El dragado de la arena acumulada en el puerto pesquero deberá iniciarse antes de quince días

El barco draga asomará por el horizonte del puerto Marina-La Bajadilla antes de quince días. Este es el plazo que obliga, por contrato, a la empresa que se encargará de retirar la arena acumulada en la bocana del puerto para comenzar con la operación de dragado, que permitirá despejar la entrada del recinto náutico y que los barcos puedan navegar con normalidad. Todo lo contrario que en estos últimos días. Desde el pasado viernes el conocido como puerto pesquero está cerrado por una cuestión de seguridad -al menos simbólicamente, ya que los barcos pueden circular bajo su responsabilidad- tras la recomendación de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) a Capitanía Marítima.

Fue ese día cuando la situación pasó a ser alarmantes. Los datos sobre la presencia de arena dejaban poco margen de maniobra a las embarcaciones. Con un calado, esto es, la distancia entre la superficie el agua y el fondo, de escasos dos metros, el riesgo de que encallen era evidente y a día de hoy lo sigue siendo. Comunicado el cierre, se advirtió de que los barcos que salieran a la mar lo harían bajo su entera responsabilidad.

«Con frecuencia»

Ahora las miradas están puestas en la actuación para sacar el exceso de arena. Según confirmó ayer el propio consejero de Obras Públicas de la Junta, Luis García Garrido, el dragado, que salió a concurso en noviembre del año pasado, ya está adjudicado. Además de justificar el contratiempo en que el aterramiento de los puertos con los temporales es un problema que se repite «con cierta frecuencia», recalcó que el objetivo del Gobierno andaluz es recuperar el tráfico marítimo «lo antes posible».

Todavía quedan por delante varias semanas. Fuentes de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), organismo dependiente de la Junta, informaron de que la empresa adjudicataria, Arenas del Sur S.A., tiene de plazo hasta mediados de abril para comenzar los trabajos, presupuestados en 470.000 euros, aunque desde la Junta se le está presionando para que las tareas se agilicen. En total, se extraerán 41.416 metros cúbicos de arena, lo que permitirá volver a un calado de cuatro metros y medio, el recomendable para Marina-La Bajadilla, que compatibiliza el uso deportivo y el pesquero.

Precisamente es esta última actividad la más perjudicada por el aterramiento de la entrada al recinto náutico. Los dueños de las embarcaciones se ven en la tesitura de salir, pese al riesgo de sufrir un percance, o quedarse en tierra con las pérdidas que supone no vender pescado en plena crisis. Ante este panorama, seis embarcaciones de arrastre con 30 marineros levaron ayer anclas animadas por el buen tiempo y se echaron a la mar. Eso sí, bajo su responsabilidad. «Salen arañando el suelo pero con las marchas pueden seguir adelante», explica Juan Manzano, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Marbella, que culpó a la Junta de la falta de previsión.

Sobre aviso

«Venimos avisando desde febrero pero no han hecho nada», lamentó Manzano, que recordó que se trata de un problema enquistado y que en ocasiones obliga a los barcos a irse a otros puertos «porque no pueden entrar». A juicio del patrón mayor de la cofradía, el origen está en la retirada de los espigones que había hace años en las playas de alrededor. «Ahora las olas baten de la arena y al final se queda aquí», dice.

El Ayuntamiento tampoco escatimó ayer en críticas a la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA). Además de haber solicitado, sin respuesta, una reunión con la directora, Montserrat Badía, la edil de Puertos, Alicia Jiménez, acusó a la Junta de haber actuado «tarde, mal y con absoluta irresponsabilidad».

Subrayó que la falta de calado es consecuencia de que «no han acometido el dragado de la bocana y no es lógico que el puerto se tenga que cerrar porque no se ha limpiado recientemente», al tiempo que tildó de «insostenible» la situación para el sector pesquero: «Tienen que salir a faenar porque ése es su medio de vida y no pueden permitirse el lujo de dejar de trabajar».