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Imagen de la foca captada esta tarde en el río Guadalmedina. / Foto: Fernando González
Una foca en el Guadalmedina
Medio Ambiente

Una foca en el Guadalmedina

Tras un primer avistamiento de madrugada se perdió su pista; ahora ha vuelto a ser detectada entre la desembocadura y el mar

IGNACIO LILLO

Martes, 2 de octubre 2012, 23:14

Avistada de madrugada. Perdida la pista horas después. De nuevo detectada y a la espera. La aparición de una cría de foca de casco en el cauce del Guadalmedina mantiene en guardia al Crema (centro de recuperación de especies), cuyo personal se afana en buscarla para poder ponerla a salvo. Tras suspenderse a búsqueda y volver a verla en la desembocadura, ahora se está a la espera de un nuevo avistamiento y que pueda recalar en alguna playa para poder tratarla.

El primer intento por hacerse con ella se producía esta madrugada, cuando dos veterinarios de este centro se introdujeron en la desembocadura del Guadalmedina, donde se encontraba descansando, con ayudas de tablas y redes, aunque en el último momento el animal escapó en dirección al mar. A lo largo de toda la mañana se la ha visto entrar y salir del río, donde permanece un dispositivo de la Policía Local y numerosos ciudadanos que se han acercado para intentar verla.

Se trata de una cría de foca de casco, de entre dos y cuatro meses de edad.

El animal ha recalado en las costas malagueñas arrastrado por la corriente desde su lugar de procedencia, en el Ártico (entre Groenlandia y Terranova), según explica Juan José Castillo, veterinario del Crema. A su edad debía pesar entre 40 y 60 kg y en estos momentos se encuentra entre 20 y 25 kg, por lo que está muy delgada. Desde esta madrugada están intentando capturarla para llevarla al centro de recuperación y permitir la vuelta a su hábitat natural.

El veterinario explica que el cachorro ha podido sobrevivir a este largo viaje gracias a que está habilitada para cazar desde los cuatro días de vida, ya que esta especie es el mamífero que se desteta a una edad más temprana, «por eso se separan pronto de los adultos y generalmente van al norte de Inglaterra, Irlanda y Galicia. Cuando aparecen por aquí llegan arrastradas por la corriente porque están débiles y son inexpertas».

No es la primera vez que se localizan en la provincia, aunque muy rara vez lo hacen en la capital. Cada tres o cuatro años aparecen, en función de las corrientes.

En este caso, a tenor por su bajo peso, es probable que haya ingerido muchas piedras en su intento por cazar. De manera que cuando la consigan rescatar la estabilizarán en el Crema durante varias semanas, se le harán reconocimientos para conocer su estado de salud y se le aplicará un tratamiento hasta que el animal engorde y se pueda trasladar hacia Galicia, su hábitat más cercano en España.

Han aparecido hasta una veintena entre vivas y muertas desde 1996, cuando se avistó la primera, en su mayoría focas de casco y de Groenlandia.

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