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Javier Recio
Domingo, 1 de diciembre 2013, 13:19
Adelaida de la Calle acaba de dejar su cargo como presidenta de la CRUE, la rectora de los rectores. En esta entrevista se centra en la Universidad de Málaga, en su futuro, en las carencias y sus virtudes. También repasa y no elude cualquier pregunta sobre su disposición a dar el salto a la política. La rectora habla sin tapujos de la entidad académica que dirige y de la ciudad. De Málaga.
La Universidad de Málaga acaba de entrar en dos áreas del ranking de Shanghái. ¿Este hecho es para sacar pecho o no es para tanto?
Es importante entrar, porque hay que tener en cuenta que los rankings están hechos a la medida de las universidades anglosajonas. Estar en el entorno de las 400 a las 500 mejores universidades del mundo en esas áreas es muy bueno. Y eso que no soy muy partidaria de los rankings, que se hacen ad hoc.
Eso suena un poco a excusa.
Es que es así. Mire, Shanghái, que es es promotor, tiene que entrar y hacen unas medidas adecuadas para que así suceda. Hay indicadores fácilmente conseguibles, pero también hay otros en los que hay que saber la mecánica. Hasta que no destripas el ranking no te enteras por dónde van las cosas. Nosotros hay cosas que hacemos francamente mal en las universidades. Por ejemplo en las publicaciones. Yo, Adelaida de la Calle, firmo como A. de la Calle. Y después pongo Departamento de Biología Celular, que importa un bledo. Después, Facultad de Ciencias, que importa otro bledo. Y después, Universidad de Málaga. Se tienen en cuenta las dos primeras firmas, o sea, que en mi caso, no contarían para la puntuación de la Universidad.
Pero eso es fácil de arreglar. Bastaría con poner A. de la Calle, Universidad de Málaga.
Sí, es fácil cuando te has enterado, cuando hemos visto uno por uno los indicadores, que hay que comprarlos.
¿Cómo?
Sí, sí. Todo esto se paga. Que nadie crea que esto es gratis. Hay que pagar por tener los indicadores de cada área de conocimiento.
¿Y cuánto ha costado tener estos indicadores?
Unos 50.000 euros. Nosotros hemos llegado tarde, pero ya hemos creado una comisión de rankings para saber qué tenemos que hacer. Estamos preparando ahora unas normas de buenas prácticas para que publiquemos bien. Para que lo que hagamos se nos tenga en cuenta en los citados indicadores. Para posicionarnos bien. Después hay otras cosas que la gente no sabe
¿Por ejemplo?
Pues que la producción científica se divide entre el número de funcionarios que tiene la universidad. Esto es importante porque si una universidad tiene el 51% de funcionarios y un 49% de contratados, la producción científica de estos últimos se suma a la de los primeros, pero para hallar la media solo se divide entre el número de profesores funcionarios. O sea, que cuanto más contratados tengas mejor, pues la productividad científica aumenta enormemente. La Pompeu Fabra, por ejemplo, sale muy beneficiada, porque tiene muchos contratados y pocos funcionarios.
Pues ya hay trampillas en esto de los rankings.
Claro, porque además está hecho a la medida de las anglosajones, que, por ejemplo, tienen también muchos contratados y pocos funcionarios.
Bueno, dejemos a las universidades anglosajonas y volvamos a Málaga. ¿No cree que la UMA ha estado muy mimada en la ciudad?
Sí. La universidad ha sido la institución más valorada en todos los ámbitos. Es normal. Hoy que vivimos en una sociedad con tantas confrontaciones, la universidad es muy multicultural, multiideológica. Eso aproxima más al ciudadano. En el caso de Málaga además la sociedad está agradecida. Málaga era de esas ciudades que necesitaba una universidad.
¿Cree que lo más importante que ha pasado en Málaga en los últimos 50 años ha sido el nacimiento de la UMA?
Pues me atrevo a decir que sí. Sí, porque ha cambiado la fisonomía de Málaga. El acceso a la formación de tantos como han pasado por esta universidad ha hecho de Málaga una ciudad que tiene ahora con muchos profesionales con muy buena formación. Y estos profesionales han cambiado la fisonomía de la ciudad. Ha generado una cultura distinta. El malagueño está agradecido. Mire, uno de los actos que más me gustan es el de la investidura de nuevos doctores. Vienen las familias a acompañar a sus hijos y son familias que en la vida habían tenido a un miembro universitario, no ya doctores, sino universitarios. Esta gente antes no tenía esta oportunidad y ahora sí la tienen. Por eso está tan mimada la UMA.
Pero no cree que eso puede ser perjudicial, la ausencia de un sentido más crítico
Eso no quita el sentido crítico. Yo quiero a mis hijos, pero los critico cuando les veo sus defectos. En Málaga también se ha hablado de los defectos de la Universidad, aunque es verdad que no hay acritud ni agresividad, lo cual es bueno. Yo creo en el debate y en la discusión.
