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S. PALAS
Viernes, 29 de mayo 2009, 10:59
Nicolas Sarkozy no quiere perder ninguna baza electoral de cara a los comicios europeos del 7 de junio. Por eso, uno de los cabos que el presidente francés pretende atar de inmediato es el de la violencia en las escuelas. Con tal objetivo, anunció ayer que los responsables de los centros educativos podrán registrar las carteras y mochilas de los escolares para evitar que introduzcan armas en las aulas. Y con el fin de que los docentes no se vean desbordados o se enfrenten a situaciones de riesgo, el inquilino del Elíseo sugirió que sean miembros de la reserva civil de la policía nacional -jubilados o voluntarios- los que ayuden en esa tarea de control en los colegios.
El mandatario galo está dispuesto a evitar por todos los medios que Francia se vea golpeada por tragedias como las que con cierta asiduidad se producen en EE UU o la sucedida el pasado marzo en la localidad alemana de Winnenden, donde un adolescente acabó a tiros con la vida de diecisiete personas, la mayoría de ellos escolares.
«No se puede permitir la presencia de armas en los colegios. La dirección y los empleados deberán disponer en adelante de medios para cerciorarse de que los alumnos no las lleven», declaró Sarkozy durante un discurso destinado a reforzar la seguridad y la lucha contra el crimen.
Y se mostró firme en su postura. «Quiero que cada responsable pueda tener un equipo móvil de agentes formados para tal cometido, que respaldarán a los directores en casos de dificultades aisladas en relación con la disciplina en un liceo o en un colegio», agregó el presidente. Las personas que ayudarán en la vigilancia prestarán servicio después de que hayan pasado pruebas de aptitud física y psíquica, a semejanza de las que existen ya para los bomberos voluntarios.
Nicolás Sarkozy extendió su iniciativa al campo genérico de la lucha contra la delincuencia y propuso que para combatirla se debe «golpear en sus bolsillos». Con tal propósito se adoptará un mayor control en las aduanas, además de reforzar los servicios fiscales y los organismos sociales. Todo en aras de frenar «el tráfico criminal».
De esta manera, los veinticinco distritos del país que más sufren el azote de esa lacra verán aumentado el número de funcionarios especializados en la lucha contra la delincuencia. Su trabajo se llevará a cabo en estrecha coordinación con la Justicia y la Policía. «Se trata de detectar los signos exteriores de riqueza indebida para que se pongan en marcha los mecanismos de represión contra los traficantes», avisó el presidente conservador.
«La reconquista»
El objetivo es «la reconquista de los barrios con problemas, para lo que quiero que se produzca una movilización completa de las fuerzas del orden», puntualizó Nicolas Sarkozy. Veintiuno de esos veinticinco distritos «sensibles» se localizan en la región de París y todos ellos están afectados por las consecuencias de la «delincuencia, el trafico de drogas y el de armas».
Con la expresividad que caracteriza sus intervenciones oratorias, el inquilino del Elíseo señaló que «la presencia de la fuerza pública debe ser constante, visible, masiva. Ninguna calle, ningún sótano, ninguna escalera pueden quedar en manos de los alborotadores». Y dirigiéndose a los delegados del Gobierno, fiscales e inspectores educativos Nicolas Sarkozy instó a estar presentes en esas zonas para que quede constancia de la «autoridad del Estado».
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