«Voy a trabajar en tren, reservo el coche para los fines de semana»

Cuando le trasladaron a una sucursal en el núcleo benalmadense de Arroyo de la Miel, Luis Prados, que es empleado de banca, no se lo pensó dos veces. Pese a tener vehículo propio, este joven malagueño se decantó por emplear el transporte público para ir al trabajo, concretamente, el tren de Cercanías. Su ejemplo ilustra el caso de miles de malagueños, que cada vez más se animan a usar el coche con racionalidad.

«Vivo cerca de la Estación María Zambrano y mi trabajo está también a escasos metros del Cercanías», comenta. Estas circunstancias le llevaron a tomar esta decisión hace ahora algo más de un año. «En principio lo hice más por comodidad que por ahorro, aunque claro que el bolsillo lo nota», valora. Aunque no tiene un cálculo exacto de cuánto le permite ahorrar esta opción, lo ha comentado en el trabajo, «y una compañera que también vive en Málaga me cuenta que actualmente gasta unos 50 euros cada dos semanas, solo en gasolina». Él, en cambio, emplea su vehículo en otras ocasiones, «por ejemplo, para ir a jugar al pádel o durante los fines de semana».

El económico no es el único factor positivo que para Prados conlleva el uso del transporte público. «Tiene muchas ventajas: se elimina el estrés del tráfico, dejas de andar con prisas para buscar aparcamiento y además, siempre llegas puntual», explica. En este sentido, el malagueño también considera muy positivo la mejora en la frecuencia horaria de la línea de Cercanías que usa, la C-1 (Málaga-Fuengirola) desde el pasado mes de septiembre. «Antes pasaba cada media hora, mientras que actualmente lo hace cada veinte minutos y, al menos desde que yo viajo en él, nunca se ha retrasado». Razones que le llevan a recomendar a quienes tengan esta oportunidad que usen el tren para desplazarse.