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Agentes de la Ertzaintza vigilan una de las concentraciones para denunciar la crisis, desarrolladas en Bilbao. / BORJA AGUDO
Fracasa la huelga de los sindicatos nacionalistas contra el Gobierno vasco
ESPAÑA

Fracasa la huelga de los sindicatos nacionalistas contra el Gobierno vasco

El seguimiento del paro no superó el 20% y tuvo escasa incidencia en las grandes ciudades y el sector industrial

JOSEBA GARCÍA

Viernes, 22 de mayo 2009, 04:33

La huelga general convocada en Euskadi por los sindicatos nacionalistas para denunciar la crisis económica, pero con una carga política sustancial contra el nuevo Gobierno vasco presidido por el socialista Patxi López, se saldó con un rotundo fracaso. El Ejecutivo autónomo cifró en un pico máximo del 20% el seguimiento, que los sindicatos elevaron hasta un improbable 50%. La patronal, por su parte, subrayó la práctica normalidad de la jornada en las grandes empresas.

La convocatoria estuvo salpicada por la actuación puntual de piquetes que apenas paralizaron la actividad en empresas, comercios, transportes, sanidad, centros escolares o servicios. La Ertzaintza, que desplegó números efectivos en puntos sensibles, detuvo a nueve personas por colocar silicona en cerraduras, integrar grupos violentos y tomar parte en sabotajes o barricadas. En Bilbao, un grupo incendió contenedores en Deusto y dos manifestantes se colgaron por ambos laterales del puente de El Arenal, junto al Casco Viejo, lo que obligó a cortar el tráfico.

El transporte fue a primera hora de la mañana el objetivo prioritario de los huelguistas, que lograron interrumpir el tráfico ferroviario entre las localidades vizcaínas de Zalla y Balmaseda, lanzando cadenas a la catenaria. Una técnica que repitieron sin éxito en otros cuatro puntos de las líneas de Renfe. El servicio de metro de Bilbao funcionó conforme a los servicios mínimos del 30% pactados con los sindicatos, mientras que la Policía autónoma se veía obligada a intervenir en la principal estación de autobuses de la capital vizcaína para impedir la acción de los piquetes. Los tres aeropuertos de la Comunidad autónoma operaron con normalidad.

Los sindicatos convocantes, liderados por ELA y LAB, se mostraron «muy satisfechos» con el seguimiento y la participación de «decenas de miles de personas» en las diferentes manifestaciones. Según sus datos, el 50% de los trabajadores paró en Euskadi.

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz se felicitó por el «éxito» de la jornada a pesar de la «cruzada de manipulación y mentiras» lanzadas por el Gobierno vasco y la patronal, que vincularon la huelga «a motivaciones políticas». «Quieren paz social y sindicalismo dócil pero no se lo vamos a dar» advirtió. El Gobierno vasco denunció el «componente político» de la jornada apoyada por el «'abertzalismo' radical». Patxi López apuntó que en Euskadi «no ha habido ni un solo derecho conculcado ni se han recortado prestaciones sociales», por lo que «las razones de la huelga evidentemente son otras».

El Ejecutivo rebajó notablemente las cifras manejadas por los sindicatos. En el sector público, el paro afectó al 15% de los funcionarios. Por sectores, paró el 11% en la administración pública, el 6% en Sanidad, el 25% en centros públicos de educación y el 17% en los privados. Por territorios, fue desigual con mayor incidencia en Guipúzcoa, donde el transporte (50%) fue el sector más afectado, seguido de la industria (30%) y la construcción con el 35%. En Vizcaya paró el 15% de la industria aunque en empresas como La Naval, Renfe o la Acería el seguimiento fue mínimo. En la industria alavesa se trabajó con absoluta normalidad a excepción de algunas empresas del valle de Ayala. A modo de ejemplo, sólo el 2% de empleados de Michelín, una de las principales empresas de Vitoria, secundó la huelga.

La patronal vasca, Confebask, coincidió con el Gobierno. Resaltó el «rotundo fracaso» de la convocatoria y se felicitó porque ELA y LAB, la mayoría sindical vasca, «no han conseguido, en modo alguno, paralizar la actividad cotidiana». La patronal destacó la normalidad, más allá de incidentes aislados o la actuación de piquetes. Según sus datos, el paro fue secundado en el País Vasco por entre el 11% y el 12% de trabajadores. La incidencia fue «especialmente escasa» en los núcleos urbanos y tuvo poco eco en industria, transporte, comercio, sector financiero y limpieza.

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