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La Junta de Andalucía va a poner en marcha a partir de enero unas líneas de ayuda para instalar cámaras de vídeo en todos los comercios de la región. / SUR
La 'pérdida desconocida', una fuga de beneficios para los comercios
Dinero y empleo

La 'pérdida desconocida', una fuga de beneficios para los comercios

Los hurtos externos e internos y los errores de almacén se llevan un buen pellizco de la caja cada año. La Navidad es la época álgida

EUGENIO CABEZAS

Domingo, 22 de noviembre 2009, 18:16

El dinero que hay en la caja no se corresponde con los artículos que faltan en la tienda. ¿El motivo? O bien los han robado algún cliente, o bien algún empleado tiene la mano larga o ha habido algún error en el proceso de almacenamiento. Estas tres posibilidades conforman lo que, en términos comerciales, se conoce como pérdida desconocida: la cantidad de dinero que dejan de percibir los establecimientos como consecuencia de sustracciones externas o de sus propios empleados y de fallos en el proceso logístico.

Con la crisis, el porcentaje de pérdida desconocida del sector comercial ha aumentado en torno a un 1%, hasta alcanzar el 2% de la facturación de las tiendas, aunque las cifras exactas difieren mucho de un tipo de establecimiento a otro. En general, según datos de la Asociación Española de Codificación Comercial (Aecoc), que agrupa a más de 24.500 empresas del ramo de la comercialización y de la distribución en España, la pérdida desconocida representó en 2008 el 1,69% de la facturación de las compañías, lo que supuso pérdidas por valor de 1.280 millones de euros en todo el país.

«No podemos decir con cifras exactas cuánto ha aumentado con la crisis, pero lo que sí es cierto es que cada vez existe más conciencia, tanto del empresario como del trabajador para prevenirla», asegura Susana Velasco, responsable del área de prevención de pérdida desconocida de Aecoc. Según los datos de esta asociación, el 60% de la pérdida desconocida se debe a los hurtos externos, el 30% a los internos y el 10% restante, a errores de los propios comercios.

«El problema es que socialmente el hurto en el comercio no está del todo tan mal visto. Pero no es razonable que, por ejemplo, robar una cartera en el metro sí se persiga y que quien roba comida en un supermercado no tenga también un castigo ejemplar», argumenta Velasco, quien asegura que el sector lleva años reclamando un cambio en la legislación penal para reducir la cuantía que separa el hurto del robo. «En los supermercados, por ejemplo, es muy difícil robar 400 euros en artículos, pero sí hay quien sustrae esa cantidad en varias veces y en muy poco tiempo», añade.

Por este motivo, desde Aecoc han pedido ya en repetidas ocasiones al Gobierno una reforma penal que permita considerar robo las sustracciones de productos por un importe inferior a los 400 euros. «Es un tema complicado que tiene que contar con el respaldo social y político», advierte Velasco.

La citada asociación aboga por implantar un plan de acción específico en cada empresa para combatir las pérdidas desconocidas, con medidas antihurto y de concienciación, tanto de los directivos como de los empleados. Entre otras líneas de actuación, para reducir los hurtos externos apuestan por mejorar la colaboración con los organismos policiales, con el fin de luchar contra las bandas organizadas. No en vano, el 54% de los empresarios del sector considera que la mayoría de hurtos corren a cargo de bandas organizadas, mientras que el 47% se muestra, además, convencido de que el objetivo fundamental de este tipo de prácticas es la reventa en mercados paralelos.

120 euros por consumidor

En cuanto a los hurtos internos, Aecoc entiende que la clave está en mejorar la formación y la concienciación de los trabajadores «para que se sientan una pieza más de la compañía». «Aunque pueda resultar insignificante, que un empleado se tome cada día una Coca-Cola en su puesto sin pagarla, puede costarle muchos euros al final del año a la empresa», argumenta Velasco.

Pero los efectos de estos hurtos y errores administrativos no sólo los pagan las cuentas de resultados de las empresas. Las empresas revierten de forma indirecta a través de subidas de precios estos costes a los consumidores, que cada año pagan hasta 120 euros de más para compensar las pérdidas desconocidas, según los datos de Aecoc.

Desde la Federación de Comercio de Málaga (Fecoma) se reconoce que este fenómeno ha sufrido un repunte con la crisis, aunque en cualquier caso, «siempre ha estado ahí». «Hay épocas más calientes, como las Navidades», comenta su presidente, Enrique Gil, quien destaca la toma de conciencia cada vez mayor, tanto del sector comercial como de las administraciones públicas, para prevenir los hurtos.

Así, pone el ejemplo de las nuevas líneas de ayudas que a, partir de enero, pondrá en marcha la Junta de Andalucía, con subvenciones de hasta 6.000 euros para dotar de equipos de videovigilancia, barreras de acceso o custodia de documentos a los comercios de la comunidad autónoma.

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