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El fenómeno milenario de la suegra

El libro 'Suegra no hay más que una... ¡gracias a Dios!' muestra distintos modelos de suegra y ofrece consejos para llevarlo lo mejor posible

José Luis Picón/EFE

Viernes, 3 de abril 2015, 15:20

Un fenómeno milenario como el de la relación con la suegra es analizado, siempre en tono de humor, en el libro "Suegra no hay más que una... ¡gracias a Dios!", de la periodista Flor Enjuto, que relata casos reales, muestra distintos modelos de suegra y ofrece consejos para llevarlo lo mejor posible.

Autora desde 2012 del blog "Hija no hay más que una (gracias a Dios)", en el que demuestra que "la maternidad es tan maravillosa como agotadora", Enjuto, madre de dos niños pequeños, ya incluía una sección dedicada a las suegras, que ahora ha sido el germen de este volumen editado por La Esfera de los Libros.

Considera que el libro tiene "mucho que ver con la maternidad, porque a una suegra no se le conoce hasta que no se le hace abuela" y "a una suegra mala se le cierra la puerta de la casa y a volar", pero, "cuando se tienen niños, ya no es sólo la suegra, sino la abuela de tu hijo, y la cosa se complica".

En sus páginas habla de los tipos de suegra y de los momentos clave como "el primer encuentro, la comida con la familia, el duelo de titanes entre las consuegras o el papel del suegro, generalmente un actor secundario".

Precisamente, entre los suegros distingue "el mediador, que intenta calmar las aguas; el suegro-secuaz, que dice 'lo que diga mi mujer', o el suegro-padre, que es protector".

Pero las mayores tiranteces se dan en la relación suegra-nuera, quizás por "un duelo de poder por el hijo", según la periodista malagueña, que lo achaca a la protección de la madre sobre su hijo y al malestar por el hecho de que "ahora que el niño está crecidito, venga una de la calle a reorganizártelo".

"Llega otra y la madre ya no es la mujer de su vida", ha añadido la autora del libro, que habla también de "las buenas suegras disfrazadas de malas suegras, como la suegra-sargento, que trata de poner orden en tu vida, pero lo hace con su mejor intención".

Suegra entrometida

Otros tipos son "la suegra entrometida, que se mete en tu casa y te ordena el cajón de los tangas", o "la buena suegra, que está cuando tiene que estar, ni antes ni después".

Flor Enjuto incluye en cada capítulo del libro relatos basados en historias reales que "parecen mentira o sacadas de una película de Berlanga" y recomienda "intentar llevarse lo mejor posible y hacer de tripas corazón".

Cita un primer encuentro en el que la chica acudió "vestida de amarillo, con una caja de bombones y una botella de vino" y no acertó, porque la suegra "era muy supersticiosa y se santiguó al verla, tenía diabetes y su marido era alcohólico".

También puede pasar que se haga "un alegato contra la tauromaquia y después se vea una foto de la suegra con El Juli", o criticar al Ejército para descubrir a continuación "que el suegro luce un tatuaje de la Legión".

Pese a todo, recomienda en esos primeros encuentros "no dejar de ser uno mismo", como "esa chica un poco 'underground' que se vistió de señorita catequista y se encontró a la suegra con una camiseta de Barricada".

El libro concluye con el capítulo dedicado a la "buena suegra" y pretende actuar como "un bálsamo", ya que si se le quiere regalar a la propia suegra, "la mujer se viene arriba al leerlo", apunta a Efe la autora.

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