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A. Nogués
Miércoles, 29 de agosto 2012, 21:17
Una interrupción de las comunicaciones entre el piloto y la torre de control, unido a unas maniobras sospechosas han hecho saltar todas las alertas. El vuelo de Vueling Málaga-Amsterdam ha aterrizado a mediodía en el aeropuerto internacional de Ámsterdam-Schiphol con 183 pasajeros y un rumor de secuestro a bordo que finalmente ha quedado en una falsa alarma. La nave VY 8366 debía aterrizar en la capital holandesa y entró en el espacio aéreo nacional sin establecer antes contacto telefónico con la torre de control. Ante esta situación (que no es la primera vez que se vive en dicho aeropuerto), el protocolo holandés activa de momento un dispositivo de seguridad mediante el cual son enviadas naves de combate (en este caso dos F-16) para escoltar al avión sospechoso.
Fuentes de la aerolínea explicaron a Europa Press que las informaciones sobre un supuesto secuestro surgieron a raíz de un fallo en la conexión en las comunicaciones entre el piloto y la torre de control de Schiphol, que registró intermitencias. La policía holandesa ha certificado igualmente que no se ha producido ningún secuestro y ahora las autoridades del aeropuerto tratan de aclarar la naturaleza del incidente.
El Coordinador Nacional holandés para la Lucha Antiterrorista barajó al principio la posibilidad de que hubiera ocurrido una calamidad a bordo del avión. Sin embargo, la radio nacional holandesa se puso en contacto con un pasajero que desmintió el secuestro. Dimos varias vueltas y después aterrizamos. Entonces fue cuando nos dijeron que pasaba algo, según el entrevistado. El vuelo tenía previsto originalmente su aterrizaje para las 13.35 hora local (11.35 h GMT).
Durante la confusión inicial, varias fuentes informativas -citando todas ellas a la televisión pública holandesa- aseguraban que el aparato había aterrizado con "rehenes a bordo" en el Amsterdam-Schiphol Airport. Según la compañía Vueling, el piloto hizo una maniobra poco usual al entrar en el espacio aéreo holandés, pero no pasa nada, todo está en orden, aunque Holanda activa sus sistemas de seguridad en casos así. Se da la circunstancia de que el aeropuerto de Ámsterdam había sido cerrado en parte esta mañana, para desactivar una bomba de la Segunda Guerra Mundial. Enterrado en la arena, el proyectil pesa 500 kilos y la operación causa retrasos en una decena de vuelos. Schiphol, que fue una base aérea de la Alemania nazi, y acabó destruido por los bombardeos en 1945.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, canceló en un primer momento su agenda de actos electorales para regresar a La Haya, pero finalmente la retomó al recibir las últimas noticias, según la televisión pública.
La compañía Vueling ya vivió un episodio parecido hace un año, esta vez en Francia aunque en la misma ruta Málaga-Amsterdam. En aquella ocasión fueron aviones del ejército francés los que custodiaron en pleno vuelo a la aeronave cuando el piloto perdió el contacto con la torre de control de París.
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