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ANTONIO M. ROMERO
Martes, 26 de mayo 2009, 12:45
Entre el flamear de banderas con los colores de la enseña nacional, la andaluza y del partido y los gritos de «¡Presidente, presidente!» fue recibido ayer Mariano Rajoy cuando subió al estrado situado en la plaza de la Constitución de la capital para participar en el acto central en la provincia de su partido en la campaña de las elecciones europeas del 7 de junio. El líder nacional de los populares pronunció un mitin en el que centró su discurso más en los asuntos de la política nacional que la europea, pero antes hizo un guiño a Málaga, «una de las ciudades más emblemáticas de Europa».
Rajoy afirmó que esta provincia es una tierra de futuro, pero que para ello es necesario que se produzca un cambio en la Junta de Andalucía y en el Gobierno de la nación. El primer paso, a su juicio, se debe dar en la cita con las urnas de junio. «Es urgente el cambio para que se creen las condiciones mínimas para que la gente cree empleo y bienestar», dijo ante unas 4.000 personas -según la organización-.
En su intervención, arremetió contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y sus políticas: el paquete de medidas anunciada en el reciente Debate del Estado de la Nación en materia de vivienda y ayudas al sector del automóvil; sus recetas económicas, -«A Zapatero le da urticaria hablar de economía», dijo-; el vídeo de la campaña; por la ley del aborto y por el plan de economía sostenible anunciado el domingo en Sevilla y que empezará a aplicar en Andalucía.
«No puede hablar de economía sostenible quien ha llevado a España y Andalucía a una situación de paro insostenible. No es creíble, ya nadie le cree, se acabaron las promesas y las historias. Por sus obras les conoceréis y sus obras son las que son y las que todos los andaluces y los españoles conocemos; el pirómano que aparece con casco de bombero no es creíble», afirmó.
Una situación que contrapuso a la gestión de los años de gobierno del PP en España, cuando, según enumeró, se redujo el paro, los tipos de interés y la deuda pública. Por ello, insistió en que la receta económica debe pasar por la austeridad y la reforma del sistema. «Ya está bien de frases y de cuentos, hacen falta políticas entendibles y con resultados», añadió.
«Vamos a dar la batalla en Europa en asuntos como el agua o la defensa de los sectores productivos olvidados por el PSOE como la agricultura. A Europa se va a construir y a defender nuestros intereses», subrayó el líder de los populares, quien se despidió arengando a los suyos a ser los protagonistas del cambio a partir del 7 de junio.
Por su parte presidente del PP andaluz, Javier Arenas, subrayó que estas elecciones no se juegan en Europa (como recoge el lema de los socialistas para estos comicios) sino «en las colas de los parados». Así arremetió contra el plan de economía sostenible propugnado por Zapatero. «Significa más paro, que Andalucía no progrese, seguir siendo líderes en desempleo y que ellos (los socialistas) se sostengan 40 años más en el poder», apostilló, al tiempo que exigió que el Gobierno pague la deuda histórica con Andalucía en metálico y que el nuevo sistema de financiación autonómica sea justo con esta Comunidad.
El presidente provincial del PP, Elías Bendodo, manifestó que estas elecciones son la oportunidad de sacarle «tarjeta roja» a Zapatero, mientras que para el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, son la oportunidad de demostrar «la vocación» por participar en los fondos europeos que «niega» la Junta.
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