La vicepresidenta Salgado anuncia que «todos los impuestos están en revisión»

«Todos los impuestos están en revisión y cuando digo todos, hablo de absolutamente todos», anunció ayer la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, durante su comparecencia para explicar la financiación autonómica en el Congreso. Con los ingresos menguados y una factura social cada vez más abultada por la crisis, el Ejecutivo tiene que conseguir, en los próximos Presupuestos, rebajar el déficit desde el equivalente al 10% del PIB que se alzará este año hasta el 7,9% de esa magnitud previsto para 2010. Si no introduce cambios fiscales, ningún otro elemento -ni el consumo deprimido ni los recortados beneficios empresariales- jugará a su favor.

Salgado no desveló la orientación de las modificaciones, «no estamos en condiciones de dar respuestas concretas», reconoció y remitió al anteproyecto de ley de Presupuestos del Estado que se dará a conocer a finales de septiembre.

Pero, frente a las reflexiones del ministro de Fomento, José Blanco, que consideró llegado el momento de que los ricos paguen más, la dirigente de Economía hizo matizaciones. «Nuestro sistema fiscal ya es progresivo, y las rentas altas ya pagan más», dijo, en referencia a la eventual revisión del IRPF. Reconoció, además, la dificultad de elevar el gravamen a las rentas generadas por el dinero, cuando no existen barreras a los movimientos de capital. «El dinero viaja hoy a la velocidad de la luz», observó.

Con sus manifestaciones, Salgado saca a la luz las dos sensibilidades que existen en el Gobierno respecto a la manera de afrontar la crisis. Los más técnicos, con la ministra de Economía a la cabeza, defienden actuar con cautela, porque el sistema fiscal es muy sensible, y los cambios pueden tener efectos no deseados, como estrangular el consumo o la inversión. Los más políticos se muestran partidarios de dar el mensaje de que el Ejecutivo está «dispuesto a lo que sea necesario» ante las dificultades.