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Más de una decena de alumnos han investigado los orígenes de sus familias y allegados./ YOLANDA MONTIEL
¿Y tú de quién eres?
MÁLAGA

¿Y tú de quién eres?

Un amo de casa entre 27 mujeres, una monja que colgó los hábitos y tuvo hijos, padres que vinieron de Cuba o de China. Los alumnos del instituto Juan Ramón Jiménez indagan sobre su familia y allegados a través de un curioso árbol genealógico

PILAR R. QUIRÓS

Martes, 17 de marzo 2009, 02:28

¿Quiénes somos y adónde vamos?, pregunta filosófica donde las haya y difícil de contestar. Los alumnos del instituto de Secundaria Juan Ramón Jiménez ya tienen respuesta para la primera parte tras un exhaustivo trabajo en el que han ido investigando sobre sus ancestros y otras ramas de su familia y que, seguramente, terminarán algún día cuando le sumen a las tablas sus hijos.

En la clase, más de una decena de alumnos hacen su trabajo con agrado. Muestran las cartillas de escolarización de sus padres, la foto de sus tías y madre cubana con sus amigas en La Habana, libros de familia, fotos en blanco y negro con mucho sabor y hasta el título de graduado escolar que alguien guardó con mucho cariño.

Mientras recortan unas letras de cartulina, que formarán parte del bosque de las ideas con palabras como nacimiento, población, natalidad, estudio y estadística, que han empezado a tener sentido en sus cabecitas tras la elaboración el trabajo, su profesor Rubén Aguilar explica los objetivos del proyecto.

Todo empezó en la mente inquieta de este joven y dinámico profesor de Geografía e Historia que, para explicar el tema cinco del programa de Tercero de ESO, pensó en que los alumnos realizasen una especie de árbol genealógico de su familia, pero en el que se incluyesen también otras entradas de otras personas relacionadas con su entorno familiar como marido o mujer de su padre o madre, padres, tíos y abuelos. Para no excluir a nadie, Aguilar, que contó desde el principio con el apoyo de todos sus compañeros, denominó este trabajo como 'Estudio de la población a través de los datos de familiares del alumnado'.

Así cada alumno debía indagar en la historia de su familia, y cada persona que forme parte de ella es una entrada en una tabla de registro en la que tienen que especificar datos como sexo, edad, nivel de estudios, trabajo que desarrollan, profesión, estado civil, lugar de nacimiento, lugar de residencia, y en el caso de ser mujer, el número de hijos. «Con todos los datos de los alumnos hemos realizado un total de 246 registros, que nos han mostrado buena parte de la realidad del barrio en el que viven (Cruz del Humilladero).«No sólo aprenden geografía sino lingüística, ya que tienen que elaborar unos textos de análisis, matemáticas, al hacer estadística; y además desarrollan sus competencias artísticas al realizar los trabajos manuales. Aprenden para aprender, que no es otra cosa que descubrir por ellos mismos cómo se llega al final del conocimiento», según explica la directora de este centro, Antonia Gallego.

Sectores

Así, han aprendido a través de sus familias que la industria no aparece en su barrio, ya que todos se decantan por el sector servicios, algo común al resto de Málaga; que la población activa femenina es menor que la masculina (un retrato de lo que pasa en el país), y que sólo hay un amo de casa frente a un grupo de 27 mujeres que se dedican en exclusiva a las labores domésticas.

Y lo que debería resultarles curioso en una dirección, les parece en otra. «¿Y por qué hay un amo de casa, eso no lo hacen las mujeres?», pregunta con incredulidad Mauro Axel, cuya familia vino de Argentina. Al lado, su compañero Cristian Romero le explica que su padre, que es a quien aluden, es un fantástico cocinero, y que menos planchar, porque no le gusta, hace de todo. «Y todo lo hace muy bien», subraya por si a alguien le quedaba alguna duda.

También han encontrado en sus indagaciones el caso de una monja que dejó los votos y tuvo hijos, y ejemplos de cómo muchos de sus padres están separados y la vida sigue, y por qué algunos de ellos como el argentino Mauro, el rumano Marins o la cubana Ingrid vinieron a España a mejorar sus vidas, mientras que los abuelos de otros en los años 60 fueron a ganarse al pan a otros lugares del mundo. En fin, una lección sobre la vida que mostrarán en una exposición, que se celebrará el próximo el próximo 25 de marzo. Un encuentro en el que mostrarán todos sus descubrimientos.

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