Discutamos pues. En plena época de crisis, ¿no cree que hay cuestiones recortables en la Universidad de Málaga?
-Las universidades hemos pasado por una época de muy, muy mala financiación. Hay que darse cuenta de que acabamos de pagar la deuda que teníamos desde tiempos inmemoriales. No podemos competir con las cien mejores universidades que están en el ranking. A la universidad pública hay que financiarla para que sea competitiva, pero es verdad que tenemos que buscar fondos propios. Y éstos se encuentran en los entornos. Cuando tú no tienes un entorno tan competitivo como el que puede tener Alemania o Suecia o Japón es difícil que puedas encontrar esa financiación. Es difícil que superemos un 20%, lo que nos obligaría a cobrar las matrículas más caras y pasaríamos de un concepto de universidad pública a uno de universidad privada. Tenemos que apostar por la investigación. La realidad es que aquí estamos los últimos de la fila. Y para subir en prestigio, o bien aumentamos la producción científica o tenemos premios Nobel. Y nosotros ni los tenemos ni los vamos a contratar.
Suena a utopía, un premio Nobel de la Universidad de Málaga
Es verdad. Somos muy jóvenes. Pero en España, ¿cuántos premios Nobel hemos generado? Tenemos un gran déficit aquí. Pero hay otro mecanismo, que es contratarlo para tu universidad. Corea lo está haciendo. Hay que tener en cuenta a qué precio. El premio Nobel no es solo la persona, sino el laboratorio, su equipo, los fondos para investigarEso sería, para que se haga una idea, un cuarto de nuestro presupuesto. Cada año.
¿Entonces qué se puede hacer?
Mejorar la capacidad científica. Por ejemplo, con el campus de excelencias. Estamos duplicando la producción. Solo tenemos que firmar como Andalucía Tech y nos iría mucho mejor. Nos pondríamos en España de los primeros y en el ranking nos colaríamos entre las primeras 200.
Permítame que le haga una reflexión desde fuera. Hay mucha gente que piensa que los profesores universitarios viven muy bien, que están todo el tiempo viajando en intercambios que no se saben muy bien qué eficacia tienen, con cursos de veranos a los que cada vez van menos alumnos...
Empiezo por lo último. Los cursos de verano no son cursos para la universidad, sino para la sociedad. Un deber que tenemos con la sociedad.
Pues cada vez tiene menos seguidores.
Es verdad, y cada vez tenemos menos cursos de verano. Y es una pena, porque son cursos de reciclaje. Cada vez tendremos menos, pese a que muchos municipios los quieren, porque quieren generar una dinámica en su entorno. Ahora con las nuevas tecnologías es verdad que se están reduciendo. Pero estamos obligados a extender la cultura. Ahora bien, es verdad que seguiremos ajustándolos si tienen una respuesta menor. ¿Qué era lo otro que me decía?
Los continuos viajes de los profesores a otras universidades.
Esa es la internacionalización. La movilidad es vital para esa internacionalización.
¿Y eso puntúa mucho?
Muchísimo. Eso es lo que más puntúa. Si eres capaz de firmar un trabajo con la Sorbona de París y la de Málaga te puntúa el doble. Sería horroroso que no nos moviéramos. Sería la peor de las endogamias. Nos riticarían eso. Estamos haciendo un esfuerzo por la movilidad, por atraer a profesores que vengan y nos enseñen o que lo enseñemos a ellos en sus respectivas universidades. Es importante la movilidad del conocimiento.
Eso se plasmará en trabajos comunes, ¿no?
Debe plasmarse. ¿Cómo generas un contacto para hacer trabajos comunes? Los contactos no se generan vía email, sino por estancias. Tú vas a Alemania y estás tres meses y allí conectas con un profesor, que a su vez tiene contactos con otro profesor europeo. Para generar un proyecto europeo se necesita que estén tres países implicados. Hay que apostar por eso, pero con condiciones, porque las estancias no pueden convertirse en vacaciones. Los profesores tienen que justificar su trabajo, que son publicaciones conjuntas.
Otra de las cuestiones que llaman la atención en este tiempo de crisis en el que se revisa todo es el hecho de que la UMA le pague la matrícula de las carreras a los hijos de sus funcionarios.
Eso es la acción social de la Universidad.
Sí, pero a costa del erario público.
-Sí pero está dentro del capítulo 1, de lo que hay que dedicar obligatoriamente a acción social. La pagamos en formación y pensamos que puede ser extensiva, o sea, no solo para el funcionario, sino para sus familiares directos. Esta acción no es nada nueva, está desde el inicio de la Universidad.
