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Lebrero, junto a las dependencias del museo dedicadas a los cargos directivos. / J. A. PORTILLO
José Lebrero: «Si no acercamos los museos al público, ¿para qué los queremos?»
DIRECTOR ARTÍSTICO DEL MUSEO PICASSO MÁLAGA

José Lebrero: «Si no acercamos los museos al público, ¿para qué los queremos?»

Lebrero toma hoy posesión de su cargo y adelanta que el anunciado aumento en el número de exposiciones llegará ya el año que viene «Aunque parezca mentira, de Picasso se conoce relativamente poco, sobre todo en España», sostiene el gestor barcelonés

A. J. LÓPEZ

Jueves, 15 de octubre 2009, 03:50

José Lebrero llega con pies de plomo y las ideas claras. Sabe lo que quiere hacer, en lo que quiere convertir el Museo Picasso Málaga (MPM), cuya dirección artística asume desde hoy. Le quedan por concretar las fórmulas, los plazos, pero de sus palabras se deduce una determinación evidente. A punto de cumplir su sexto aniversario, el museo malagueño entra de su mano en una nueva etapa.

¿Qué tal su 'aterrizaje' en el museo?

Muy bien, porque el museo lleva ya unos años funcionando y cuenta con un equipo de personas que saben lo que hacen. Además, llego con una exposición que es un regalo, una retrospectiva sobre Sophie Taeuber-Arp que se inaugura el día 19 y que surge como iniciativa del anterior director. La verdad es que, por ahora, está siendo estupendo.

¿Cuáles son los principales retos que se plantea al frente del MPM?

El museo tiene una colección, desarrolla un programa de exposiciones temporales, tiene un proyecto educativo, una biblioteca y un auditorio. Esas son las líneas sobre las que hay que actuar. Respecto a la colección, hay que analizar qué contenidos tiene, qué discursos está planteando y creo que los discursos posibles son varios. Aunque parezca mentira, es curioso que de Picasso se conoce relativamente poco, sobre todo en España. ¿Por qué? Por la gran cantidad de obra que hizo en un periodo muy largo de tiempo. La colección del MPM hace un recorrido a lo largo de la vida del artista y eso da unas posibilidades narrativas grandes. Uno de los trabajos que habrá que hacer es ver de qué modo se puede enriquecer el discurso en torno a la colección. Otro asunto al que le doy mucha importancia son las exposiciones temporales. Vamos a hacer más exposiciones temporales. La propuesta de programa para el año próximo ya da cuenta de este aumento de exposiciones, que no siempre tienen que estar centradas en la obra de Picasso. También hay que potenciar el papel de la biblioteca como lugar de encuentro, así como del auditorio. Y luego el proyecto educativo del museo, que tiene muy buena fama, hay que potenciarlo y ampliarlo. ¿De qué modo? Intentando que cada nueva exposición sea un nuevo proyecto en el que estén implicadas todas las áreas del museo.

Habla de más exposiciones, más actividades pedagógicas, más funciones en el auditorio... ¿confía en que esos aumentos se traduzcan también en más presupuesto?

Este museo tiene una situación presupuestaria que no conozco en detalle, pero sí muy saneada. Disponiendo de unos buenos presupuestos, se han hecho las cosas bien, pero confío en que podremos hacerlas todavía mejor. Creo que no habrá problemas en ese sentido. No es necesario pedir más presupuesto. Se trata de otra cosa, de, con lo que tenemos, ver cómo podemos hacer más cosas sin que baje la calidad y eso lo demostrará el tiempo.

¿Y espera que ese aumento en el número de actividades se traduzca en un aumento en el número de visitantes?

Si somos capaces de ofertar, por ejemplo, algo interesante para las familias los domingos por la mañana, probablemente vendrán más personas. En cualquier caso, creo que es tan importante el aumento de un visitante como de un millón de visitantes. Un museo que aumenta su oferta, sin perder la calidad, tiene más posibilidades de recibir visitas.

¿Cree que el MPM tiene la capacidad de recibir a más visitantes?

Creo que sí. El museo tiene capacidad para hacer más actividades, siempre sin perder la calidad. Pero no es el principal objetivo, porque creo que, estadísticamente, el museo está bien situado. No es el primer objetivo conseguir que vengan más personas, aunque está claro que un lugar que tiene un buen programa hace que vengan más personas si lo explica bien. No es sólo hacerlo bien, sino explicarlo bien y saber comunicar con un tipo de discurso que sea comprensible para el público.

Al hilo de ese discurso, ¿cree que el MPM obliga a propuestas menos transgresoras que las vistas en centros de arte contemporáneo como el MACBA o el CAAC, en los que ha trabajado?

Creo, de verdad, con la perspectiva del tiempo, que cada sitio, que cada ciudad tiene su idiosincrasia, sus características y peculiaridades. Si miramos aquí (rodea con el brazo la terraza de la cafetería del MPM) hay personas de procedencias diversas. El elemento 'turista' hay que estudiarlo. No es lo mismo en Sevilla ni en Barcelona. Eso respecto a los públicos. Los públicos dan pautas en cuanto a posibles modos de actuación. No es lo mismo un museo de arte contemporáneo que se inaugura en el año 96 en Barcelona que un Museo Picasso Málaga que ya tiene cinco años, que tiene una colección asentada y que está centrado en una figura como Picasso. Yo no he hecho esto nunca y entiendo que la experiencia, por un lado, de haber trabajado en museos y, por otro lado, la experiencia de lo contemporáneo me ayudan. Yo me apoyo mucho en eso, aunque soy consciente de que es otro modo de trabajar.

