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C. REINO
Viernes, 28 de agosto 2009, 11:50
CiU arremetió ayer de nuevo contra el nuevo modelo de financiación autonómica aprobado por el Gobierno con el apoyo de las comunidades autónomas socialistas y la abstención de las populares.
Buena parte de la clase política catalana y del resto de España defiende el nuevo sistema, pero los convergentes volvieron a salir en tromba contra el acuerdo, un día después de que la vicepresidenta segunda y titular de Economía, Elena Salgado, anunciara en el Congreso que las autonomías deben al Estado 6.000 millones de euros debido a la caída de ingresos por la crisis. Las comunidades tratan de averiguar ahora qué parte de los 6.000 millones que adeudan al Estado por el ejercicio de 2008 les corresponde a cada una.
El portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Josep Sánchez Llibre, señaló que el nuevo modelo es un «negocio pésimo» para Cataluña, ya que «todo lo que recibamos lo tendremos que devolver a partir de 2012». Su compañero de coalición, Felip Puig, reclamó que la parte que corresponda a Cataluña de los 6.000 millones de euros que las comunidades deben al Estado se reste del déficit fiscal acumulado por los catalanes y de los recursos que el Gobierno debe a la Generalitat.
«El nuevo modelo permite el maltrato a Cataluña», apostilló Sánchez Llibre en la emisora Rac-1. «Los juegos de magia y los engaños se hacen evidentes más rápido de lo que CiU preveía», remató Puig.
Sin embargo, el Gobierno de Montilla no duda de que el nuevo sistema será beneficioso para Cataluña, que «saldrá ganando» porque «cuadrará los números» y aliviará la situación económica al proporcionar recursos adicionales.
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