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Los jugadores de la Juventus felicitan a Morata.
El fantasma de Lyon y Morientes regresaron al Bernabéu
Semifinales | Vuelta

El fantasma de Lyon y Morientes regresaron al Bernabéu

El Real Madrid solo pudo marcar de penalti y desperdició muchas opciones de confirmar su billete para Berlín ante un gran Buffon

Rodrigo Errasti Mendiguren

Miércoles, 13 de mayo 2015, 22:54

El Real Madrid, ese que tantas veces superó a sus rivales gracias a la pegada, perdió por falta de acierto la opción de ser el primero que repetía corona en Champions League ante una Juventus rácana, que se aferró a su portero e imposibilitó, otra vez, que Berlín acogiese por fin el partido del siglo, el Clásico de los clásicos en una final continental. Poco más que el escaso acierto se le puede recriminar a los blancos, superiores todo el partido y que revivieron cuando menos se esperaba el fantasma de lo sucedido ante el Lyon en 2009 o en 2004 ante el Mónaco, cuando fue castigado por un delantero querido en la casa que se marchó ante los escasos minutos que le dejaban sus compañeros galácticos. Ahora, es posible que se inicie un nuevo proyecto faraónico, seguramente la primera semana de junio para ilusionar a una afición que vivió con fustración la eliminación y que con el carrusel de altas y bajas pase una menor amargura al ver al Barcelona peleando por la 'orejona'.

Se esperaba que el Bernabéu fuera una caldera por el ambiente y lo era por el calor, excesivo que hubo todo el día en la capital. Después del espectacular recibimiento al equipo dos horas y media antes. La plaza de los Sagrados corazones estaba abarrotada de madridistas eufóricos con la posible remontada blanca. Dentro del estadio la cosa era distinta. A las 20:00, cuando la gran mayoría apuraba el último trato hidratante, comenzó el show en torno a Casillas. Fue silbado en cuanto apareció en el campo pero pronto reaccionaron desde el fondo norte, donde la peña Ramón Mendoza había colocado una pancarta con la leyenda 'Respeto para Iker' algo más pequeña de lo que la propaganda mediática en torno al mostoleño había anunciado. Cuando se anunció su nombre por megafonía no hubo división, aunque el que se llevó la mayor ovación fue Cristiano, al que tras ser coreado su apellido se le premió con su característico 'Uuuuuuu'. Salieron dos pancartas enormes con las diez Copas y un 'Hasta el final vamos Real' y otra con el 'Ya ataca mi Madrid' del himno de la 'décima', coreado con pasión antes del imicio, y la imagen de Di Stéfano.

Buffon, segunda juventud

El duelo, empezó ardiente con un cabezazo alto de Bale en una llegada de Marcelo para desmontar la absurda teoría del agente del galés sobre los pases a su representado. Bonucci también puso mal la cabeza en la primera vez que los visitantes dieron señales de vida. Benzema demostró las razones por las que Ancelotti le colocó de inicio, al bajar un balón llovido, hacer un sombrero girándose ante su cental aunque se le fue alto el remate. La Juve no tenía la prisa de los locales, que dosificaron esfuerzos aunque pusieron a prueba a Buffon. Puso una buena mano a disparo de Cristiano, enrachado ante los rivales italianos, en un golpe franco. Casillas también reaccionó en una intentona lejana de Vidal con mano segura. Tévez, al que más temían los locales, bebió agua del botellín del portero en un córner. El público tenía fe en su equipo, que dominaba y pisaba área aunque decidía mal antes de definir. Por minutos embotelló a la Juve, atrincherada y confiada a los guantes mágicos de Buffon. No estuvo mal Gianlugi a un zurdazo seco de Bale previo al (tonto) penalti cometido sobre James por Chiellini que Cristiano no desaprovechó. La acción es de esas que el aficionado considera clara cuando es a favor y también sirve para argumentar una conspiración cuando sucede en contra. Lo bueno es que el 1-0 obligó al equipo italiano a descolgarse del larguero.

Morata, una y a la red

Se desprotegió y a la contra pudo recibir el segundo, pero Cristiano optó por ser generoso cuando la situación requería finalizar la acción. Ramos buscó un gol de chilena que se quedó en un córner con el que Varane también rozó la gloria. El 2-0 parecía una opción más real para todos, incluídos los seguidores transalpinos que se quedaron en silencio buena parte del juego. Ni siquiera un recogepelotas con ganas de notoriedad y muy antideportivo les hizo salir de su susto. Benzema y Cristiano buscaron aprovechar la espalda de la lenta zaga visitante pero les faltó tino. Cuando la enviaron entre los tres palos ahí estaba Buffon para mantener la distancia a un gol. El descanso fue lo mejor que le pudo pasar a la Juventus, que estaba tocada ante un rival que dispuso de trece ocasiones opciones de gol gozando de una menor posesión de balón. Nadie había agobiado tanto a Buffon esta campaña. Los más agoreros recordaron la funesta noche ante el Lyon, cuando la falta de acierto fue castigada duramente. El regreso de la caseta propició unos gritos de apoyo a Iker y no dejó ningún cambio pese a que calentó Pepe por gestos de dolor de Carvajal.

La segunda parte comenzó con algo más de ambición, no le quedaba otra, por parte italiana. Pogba desaparecido e impreciso no ayudaba en nada a los suyos y pasó a una posición más centrada. Marcelo pudo generar un gol en cada portería, pero al final los dos metas reaccionaron a tiempo. Una falta absurda lateral posibilitó un balón al área, despejado de puños por Casillas. La defensa no salió, Pogba peleó con Ramos para mandarla al punto de penalti. Allí Morata tuvo tiempo de controlar una bola alta, y soltar un derechazo cercano a la red. No lo celebró y de repente regresó el recuerdo de Morientes. Le entraron las prisas al Madrid. Bale enganchó un zurdazo junto al poste a pase de Marcelo y luego se llevó una pitada por una mala acción con la zurda del galés, que gozaba de las mejores ocasiones, por no usar su derecha. Ancelotti sacó a Chicharito para la media hora final, ya que Allegri advirtió en la previa que serían "95 minutos" muy largos. James casi acierta con uno de sus clásicos misiles aunque el asunto lo pudo zanjar Marchisio.

Tiempos de cambio

Sólo ante Casillas vio pequeña ante el meta, que sacó una mano para conceder 20 minutos de épica a los suyos. Un gol la prórroga, dos billete a Berlín. Barzagli entró al campo por un ovacionado Pirlo para sellar los agujeros que encontraba el Real Madrid. Podía salirle bien su planteamiento rácano, pero en condiciones normales no. Morata también se llevó una ovación pese a que a esas alturas al Bernabéu no le quedaban uñas por comerse. La Juve tuvo la sentencia cuando Varane y Ramos pasaron a ser delanteros centros, confiando que un cabezazo postrero, similar al de Lisboa, sujetase un proyecto que el presidente podría sepultar. Por juego, este proyecto no debería terminarse. Pero, a estas alturas, todos sabemos que eso importa poco. Nuevos nombres que solapen otros gloriosos están llegar. Aunque eso supongo llevarse a aquellos que hicieron posible las copas pretéritas.

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