Ya pero que forme parte de la costumbre no la justifica¿Usted es partidaria de quitar esta ayuda?
De momento por lo que apuesto es por la reducción de cada una de las acciones sociales. Ayudas médicas, para libros.La hemos reducido ya y la hemos dejado prácticamente en la formación.
Perdone que le diga, pero mucha gente no hará uso de esta formación, porque no tenga hijos o no quieran estudiar, y habrá otros que sí, porque tengan varios hijos.
Los que tengan muchos hijos se podrán beneficiar por las ayudas del Estado al ser familia numerosa. Nosotros primero miramos si cumplen los requisitos de otras ayudas estatales (renta, etc) y si no, lo asumimos nosotros en primera convocatoria. Es verdad que a lo mejor se puede plantear quitarla, porque las circunstancias sociales han cambiado. Probablemente, cuando tengamos que reducir, uno de los temas que planteemos sea el de la matrícula. Oye, pues se quita la primera matrícula, que tampoco representa un montante tan exagerado.
Sí, pero desde fuera se ve como un privilegio.
Sí, pero vas a cualquier otro funcionario y tiene otro tipo de ayudas. En los ayuntamientos, la Junta o el Estado. La acción social las rigen los agentes sociales. A mí lo que me interesa es en formación, aunque no sea extensiva a los familiares. Si un funcionario se forma prestará un mejor servicio y tendrá derecho a un mejor sueldo, por lo que no necesitará ni becas ni echar mano de esta acción social.
Después de cumplir 40 años, y dejando aparte las infraestructuras, ¿qué debe mejorar en la UMA?
Nosotros somos una universidad que tenemos una de las ratios más bajas de número de alumnos por profesor.
¿Ahí destacan?
A mí me gustaría seguir mejorando esa ratio, porque así mejoraría la formación de los estudiantes y la productividad de nuestros profesores. Tenemos que crecer en calidad personal. Es verdad que tenemos laboratorios y equipamientos estupendos, pero para darle un mejor rendimiento necesitamos un mayor número de especialistas, técnicos que sepan manejarlos. Esta universidad carece de un cuerpo técnico suficientemente adiestrado y formado para dar respuesta al investigador.
¿A qué se refiere?
Yo estuve en Alemania hace unos años haciendo un trabajo y cuando yo le pregunté a mi jefe, a mi profesor, dónde estaba el laboratorio fotográfico, me contestó que yo era muy curiosa. Me quedé sorprendida, porque yo lo que quería era revelar mis fotos, algo que los investigadores alemanes no hacían. No tenían que hacerlo, porque tenían unos técnicos que se dedicaban a eso. El investigador está allí pensando en el experimento. En España estamos a años luz. Y en Málaga pasa igual. Aquí el investigador se mete en el laboratorio y tiene que fregar hasta los cacharros.
¿Y hay un problema con los idiomas?
Enorme, como lo tenemos en toda España. Es una asignatura pendiente, aunque se ha mejorado, gracias a la movilidad erasmus de los estudiantes y la de los profesores. Por eso, desde la Fundación damos cursos gratis a profesores y a personal de administración. A los estudiantes le sufragamos el 50%. El bilingüismo tiene que avanzar, porque tenemos esa carencia.
Hablando de calidad, ¿qué datos hay de fracaso académico en la UMA?
El fracaso está por debajo de la media de la OCDE.
¿Podría concretar, por favor?
-Algo menos de un 30% de los estudiantes no acaban la carrera.
¿Y eso de quién es culpa?
Creo que hay que echarse las culpas mutuamente, aunque a mí no me gusta echar culpas. Normalmente el alumno se desanima y lo deja. ¿Y por qué se desanima?, porque no aprende. ¿Y por qué no aprende?, porque no le han enseñado bien. Hemos tenido muchas salidas porque la gente tenía muchas oportunidades de trabajo. Por eso ahora, aunque el espacio europeo ha mejorado mucho el éxito, yo diría que también ha ayudo la falta de trabajo. Ahora no ven a su amigo ganando dinero. Es curioso, por ejemplo, que abandonan más los hombres que las mujeres. La media europea es del 30% y nosotros sobre el 27%.
Por cierto, ¿cómo va el programa de mecenazgo que presentó para ayudar a los estudiantes con menos recursos económicos?
La última vez que vi los datos se habían recaudado unos 10.800 euros.
Eso es muy poco.
Sí, es muy poco. Es curioso porque la mayoría son pequeñas donaciones.
O sea, que las grandes empresas no están respondiendo.
Tampoco tenemos grandes empresas, pero sí es verdad que las empresas no están respondiendo. Da pena esto. También pido que haya un mayor reconocimiento del mecenazgo, que debe tener más deducciones. Hay que cambiar la Ley de Mecenazgo para lograr atraer las grandes donaciones, no solo para los alumnos, sino para actividades culturales y para la investigación.
