![Regino Hernández, con la medalla de bronce.](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/201802/15/media/cortadas/regino-medalla-kLZF-U50976429978YbE-624x385@Diario%20Sur.jpg)
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MARINA RIVAS
Jueves, 15 de febrero 2018, 07:26
Lo ha conseguido, Regino Hernández por fin lo ha conseguido. Tras más de 4 horas de competición y hasta tres rondas de clasificación para llegar a la final, el ‘rider’ malagueño se ha hecho, pasadas las 7.00 (hora española) con la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang. Un broche con sabor a oro para el que probablemente se haya convertido en el mejor concurso de su historia, el que le lleva a formar parte de la historia olímpica española al ser la tercera presea invernal del palmarés nacional. Sólo lo lograron antes Paquito Fernández Ochoa (oro en 1972) y Blanca Fernández Ochoa (bronce en 1992). Una gesta que ha devuelto la sonrisa a los españoles 26 años después del último metal y con la que ha logrado meterse en el bolsillo a aficionados del snowboard de todas las nacionalidades, que no podían hacer otra cosa que aplaudirle cada vez que partía como cabeza de serie a la siguiente fase. Se trata, de lejos, de su mejor posición histórica en unos Juegos, tras concluir 31º y 21º en Vancouver 2012 y Sochi 2014, respectivamente.
No fue fácil el camino hacia la final. Más bien fue un concurso arriesgado y repleto de caídas en todas sus fases. Desde la del abanderado español y compañero del mijeño, Lucas Eguíbar, que resbaló poco después de darse la salida de su serie de octavos, hasta en la propia semifinal de Hernández, donde se produjo una caída masiva que hizo que pudiera cruzar la meta en solitario y en primer lugar. También consiguió esta hazaña en la fase de cuartos, no así en octavos, donde finalizó tercero de su serie, al borde de quedarse fuera de los puestos de clasificación. Sin embargo, el ‘rider’ comenzó la jornada pisando fuerte y transmitiendo tranquilidad y seguridad en el circuito con un gran tercer mejor tiempo de entre los 40 clasificados de la cita. De esta forma, dando pasos de gigante, Hernández logró colarse en la final, siendo el único español en hacerlo y partiendo, además como uno de los favoritos.
Una última carrera de infarto, en la que tuvo que verse las caras con los dos favoritos, el ahora doble campeón olímpico y campeón del mundo, el francés, Pierre Vaultier y también el australiano, Allex Pullin. Aunque no sería este último el que luchara por el podio contra el malagueño, sino Jarryd Hughes, una de las sorpresas, tras darse de nuevo una caída en carrera que permitiría avanzar a este podio ya consagrado hasta la línea de meta. Un concurso para la historia y una medalla de ensueño que Hernández traerá consigo a su casa, a Málaga.
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