores, aunque Alba suele ser perseverante en todos sus sueños.
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