Da la impresión que a usted no le gusta que vengan universidades privadas a Málaga, ¿por qué?
Yo no he dicho que no, sino que he preguntado qué universidad queremos que venga a Málaga. A mí me gusta ser honrada con el entorno y por eso digo: oiga no me traiga usted un patito, que es como lo llaman en Sudamérica. Tráigame una universidad potente, que compita.
Bueno, pero al final será la gente la que elegirá si quiere ir a un sitio o a otro.
Pero hombre, hay que decirle que el esfuerzo de abrirnos a universidades privadas hay que hacerlo con responsabilidad. Con sentido del rigor. No vamos a competir. Los alumnos que ahora se van a Madrid se quedarán en Málaga. Es simplemente eso. Ese es el nivel. No quiero que la gente se encuentre con que crea que va a tener un beneficio diferente. No me gusta engañar.
Seamos claros, han dicho que quieren venir a Málaga la UCAM de Murcia, la Europea de Madrid, la de Loyola. ¿Qué le parece estas universidades?
Vamos a ver, tienen perfiles distintos. Digamos que de la UCAM todo el mundo tiene una imagen de su forma de funcionar, de las materias que imparte
Perdone, pero muchos lectores desconocen esta universidad y no saben si su forma de actuar es buena o es mala.
Mire soy presidenta de la CRUE y no puedo entrar en esa dinámica. Lo que quiero decir es que cuando uno habla de los rankings en las mil primeras universidades de 21.000 están todas las universidades públicas españolas y solo hay cuatro privadas: la de Navarra, la Ramón Llul, el CEU y la de los jesuitas.
Queda claro. Bueno, para ir terminando (la entrevista). ¿Seguirá usted un cuarto mandato al frente de la UMA?
No tengo una bola mágica.
Pero eso lo sabrá sin necesidad de bola mágica.
Yo cada vez vivo más el día a día. Por razones evidentes de edad, por razones familiares, por razones personales. Y jamás diré de esta gua no beberé ni cosas por el estilo.
Hablando de aguas que dice que no beberá ¿qué pasa con la política? Hay gente que dice que usted tiene ganas de una aventura política.
Eso quiero que quede muy claro, porque quizá sea lo que tengo más claro en la vida.
Ahí no aplica usted la doctrina del día a día.
No. Toda la vida he querido ser académica y por eso no he adoptado otra decisión en mi vida. A lo mejor alguien me ha dicho algo.
¿Cómo? ¿Le han ofrecido alguna vez ir en una lista electoral?
Sí.
¿Para el Ayuntamiento o para la Junta?
Ya no puedo decirlo.
Venga, que ya se ha soltado
Prometí no decirlo y no lo digo.
Parece claro el partido.
No, no.
Hombre
-Ese partido que la gente creeVamos que no es mi partido.
O sea, que se lo ofreció el PP.
Más o menos.
Para el Ayuntamiento..
Eso sí que no lo diré en la vida. Para nada.
¿Hace mucho tiempo?
Sí, hace mucho tiempo. Estaba en campaña electoral para mi primer mandato como rectora. Esa ha sido la única vez que me propusieron ir en una lista electoral. No he tenido nunca ni un carné que no sea el de identidad o el de conducir. La gente que lo tenga claro. Nunca he querido hacer una carrera política. No tengo ningún interés.
¿Cómo ve usted Málaga?
Málaga goza de unos privilegios naturales especiales. Málaga tiene una gente maravillosa. Nunca me he sentido ajena en Málaga. Málaga tiene un sentido de la creatividad enorme. Málaga se autogenera en el día a día. Es lo más plástico que he visto yo de ciudad.
Algún fallillo tendremos. ¿En qué debe mejorar?
Pues que todo ese ingenio, esa creatividad lo tendría que aprovechar más en su propio beneficio. Tiene que finalizar lo que imagina. Es un poco indecisa en la toma de decisiones.
Uy, indecisa. Alguien puede pensar que está hablando del alcalde, al que hay gente que le tacha de indeciso.
No, no, estaba muy alejada de eso que usted me plantea. Es verdad que en el ámbito político es difícil la toma de decisiones con consenso. Y es que desde que ganan las elecciones están pensando en ganar las siguientes y entonces no buscan los consensos. Pero eso no tiene que ver con la gente. He conocido a muchísimos malagueños que triunfan y han generado riqueza fuera de Málaga. Algo falla entonces. ¿Por qué no se integran y desarrollan esa riqueza en nuestro entorno? La verdad es que me sorprende, porque Málaga es muy cosmopolita. Hay que veces que en una mesa somos ocho y todos nos consideramos malagueños aunque no hayamos nacido aquí.
Como usted, que es una malagueña de Palencia.
Sí, ja ja.
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