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A José González le han robado en seis ocasiones un total de 30 cerdos de unos cien kilos. /ANTONIO FUENTES
Un robo de pata negra
MÁLAGA

Un robo de pata negra

Los cacos campan a sus anchas por el interior de la provincia. En apenas dos semanas se han hecho con un botín de 200 animales, principalmente cerdos de cien kilos y lechones. Los propietarios piden más vigilancia policial en el campo

CARMEN MARTÍN

Jueves, 23 de abril 2009, 04:29

Los amantes de lo ajeno ya no tienen suficiente con robar toneladas de oliva, llevarse kilómetros de cableado y desmantelar cortijos en el campo. Ahora, el nuevo botín con el que hacer negocio son los animales, principalmente cerdos de cien kilos y lechones. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Málaga se hizo ayer eco del malestar de los ganaderos, ya que desde Semana Santa se ha intensificado el robo de animales «de manera alarmante», sobre todo, en la zona norte de la provincia (Campillos, Teba y Almargen) y en el sur de Sevilla.

No en vano, en apenas dos semanas se han robado más de 200 animales por un valor total de 25.000 euros aproximadamente, ya que los cacos han aprovechado los asaltos para robar también aves -sobre todo pavos-, herramientas, generadores, gasoil y prácticamente todo lo que encontraban por el camino.

Gipasa, una empresa familiar de Campillos, ha sido una de las víctimas de esta oleada de robos de cerdos. El veterinario de la firma, Juan Pedro Carmona, apuntó que el Miércoles Santo los ladrones se hicieron con 67 cochinos de 30 kilos de su propiedad que estaban en la explotación de Francisco Vera, donde en enero ya robaron otros cuatro cerdos, pero en esta ocasión cada uno pesaba 120 kilos. Además, en otra granja también se llevaron hace un mes 69 cochinos de su propiedad, cada uno de unos cien kilos de peso.

Francisco Vera, el propietario de la explotación, calificó el robo como «un verdadero desastre». Los ladrones entraron por la noche en la nave a través de las ventanas y abrieron desde dentro las puertas para dar salida a los cerdos; además, rompieron el tejado de una caseta aledaña y sustrajeron un generador.

Falta de vigilancia

A los daños materiales hay que sumar la situación de indefensión a la que se ven expuestos los ganaderos de la provincia, que observan cómo los cacos campan a sus anchas por todo el territorio malagueño sin apenas vigilancia. «Debe haber un mayor control de las naves y de los camiones para intentar encontrar los animales», apuntó Vera, quien señaló que en Cañete la Real robaron el Jueves Santo a plena luz del día sin temor a ser descubiertos. «Los cerdos han tenido que ir a otra granja porque son muy chicos para comprarlos. Siempre hay chanchullos», se quejó.

Estos últimos hurtos se diferencian, no obstante, de los anteriores robos de cochinos que se produjeron el mes pasado en Campillos. Como se recordará, Asaja Málaga denunció el robo de estos animales, a los que mataban antes de introducirlos en los vehículos y se los llevaban en pequeñas cantidades, lo que hacía pensar que eran sustraídos para consumo propio.

Según Carlos Blázquez, secretario general de la asociación agraria, los cacos andan ahora más organizados, ya que se han llevado hasta sesenta animales vivos de una vez. «Esta circunstancia hace sospechar que los animales tengan un destino diferente» al del consumo humano, según Blázquez. Igual piensa José González, propietario de otra explotación porcina en Archidona que ha sufrido seis robos desde el pasado 24 de diciembre, el último también el Miércoles Santo. En cada ocasión se llevaron entre cuatro y siete cerdos, rompiendo además la alambrada, por lo que las pérdidas las cifra en 6.000 euros. «El ladrón tiene que estar en complot con un bar, un restaurante o algo. Todo esto no es para el consumo propio», afirmó González

Puntos de venta ilegales

Tanto sus robos como el resto han sido denunciados ante la Guardia Civil y Asaja Málaga ha solicitado una vez más una reunión con el subdelegado de la provincia, Hilario López Luna, al que pedirá un incremento de la vigilancia en el campo malagueño.

Carlos Blázquez pide también que se controle al máximo el transporte y los puntos de ventas ilegales. El veterinario de Asaja, Carlos Carreira, alertó en este sentido a los consumidores para que compren en lugares de confianza.

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