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«Me hubiera gustado soltarme más el pelo»
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«Me hubiera gustado soltarme más el pelo»

Laura Sánchez triunfa con su firma deropa íntima y de baño: «Me paran por la calle para decirme 'deseo que salgan las 'bloomers' de la lavadora para ponérmelas'»

LUIS GÓMEZ

Domingo, 6 de octubre 2013, 11:35

Laura Sánchez lo mismo reinaugura el Hotel&Terraza VP Jardín de Recoletos de Madrid que posa con sus bloomers, una mezcla de braga y bikini. La actriz, modelo y diseñadora triunfa ahora en su faceta de empresaria con una firma de lencería y ropa de baño plagada de color.

Así que hoteles y braguitas de colores...

Bienvenido sea todo el trabajo.

¿Se siente modelo-objeto?

¡Claro! Las modelos somos producto. Así de claro. Tenemos que vender. Algunas veces, cuando somos jóvenes, nos equivocamos y confundimos. Queremos ser estrellas de la noche a la mañana, y la estrella es lo que llevas puesto. No una misma. Después, sí, entra en juego tu carácter, tu voz, tu forma de ser... para ir evolucionando en esta jungla.

¿Qué tal se las apaña Laura para vender en esta selva?

Vengo de padres tenderos y siempre se me dio bien vender.

¿Otra modelo metida a diseñar?

No, no, no. Es un prejuicio muy español eso de que no se puede hacer una cosa si eres otra. Si supiera cantar, lo haría.

Pues ahí tiene a su pareja.

Pongo todo el empeño del mundo y con un músico en casa (David Ascanio) ... Pero qué va. Está muy enamorado de mí y dice que tengo un timbre muy bonito, pero hasta ahí llega el cumplido.

Odiaba las telas y ahora zurce tangas sin costuras.

En mi casa ha habido hilos y máquinas de coser por todos los lados. Mi madre, aparte de tendera, es patronista. Ahora se ríe de mí porque me ve con retales, tejidos..

Vende lencería muy divertida.

Al final, el invierno es muy largo y gris y es muy agradable cuando te desnudas en casa verte con algo de color en el cuerpo.

¿No teme overbooking con tantas famosas diseñando?

Me planteo Bloomers&Bikini como una carrera de fondo. Tanto David como yo queremos que esto llegue a ser nuestro modo de vida.

¿Él es el jefe y usted la dueña?

Le estoy dejando mandar demasiado. Hay un reparto de tareas.

Las bloomers son un concepto de braga-bikini con talla única. ¿Así democratiza la moda?

El primer año fueron así porque teníamos tejidos que cedían bastante. No llega a ser un culote, pero tampoco un tanga.

Hace también pareos, sudaderas...

Una vez metidos, te pica el gusanillo. Si empiezas vistiendo a una mujer por una braga, se le pueden poner muchísimas cosas encima. Es un estilo enfocado a la playa y al verano. Mi chico es canario y siempre tiene metido el calor en el cuerpo.

¿Cuidan las mujeres su ropa íntima?

Mucho. Las solteras, mucho más y las que estamos en pareja, también. Lo que más me ilusiona es que me paren por la calle y me digan oye, que me compré hace quince días unas bloomers y estoy deseando que salgan de la lavadora para ponérmelas de lo cómodas que son.

Exhibe la ropa que fabrica. ¿Eso que se ahorra?

Al principio me negué. Hasta que los íntimos me dieron una colleja y me recordaron a ver, llevas 16 años trabajando para los demás, ¿cómo no vas a trabajar para ti?

«Con 16 años, ganaba mucho y salía de noche, aunque volvía a casa antes de la una de la madrugada para evitar disgustos a mis padres». ¿Fue una chica buena?

Siempre he sido demasiado responsable. Entre mis amigas era la madre y ahora soy muy madre. Aveces me da rabia ser tan cuadriculada. Me hubiera gustado soltarme más el pelo.

¿Recibir una educación estricta le salvó de los «peligros del difícil mundo de la moda»?

Tengo los valores bien arraigados. Cuestión de educación.

«Me habría gustado hacer más cosas de las que he hecho». ¿Qué le ha faltado para llegar lejos?

Si en ese momento no lo decidí, mis razones tendría. Empezamos muy jóvenes en este trabajo y sin apreciar la suerte que tenemos. ¿Que ahora es tarde para irme a Nueva York? Pues sí. Y, además, tampoco me iría. Pero gané en calidad de vida. Al final, ni el éxito ni el dinero te dan la felicidad.

Mantiene las medidas de cuando empezó: 85-60-90. Fue de las grandes modelos españolas.

Me habría gustado trabajar con grandes fotógrafos, aunque para eso nunca es tarde. ¡Ya llegará!

¿Cuáles son sus espinitas?

La tuve mucho tiempo pero la quité. Me cancelaron en dos ocasiones la misma mañana el desfile de Yves Saint Laurent.

Lástima.

Pero conocí al señor Laurent. ¡Y charlé con él! Era ya tan mayor y entrañable... Recuerdo que me estaba arreglando el vestido de salida. Me pinchó dos veces y me pidió mil veces perdón.

Aunque algún diseñador se las has querido «cortar», ¿sigue teniendo las caderas en su sitio?

¡Más de uno! Siempre he sido muy prudente y diplomática. Me han criado con una educación muy de agacha la cabeza y traga. Me callaba cuando me decían esto con 17 años.

¿Sigue agachándola y callando?

No. Ahora contesto con una sonrisa. Con los años dejas de ser tan diplomática. Que me digan ahora que me sobra cadera, ¡que verán!

¿Por qué reza todas las noches?

Es mi meditación y mi momento de dar las gracias. Me alivia. Rezo como podría cantar o recitar una poesía. Me lo enseñaron mis padres de pequeña y sigo haciéndolo.

«Veo una barriga por la calle y se me van los ojos». ¿Piensa en ser madre de nuevo?

Continuamente.Estoy reteniendo mis ganas.

Nunca es aconsejable retenerlas.

Ya, pero no es que no quiera, es que no puedo .

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