Públicos diversos

¿Y esa experiencia le aconseja adaptar la oferta al entorno cercano del museo?

Una parte de la programación, sí. Sólo una parte, porque sería inconveniente, casi maleducado, pensar que un museo, que tiene una vocación pública, se ocupe sólo de un ámbito. Vuelvo a lo mismo, en este lugar están estos señores que vienen de otros países, pero también está el público de la ciudad o el de las universidades. Una de las grandes posibilidades que tienen los equipamientos culturales públicos es aprovechar su condición como espacios de cultura protegida, en una competencia a veces con los centros comerciales y con otro tipo de ofertas. Debemos comprender que no es el mismo el interés de un estudiante de Bellas Artes de la Universidad de Málaga que el interés de una pareja que viene a Málaga en un crucero y se va de la ciudad en unas pocas horas. Una de las claves está en acercar nuestra propuesta con la mayor calidad posible.

Habla de la competencia con otros espacios. En Málaga, el MPM es el único museo cuya entrada es de pago y, curiosamente, triplica su número de visitantes los últimos domingos de mes, cuando el acceso es gratuito. ¿Cree que habría que adaptar las tarifas a la nueva situación económica?

Todavía no puedo opinar de esto, porque acabo de llegar.

¿Y cree que es un hándicap el hecho de ser el único museo de la ciudad con entrada de pago?

Tengo una opinión respecto al asunto, pero no en esta ciudad, porque no la conozco. La gratuidad facilita el acceso, pero la facilita en todo. En Málaga creo que hay que analizar bien la situación. Vuelvo a lo mismo, no es lo mismo un museo en Nueva York que uno museo en Málaga o en Barcelona. Tampoco es competencia hablar desde la dirección artística de este tema, aunque es un asunto que lógicamente me interesa. Llegará un momento en que me haré una opinión al respecto y entonces la transmitiré.

Al hilo de esa nueva dirección artística, su nombramiento coincide con un cambio en el organigrama interno del MPM. De un director se pasará a tres. ¿Siente que va tener menos capacidad de decisión que sus antecesores?

Es algo que no me preocupa. Cuando se convocó la plaza para la dirección artística la entendí en esos términos. Se pedían unos requisitos y un proyecto y lo presenté. Luego, bueno, la práctica dirá si podemos entendernos entre todos. Si es así, estupendo, y si no nos entendemos, pues habrá que irse a otro sitio. No tengo ningún problema en este sentido.

¿Y cambiará en algo el funcionamiento del museo con la integración de sus dos fundaciones?

Creo que el Museo Picasso Málaga puede ser un modelo muy interesante de gestión, en el sentido de que el modelo de fundación permite una flexibilidad y una capacidad de acción que otros modelos jurídicos no permiten. En este sentido, si somos capaces de mostrar que esto funciona, puede ser interesante como caso de estudio para que otras administraciones vean que esto tiene futuro. Hay que pensar también en el futuro. La situación económica ha variado y da motivos para hacer reflexiones sobre qué tienen que ser este tipo de instituciones. Quiero creer que si lo sabemos hacer bien puede servir de ejemplo.

¿Y qué papel debe jugar el MPM en el panorama nacional e internacional?

No puedo responder a eso todavía.

¿Y cuál es el que le gustaría que jugase?

Vuelvo a lo mismo. Cuantas más personas que vengan a este museo se vayan con algo añadido, creo que vamos bien. Es un comentario que puede parecer muy de calle, pero es que creo que estos espacios están abiertos para que vayan los ciudadanos. Si esta institución es capaz en el futuro próximo de que las personas que viven en esta ciudad y en Andalucía la sientan más suya, creo que es un buen camino.

Con los pies en el suelo

¿Cree que los museos permanecen al margen de la realidad cotidiana de la mayoría de los ciudadanos?

Demasiadas veces los museos están lejos de la realidad cotidiana de la gente. Hace 15 años, por poner una fecha, en España eran pocos los museos en los que se consideraban importantes los departamentos de educación. Eso ha cambiado... Aunque en las escuelas no se ha explicado nada de esto. Todavía hay no pocas Facultades de Bellas Artes en las que se explica hasta principios del siglo XX y ya está. Estamos hablando de jóvenes que han nacido de los años 80 para acá, que están conectados con el mundo y que entiendo muy bien que les parezcan un horror determinadas ofertas.

Hay que acercar los museos a la gente.

Es que si no, ¿para qué los queremos? Los museos, desde hace unos cuantos años, empezaron a ser públicos. Se entendió que no sólo tenían que ser acumuladores de riqueza para la clase dirigente, lo que pasa es que nosotros llevamos un retraso histórico en ese sentido, pero poco a poco vamos recuperando terreno. Yo mismo vi el 'Guernica' de Picasso en el MoMA y en aquel momento, con la edad que tenía y de donde venía, pues tan poco me pareció tan importante como me lo parece ahora. Tampoco me lo contó nadie. Y fíjese, al final, aquí estoy (sonríe).

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