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EUGENIO CABEZAS
Viernes, 17 de abril 2009, 03:52
Xavier Van Der Stappen admite sin reparos que es un utópico, pero se siente orgulloso de ello. No en vano, este antropólogo belga está inmerso en una aventura sólo apta para mentes inquietas y muy valientes: está viajando desde Dakar hasta París (5.500 kilómetros) en un vehículo a pedales. Y por lo que parece, lo está consiguiendo, pues ayer pasó por Nerja «a muy buen ritmo» y dentro de sus previsiones de tiempo. Quiere estar en la capital francesa antes del próximo 30 de abril.
¿Y por qué esta ruta tan particular, inversa al mítico rally París-Dakar? «Quiero reivindicar el uso de las energías limpias, y concienciar a la gente de que el mundo en el que vivimos es insostenible para las generaciones futuras», explicó ayer Van Der Stappen, que habla francés e inglés a la perfección. «Paré anoche en Nerja porque la policía me detuvo y me dijo que llevaba muy pocas luces y que era mejor que parara», explicó este belga de 48 años, que lleva desde los 25 viajando por el mundo y se confiesa un enamorado de África.
El continente olvidado es su gran pasión y en él ha trabajado con distintas ONG como Médicos Sin Fronteras. En la actualidad está colaborando con colectivos sociales en Guinea-Bissau, un territorio al que regresará nada más alcanzar la capital del país galo. «Deberíamos aprender más de los africanos. Ellos sólo toman de la tierra lo necesario para vivir. Hemos sido los europeos los que hemos explotado y esquilmado ese continente, provocando guerras y hambrunas con la colonización», reflexionó Van Der Stappen, apoyado en su bólido de tres ruedas, realizado en fibra de carbono.
El vehículo le permite alcanzar velocidades máximas de entre 45 y 50 kilómetros por hora, por lo que cada día completa una distancia de entre 150 y 200 kilómetros. «Hoy -por ayer- espero llegar a Almería. ¿Cómo es la carretera?», preguntó al periodista. «Uf, si hay muchas pendientes me temo que tendré que accionar la palanca secreta, que me permite utilizar unas pequeñas baterías eléctricas para impulsarme algo y poder así descansar las piernas», admitió este antropólogo belga que no va solo, ya que le acompaña Julian Campione, un joven francés de origen italiano que va en su vehículo particular.
Rodaje de un documental
Campione está grabando un documental sobre la aventura de su amigo. «Creo que es interesante promocionarlo para que la gente se conciencie», explicó. «Bueno, el conduce más despacio, por lo que contamina menos», apuntó Van Der Stappen, quien apuntó que su periplo puede seguirse también en la web www.parisdakarnooil.org. «Es mentira que el París-Dakar se lo hayan llevado a Sudamérica porque África sea peligrosa. Ha sido por intereses comerciales», opinó.
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