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R. GORRIARÁN / M. D. T.
Viernes, 3 de junio 2016, 00:40
Felipe González no tiene dudas y pone «la mano en el fuego» por la «honradez personal» de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, procesados por presunta prevaricación y malversación de fondos públicos en el caso de los ERE fraudulentos. El expresidente dio el paso que muchos dirigentes socialistas hubieran deseado que diera Pedro Sánchez ante el enjuiciamiento de los expresidentes del PSOE y de la Junta de Andalucía.
La frialdad con que recibió el líder socialista el procesamiento de Chaves y Griñán sorprendió a muchos en su partido porque esperaban una respuesta más cálida y una defensa de su honradez dado que no están acusados de haberse enriquecido ni de haber robado dinero público, supuestos en los que la defensa sería inviable. Están acusados de irregularidades administrativas que son interpretables y se sustanciarán en el juicio. Pero Sánchez, en vez de romper una lanza, se limitó a decir que él era un político «limpio», mostró su «respeto» a las decisiones judiciales, defendió la presunción de inocencia de los acusados y alabó el código ético que el ha incorporado a los reglamentos del partido. Un desapego inexplicable para muchos en el PSOE
«Sin duda alguna, son inocentes de los delitos que se les imputan y quedará demostrado» en el juicio, afirmó el expresidente del Gobierno, que amplió el círculo de personas por las que pondría su mano en el fuego a la exministra de Fomento Magdalena Álvarez. Y aunque se mojó en la defensa de Chaves y Griñán, se negó a valorar la fría reacción del secretario general de su partido y el malestar interno que ha generado. «No entro en eso», zanjó.
El enfado está bastante extendido en el partido, pero es mayúsculo entre los socialistas andaluces, aunque ninguno de sus dirigentes quisieron ayer manifestarlo en público para no enturbiar una campaña electoral que se prevé ahora más dura si cabe. Sánchez tendrá actos electorales en Andalucía esta próxima semana y será presentado por la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en un desayuno informativo el martes. En privado los socialistas andaluces no ocultan el malestar. La consigna de Díaz era la de salir en defensa de los expresidentes. «Era el día de darles cariño, no de mostrar distancia», subrayan fuentes de su entorno.
Tanto desde el Gobierno como desde el partido, los socialistas andaluces defendieron como Felipe González la esperanza de que Chaves y Griñán salgan absueltos y puedan demostrar su inocencia. Contrariamente a lo que pasó hace dos años cuando fueron señalados por Alaya y la misma Díaz marcó distancias con ellos, ahora defienden la gestión que llevaron a cabo en Andalucía. «Son dos personas honestas que han demostrado un trabajo intenso en beneficio de su tierra y de mejorar Andalucía», dijo ayer el vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios.
Elogios de Iglesias
Una de las pocas frases comprensivas con el comportamiento de Sánchez procedió de quien menos desea el líder socialista recibir flores, de Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos aplaudió la «positiva» actitud de su homólogo socialista al marcar «distancia de ese PSOE viejo de Chaves y Griñán».
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