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JOSÉ LUIS ÁLVAREZ
Domingo, 27 de enero 2013, 12:42
Cleopatra VII Nea Thea Philopator, que significa la que ama a su patria, fue, sí, la mujer «más amada, odiada, alabada y denigrada de todos los tiempos». Así la describe Miguel Ángel Novillo, autor de Breve historia de Cleopatra (editorial Nowtilus), quien explica que la reina de Egipto no fue el bellezón que el gran público recuerda tras las interpretaciones que realizaron Elizabeth Taylor, hace medio siglo, o Monica Belluci más recientemente, sino que era pequeña, de rasgos semíticos y con una nariz exageradamente grande.
Este doctor en Historia que colabora con el Departamento de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid y como investigador en la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología en la Università degli Studi di Trieste (Italia) asegura que Cleopatra fue una mujer «ambiciosa y de extraordinaria inteligencia», que «vivió entre dos mundos». Miguel Ángel Novillo (Madrid, 1981) explica que la personalidad de la reina cautivó a hombres de la talla de Julio César o Marco Antonio para salvar a Egipto de la dominación romana. «El reto que me planteé fue dar a conocerla al gran público, desde diversas ópticas y utilizando gran variedad de fuentes», afirma, lo que no le fue fácil dado que tuvo que escapar de los «incomprensibles academicismos historiográficos que estamos acostumbrados a ver».
Según Novillo, el nombre de Cleopatra «evoca un mito sobre el exotismo del oriente y los excesos del poder femenino. Mostró notables habilidades en su actuación política que se han intentado minimizar al exagerar sus actitudes de ser sensual. Esto se ve en la propaganda del emperador Augusto, a través de las obras de Cicerón, pasando por Virgilio o el historiador Flavio Josefo». De esta manera pasó a la historia como «la reina de las meretrices».
Y es que el experto recuerda que «tenemos la imagen que nos han transmitido Plutarco y Shakespeare. Imagen de una reina muy sensual, que con el don de su palabra y la seducción supo conquistar a Julio César y a Marco Antonio. Quizás fueran las únicas armas que pudiera utilizar en aquel entonces». Sin embargo, el libro de este experto llama a valorar otras facetas de la reina, como la de madre y de estadista «ante todo, tanto a escala militar como logística». Y «si tenía que matar, mataba».
Novillo recuerda que Cleopatra VII era descendiente de Ptolomeo I, uno de los generales de Alejandro Magno. Bajo su reinado, Egipto albergó uno de los grandes centros culturales del Mediterráneo antiguo, Alejandría. «Raramente se valora su labor como gobernante, pero sí los episodios amorosos que forjaron su leyenda de ser apasionado», destaca Novillo, a la vez que recuerda que «tampoco se habla de su ambición y sed de poder». Llegó a desembarazarse de su segundo hermano Ptolomeo XIV, que solo era un niño de 13 años, «para poder reinar».
El influjo de su nariz
Como monarca estuvo «profundamente involucrada en los asuntos políticos tanto de oriente como en occidente». También fue la primera ptolemaica que supo hablar egipcio. Sin embargo, el historiador subraya que Cleopatra no fue una monarca egipcia como tal, sino que «era reina griega».
Su poder habría sido mayor a no ser por su nariz. Así, el matemático y filósofo francés Blaise Pascal del siglo XVII dijo que si la nariz de Cleopatra hubiera sido «más corta toda la faz de la tierra habría cambiado». «Intentó persuadir a Octavio, que la rechazó porque su nariz era demasiado grande para su gusto, pero si hubiera dicho que sí, habría instaurado una monarquía greco-romana, la influencia del helenismo se habría extendido por todo el mundo y Alejandría podría haberse convertido en la nueva capital del imperio», añade Novillo. Este doctor en Historia reconoce ahora que el reto es «dar con la tumba de Cleopatra y Marco Antonio».
Este año se cumple medio siglo de la película de J. L. Mankiewicz, donde la reina fue interpretada por Elizabeth Taylor y el cine no está dispuesto, según este experto en Historia, a mostrar a Cleopatra tal y como era. Dando pábulo a esa belleza idealizada, la reina podría ser interpretada en una nueva superproducción por Angelina Jolie, mientras que Marco Antonio tendría un toque de 007 con Daniel Craig. Al parecer, tras el proyecto figura el director David Fincher. Los efectos especiales y los decorados harán el resto.
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