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Prince, durante el concierto en Marbella. / Josele-Lanza
Prince en Marbella: julio de 1990
AQUEL CONCIERTO DE...

Prince en Marbella: julio de 1990

El cantante de Minneapolis repasó en un concierto con un montaje espectacular todos sus éxitos y las canciones de 'Graffitti Bridge'

RAFAEL CORTÉS @jrafacortes

Domingo, 15 de septiembre 2013, 12:06

Prince ofreció junto a su banda un exitoso y espectacular concierto en el Estadio Municipal el 27 de julio de 1990, dentro del 'Nude Tour', una gira con la que el cantante de Minneapolis recorrió medio mundo. Todos los grandes éxitos de su carrera, incluidos 'Purple Rain', 'Housequake', 'Kiss' o '1999', con los que prendió la mecha el artista en su comparecencia, sonaron en una actuación llena de ritmo negro y de música funk. Batería, guitarra, bajo, teclados, coros y bailarines plagaron el escenario en el que el músico repasó los éxitos de su primera década de carrera y también las canciones de su disco más reciente hasta la fecha, 'Graffiti Bridge'. Le costó caldear el ambiente a Prince, al que vieron unas 18.000 personas que pagaron entre 5.000 y 8.000 pesetas por hora y media de actuación, pero cuando se metió en faena logró encandilar a la concurrencia.

El concierto de Prince en Marbella comenzó con casi una hora de retraso, a los acordes de 'The Future' y en medio de una atmósfera misteriosa, dando paso a una secuencia de temas muy rítmicos que pusieron a los asistentes a bailar. Con 'Kiss' se metió al público en el bolsillo un Prince vestido de negro que repetía hasta la saciedad la palabra «Marbella», para dar paso después a su ya por entonces popular 'Purple Rain', una canción que encendió los primeros mecheros en el Estadio Municipal, tal y como sucedería después en la recta final del concierto con 'Nothing compares to U', a la que Prince puso final con una imagen que mostraba al genio de Minneapolis crucificado en medio de un corazón.

Escenario faraónico

La actuación estuvo llena de imágenes que se proyectaban en las pantallas de vídeo que se colocaban junto a un escenario faraónico que contaba también con dos pasarelas que se metían en medio del público, por las que se deslizó Prince en varios momentos de su actuación. Un show de unas características técnicas similares a las que presentaba en aquellos primeros 90 Michael Jackson en sus actuaciones, que sin embargo no llenó el recinto marbellí.

Después de unos momentos más relajados y una solemne versión del 'Ain't no Way' de Aretha Franklin volvió el Prince más eléctrico y enérgico, con 'Batdance' y 'Partyman', que dieron paso al único bis de la actuación del artista, que se entregó a los juegos vocales tras la interpretación de 'Baby I'm a star'. El balance de la actuación fue satisfactorio finalmente, no tanto para los promotores de la misma, que se quedaron muy alejados de vender las 28.000 localidades puestas a la venta y de cubrir los gastos de producción del montaje. Un presupuesto de más de 80 millones de pesetas para una actuación a cuyos gastos hubo que sumar los gastos derivados de los requerimientos del artista, que no fueron pocos.

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