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Ignacio Tylko
Sábado, 19 de septiembre 2015, 14:26
A pesar de la decepcionante temporada pasada, sin un gran título que echarse a la boca, de la destitución del técnico Carlo Ancelotti y del sainete que protagonizó el fichaje frustrado del portero David de Gea este verano, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, no tuvo que hacer frente precisamente este sábado en Ifema a una complicada asamblea general ordinaria del club, más bien todo lo contrario.
«Permitánme que presuma. Gané todo lo que se puede ganar. Yo no pongo un puñado en el pecho a la gente para que vote y no caigan en la trampa de pitar». Así de rotundo y hasta soberbio se mostró el alto dirigente ante socios compromisarios críticos como Carlos Mendoza, cabeza visible del movimiento 'Valores del Madridismo' que le emplazó hasta el juzgado para litigar sobre las cuentas y los estatutos del club, el expresidente Vicente Boluda o los veteranos Antonio Martínez Laredo y Francisco Moreno Cariñena.
«Un día el Bernabéu se girará hacia el palco contra Florentino». «Que sólo un rico pueda dirigir al Real Madrid, es una patraña». «El Madrid huele a dinero, no a fútbol». «El mejor fichaje del Barça es Florentino». Sentencias de este tipo le espetaron a Florentino, muy seguro de sí mismo en una soleada mañana en la capital comenzó no exenta de polémica, ya que el máximo dirigente blanco cuestionó a los 660 compromisarios presentes entonces la posibilidad de dejar asistir al acto o no a la prensa.
Ante el «no» mayoritario obtenido por respuesta de los compromisarios, Florentino quiso calmar las aguas y echar un capote a los periodistas, aunque con matices. «No podemos generalizar, la prensa nos ayuda a transmitir lo que significa el Real Madrid, aunque algunos quieran hacerme daño a mí y al club», dijo. Tras estas palabras, los socios cambiaron de opinión y permitieron la presencia de los informadores en una asamblea que se abrió con un emotivo vídeo de homenaje a las secciones de fútbol y baloncesto.
En su discurso, con la grandeza y la exigencia del club que dirige como piedras angulares, hizo balance de la pasada campaña. Admitió que fue «atípica», si bien 2014 fue «el mejor año de la historia», y justificó el despido de Ancelotti y la llegada de Rafa Benítez al banquillo porque «el proyecto dio la sensación de agotarse» y existía la necesidad de dar un «nuevo impulso con un hombre de la casa en un club donde no hay sitio para la autocomplacencia».
A juicio de Florentino, el ejercicio anterior tuvo dos partes muy diferenciadas, «la primera con un fútbol espectacular, récord de victorias consecutivas y títulos como la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, y una segunda en la que las lesiones mermaron al equipo a partir de enero».
Más presente que pasado
Más que de pasado, prefirió centrarse en el presente, en lo que toca, como diría el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Destacó la calidad de la actual plantilla para aspirar a todos los títulos y por encima de todos elevó la figura del portugués Cristiano Ronaldo. «Con esfuerzo hemos puesto una plantilla impresionante en manos de Benítez, con los mejores jugadores en su puesto. Cristiano es ya leyenda del Real Madrid, ha conseguido ser el máximo goleador del club en la Liga y en los próximos días también lo será de toda nuestra historia. Es un jugador irrepetible que nos va a seguir dando muchas alegrías», abundó.
El dirigente realizó un inciso en su discurso para recordar a un emblema como Iker Casillas, aunque le achacó en exclusiva la responsabilidad de dejar el Real Madrid. «Iker se fue porque él decidió irse al recibir la oferta del Oporto. Es el mejor portero de la historia del Madrid y del fútbol español. Su ejemplo permanecerá siempre en el club», subrayó. Y, sobre la polémica entre el portero y el técnico José Mourinho, añadió. «No echemos la culpa a Mourinho de lo que ha pasado con Iker. Él le sentó, pero luego se lesionó. Vinieron Diego López y Keylor Navas y siguieron criticándolo todo. Luego llegó la oferta del Oporto, pidió salir y nos siguieron criticando. Hay gente que se levanta cada mañana con la obsesión de hacer daño al Real Madrid y a Florentino Pérez».
Florentino, quien desmintió haber tenido que indemnizar con 10 millones de euros a De Gea por no cristalizar un fichaje ya acordado con el guardameta del Manchester United, aprovechó la coyuntura para lanzar un mensaje a los exigentes aficionados blancos y reclamarles apoyo sin fisuras al equipo. «Debemos ser muy exigentes, pero no perder el sentido de la realidad. Cuando los seguidores demuestran su desacuerdo en el Bernabeu, estamos debilitando nuestra imagen. Ir al Bernabeu es animar a los nuestros. Eso es madridismo y debe ser irrenunciable». Florentino en estado puro.
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