Detienen a un sospechoso de las agresiones a mujeres sin mediar palabra en Mijas y Fuengirola

Lo encontraron dormido bajo el puente del Chaparral, en Mijas. Sus características físicas encajaban con las descritas por las víctimas. Ayer, un hombre de 42 años fue detenido por la Guardia Civil como sospechoso de las agresiones a mujeres cometidas en Mijas y Fuengirola en las últimas semanas.

Los agentes que llevan el caso tienen sobre la mesa tres denuncias que responden a un mismo modus operandi y que describen como autor de los ataques a un hombre joven, de 1,80 metros de altura y de raza negra, según las distintas fuentes consultadas.

Los guardias civiles que participaban en el operativo de búsqueda, con ayuda de efectivos de la Policía Local de Mijas, localizaron a primera hora de la mañana al sospechoso y lo trasladaron al cuartel de la Benemérita. Las víctimas acudirán hoy a las dependencias policiales para identificar al detenido.

Por orden cronológico, el primero de los casos que se investigan sucedió el 2 de abril en el Camino de Coín, en la localidad de Mijas. Sergio, de 23 años, acompañaba a casa a una amiga (21) cuando se dio cuenta de que alguien los estaba siguiendo. «Lo sentía cada vez más cerca. Justo cuando pensé se aproxima demasiado, se lanzó sobre nosotros», explica el joven.

Primero se abalanzó sobre su amiga, a la que cogió del brazo y arrastró por el suelo. Cuando Sergio acudió a defenderla, la emprendió a golpes con él. «Se lió a puñetazos conmigo, sin pedirnos absolutamente nada. Al principio pensábamos que nos quería robar, pero al ver que no nos quitó nada, creímos que había sido un intento de agresión sexual a mi amiga».

Los dos jóvenes empezaron a pedir auxilio a gritos. Una vecina los escuchó y salió de su casa armada con una escoba, momento en que el agresor emprendió la huida. «Volvimos a verlo al fondo de la calle, como queriendo observar qué pasaba», relata Sergio, que acudió al centro de salud y, después, al hospital. «Pudo darme 10 o 12 puñetazos. Me causó hematomas por todo el cuerpo», añade.

La segunda agresión la sufrió Andrea, una joven universitaria de 28 años que fue atacada el sábado de la semana pasada en la avenida Miramar, en Fuengirola. La víctima volvía a casa tras dar un paseo con su perro. Cuando cruzaba el paso de peatones, se encontró con un hombre de raza negra que le preguntó: «¿Quieres películas?». Ella respondió que no. Al pasar junto a él, el desconocido le dijo: «Sí quieres películas». Acto seguido, le asestó un golpe seco y con la mano abierta en la cara que le ocasionó una hemorragia nasal y un hematoma en el rostro.

Con un martillo en la mano

Dos días después, Rebeca, que tiene «algo más» de 50 años, fue atacada cuando salía a pasear a su perro por la urbanización El Faro, en Mijas. Cuando terminaba de cruzar un puente peatonal, se topó con un hombre apoyado en la pared. Tenía un martillo en la mano, según la víctima, que pensó que era un mantero.

La mujer relató a este periódico que, al llegar a su altura, el hombre gritó: «¡Pero, pero!» (ella entendió que se refería al perro). Acto seguido, le asestó al menos 10 golpes con un objeto contundente que la víctima identificó como un martillo, aunque los investigadores no descartan que se tratara de una botella. Las pesquisas del caso, entre tanto, continúan abiertas.