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NOEMI R. NAVAS
Viernes, 19 de julio 2013, 11:20
Es una cala idílica para muchos malagueños, por eso los fines de semana, y ahora prácticamente a diario, cientos de bañistas eligen la playa del Peñón del Cuervo para disfrutar del verano. Sin embargo, a pesar de la afluencia de visitantes que la regentan, las quejas por su deterioro se han multiplicado en los últimos meses. Algunos amplían ese periodo un poco más, coincidiendo con la remodelación de las pasarelas peatonales y la instalación de barbacoas en la zona. «Desde hace dos años el espacio recreativo habilitado por el Ayuntamiento se ha convertido en un botellódromo con el consiguiente daño medioambiental. La calidad de la arena es lamentable», denuncia Concha López. Esta vecina de La Araña no es la única que se expresa en esos términos a la hora de describir el deterioro galopante de una cala que, muy a menudo, es tomada por «incívicos» para malestar de sus usuarios.
«Arrancan las papeleras, tiran botellas de cristal a la playa, restos de comida y hasta se hacen hogueras a pesar de que está prohibido. Incluso acampan en el área acotada (a unos 200 metros de la orilla) ante la pasividad policial», señala López. La ordenanza de uso y disfrute de las playas del término municipal de Málaga prohíbe las acampadas en estas zonas. En cambio, los campistas ilegales parecen hacer oídos sordos a la normativa y con frecuencia se adueñan del terreno, dejando a su paso un cúmulo de residuos. Tampoco se salva el peñon que da nombre a la cala, donde la gente ha tomado por costumbre hacer sus necesidades ante la falta se aseos. «El olor es insoportable, eso no se puede consentir», critica Javier Sánchez, de El Palo.
Por ello, los bañistas que conocen la cala desde hace décadas, se lamentan del abandono y defienden su puesta en valor «como un mirador con encanto sobre el Mediterráneo». «Nuestra reivindicación es dotar a la playa de sistemas de vigilancia y, mientras estos llegan, reforzar la presencia policial para frenar los destrozos. Se han llegado a quemar tablas de los senderos peatonales para hacer fuego y hasta pintaron el reloj de arena», recuerda Rafael Teruel. Los vecinos piden medidas urgentes para conservar una de las playas de la capital que se mantiene virgen, sin chiringuitos, ni edificios cercanos.
Desde el Ayuntamiento, defienden que el servicio de limpieza es el mismo que en cualquier otra playa de Málaga y que tanto los servicios de Limasa como de Parques y Jardines limpian la arena y la zona habilitada para barbacoas.
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