El sueño de dos eurofans malagueños en Eurovisión

Saliéndose de la estadística oficiosa que apunta a que ocho de cada diez seguidores de Eurovisión es gay, están (en Estocolmo) Margarita Agudo y su marido, Alfonso Sánchez, «cuarantaitantos» y «cincuenta», redondos años respectivamente. Ambos, funcionarios del Ayuntamiento de Marbella y padres de dos «niños universitarios que no vendrán con nosotros hasta que terminen la carrera».

Así se lo tienen dicho. Debutaron como eurofans viajeros hace cuatro años en la ciudad sueca de Malmö. El destino era lo de menos. Lo demás, cumplir el «sueño de la vida de mi marido. Así me lo dijo cuando le conocí. Así que se puede figurar qué fue entrar en aquel estadio enorme, escuchar la sintonía del festival y ver a mi marido sin habla. Se me caían las lágrimas. Sentí una emoción como pocas en mi vida», recuerda Margarita.

Como para devolverles ahora al salón de su casa con la hojita rasgada y el lapicero. «Aquella vez no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar y esto es fabuloso, ¡la Superbowl europea! A mí me da una vida...», cuenta pletórica. «Además, hemos encontrado una familia eurovisiva maravillosa. Nos vemos dos veces al año. Una, en el congreso que la organización hace en Madrid y, otra, en el festival. Los íntimos somos un grupo de treinta, en su mayoría, chiquitos gais, pero nos conocemos todos. Yo soy como su mami», explica de camino al encuentro de la hinchada nacional con Barei.

En apenas unas horas, la cantante española se subirá al escenario del Globen Arena. Millones de hombres estarán pendientes de ella. Sólo tiene que darles espectáculo y gozar. Ganar es lo de menos. Hace tiempo que Eurovisión ya no es Waterloo. Y aunque Margarita y Alfonso lo saben venirse algún día con un triunfo sería un sueño añadido a su condidión de incondicionales eurofans viajeros. Pero parece que no será este año ya que su porra de los resultados no nos coloca entre los primeros: 1. Rusia 2. Ucrania 3. Australia... 10. España. Veremos