La Bajadilla ve más cerca la llegada de cruceros

Marbella está cada vez más cerca de convertirse en parada y fonda de cruceros, una de las grandes aspiraciones del sector turístico y empresarial que espera que la apertura a este segmento turístico en auge contribuya a dinamizar el centro de la ciudad. El proyecto de ampliación del puerto Marina-La Bajadilla, pendiente desde hace más de ocho años, está en la recta final de su periplo burocrático y acaba de encadenar otro visto bueno, uno de los más importantes. Según pudo conocer ayer la alcaldesa, Ángeles Muñoz, tras reunirse en Madrid con la directora general de Costas, Alicia Paz,el Gobierno central remitirá «en dos o tres semanas» a la Junta el informe previo y vinculante que da el visto bueno a la adscripción de las aguas.

Este trámite, que consiste en que la competencia de la franja del mar afectada pasará de ser estatal a autonómica, era el último escalón que restaba a la Consejería de Obras Públicas para poder sacar a concurso las obras, presupuestadas en 52 millones de euros y que se ejecutarán en el plaza de dos años. Hace casi un año también superó el preceptivo informe de impacto ambiental. «Es una gran noticia para nuestro municipio, que lleva muchos años esperando un proyecto que permitirá no sólo albergar más puntos de atraque sino también acoger cruceros, lo que supondría una importante inyección económica», abundó Muñoz tras el encuentro.

La alcaldesa abogó porque la actuación esté en marcha en esta legislatura, algo que trasladará a la nueva consejera del ramo, Rosa Aguilar, con la que solicitará una reunión para abordar el proyecto. «Queremos trasladarle la prioridad que es para la ciudad y para el equipo de gobierno que la ampliación del puerto se acometa cuanto antes», abundó Muñoz, que se mostró satisfecha con el resultado del encuentro con la directora de Costas.

Desde la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), organismo dependiente de la Junta, aseguraron por su parte no tener constancia aún del visto bueno de Costas al proyecto, aprobado definitivamente en noviembre del año pasado con una modificación fundamental: la inclusión de una dársena que permitirá la llegada de embarcaciones turísticas de hasta 60 metros, lo que equivale a cruceros de tamaño mediano. Para el resto de embarcaciones, contempla 650 atraques hacia mar abierto y la posibilidad de que en una segunda fase la cifra se amplíe hasta el millar. Una vez tengan sobre la mesa el informe de Costas, el siguiente paso será elaborar el pliego de condiciones para sacar a concurso la obra y la concesión administrativa, de una tacada.

La fórmula, aplicada en su día en el recinto de Puerto Banús y en otras marinas andaluza, no es otra que dejar en manos de una empresa la financiación de la obra a cambio de la explotación del propio recinto náutico durante un periodo de tiempo cerrado, informaron fuentes del organismo. Por tanto, los plazos dependerán de la agilidad en redactar las bases del concurso público y en el tiempo que se fije para acometer las obras, que rondaría los dos años. Dependerá también del interés empresarial por subirse al proyecto en una época de turbulencias económicas y dada la envergadura de la obra. En principio se parte de la hipótesis de que habrá constructoras interesadas. El objetivo es que los trabajos puedan echar a andar antes de que acabe la legislatura, esto es, antes del año 2012.

Más a largo plazo el Gobierno andaluz contemplaría una segunda fase, más ambiciosa, para que el puerto de Marina-La Bajadilla alcance el millar de atraques, la cifra que demandaban inicialmente tanto el equipo de gobierno como los empresarios. Esta segunda ampliación se tejería hacia poniente con la ocupación de unos 400 metros sobre la línea de costa. Los técnicos de la APPA ya estudian esta posibilidad, aunque la prioridad de la Junta hoy día es dar el primer paso especialmente para que los cruceros asomen por el horizonte de Marbella.