La Moraga le hinca el diente a su plan de expansión

Hacer un sándwich no es tarea fácil cuando eres Premio Nacional de Gastronomía y has ganado dos estrellas Michelin. No vale con coger dos rebanadas de pan y meterle algo en medio. Tienes que crear algo que sorprenda, que desafíe al comensal. Y además, que esté bueno. No es de extrañar que Dani García se haya traído de Estados Unidos un ingrediente secreto para dar un toque especial a sus emparedados: una ligera costra de queso, ajo y perejil sobre el pan.

El último reto del cocinero malagueño sigue la línea de recuperación de la cocina más tradicional que inició con La Moraga. Primero fueron las tapas, luego los desayunos y ahora les toca el turno a las meriendas. Estas dos últimas líneas de negocio no habrían nacido de no haber surgido la alianza con El Corte Inglés. Dani García inauguró, poco antes de Navidad, un gastrobar en la sexta planta de los grandes almacenes en Málaga. El tercero, tras el de calle Fresca y el de Puerto Banús. Al principio sólo había tapas en su carta, pero en seguida sus responsables se dieron cuenta de que debían adaptar el modelo de negocio al comportamiento de la clientela de este centro comercial. «Aquí no podemos dar cenas y tenemos que llenar los huecos que quedan por la mañana y por la tarde, ya que aquí la gente no pide tapas fuera de la hora de la comida», explica un portavoz de La Moraga.

Desayunos y meriendas

Dicho y hecho. Primero se lanzaron desayunos al estilo Dani García: desde el tradicional mollete con zurrapa hasta un sofisticado pan de cristal con jamón ibérico de bellota, pasando por la reinvención del sándwich mixto. Y hace unos días, La Moraga estrenó su carta de meriendas. El cocinero malagueño ha picoteado de las tradiciones mediterránea y norteamericana para crear su personal y lúdica interpretación de este rito gastronómico tan ligado a los recuerdos de la niñez. Elaborados bocadillos de pan rústico conviven con clásicos estadounidenses como las tortitas o la tarta de manzana, joyas de la repostería de Paco Torreblanca e incluso una gigantesca fuente de chocolate que tienta a los más golosos.

Responsables de La Moraga destacan el esfuerzo que ha supuesto crear una carta tan variada de meriendas «a la altura de lo que se espera de dos marcas tan prestigiosas como Dani García y El Corte Inglés». Así, hay ingredientes que, como el ya mencionado de los sándwiches o el sirope de arce para las tortitas, se han buscado al otro lado del Atlántico.

Un trabajo que ya está hecho de cara a los próximos gastrobares que La Moraga abrirá en joint venture con El Corte Inglés. De momento ya hay uno con fecha de apertura fijada: los grandes almacenes de la calle Goya, en Madrid. Y con morbo añadido, puesto que en esta ocasión Dani García compartirá espacio con otros grandes de la alta cocina, como Martín Berasategui, dentro de una iniciativa llamada The Gourmet Experience.

La alianza con El Corte Inglés «pinta bien», según indica un portavoz de La Moraga. «Ellos están contentos y nosotros también. Si las experiencias de Málaga y Madrid funcionan, analizaremos en qué otros centros sería viable la implantación de nuestro negocio», añade.

Pero los planes de expansión de Dani García no se quedan en esta aventura conjunta con El Corte Inglés. Sin ir más lejos, esta semana ha abierto sus puertas La Moraga Airport en la nueva terminal del aeropuerto malagueño. Otra joint venture, esta vez con el operador aeroportuario SSP, que solamente ha dado su primer paso. «Tenemos un proyecto de desarrollo internacional que incluye la implantación de La Moraga en varios aeropuertos de España y del extranjero», anunció en su día la directora general de SSP en España, Blanca Ripoll.

En solitario

Ya en solitario, el cocinero malagueño tiene previsto abrir dos nuevos gastrobares antes del verano: La Moraga Beach, en los bajos del restaurante Calima, en Marbella; y La Moraga Fish, para la que se barajan como ubicaciones Cádiz y Jerez.

Y, de postre para un año especialmente intenso, Nueva York. Las croquetas de salchichón de Málaga, la minihamburguesa de rabo de toro y el resto de tapas creativas que tanta fama han dado ya a La Moraga cruzarán el Atlántico a final de año para aterrizar en plena Gran Manzana. Sus responsables están estudiando dos posibles ubicaciones, ambas emblemáticas. Y es que la carrera empresarial de Dani García parece avanzar tan rápidamente como se acumulan los premios gastronómicos en su estantería.