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Costas quiere reponer la arena de las playas con tierra de aluvión de cauces de ríos y arroyos. / EUGENIO CABEZAS
«Echar tierra para regenerar las playas es tirar el dinero»
MÁLAGA

«Echar tierra para regenerar las playas es tirar el dinero»

Los sectores turístico, empresarial y político claman por una solución definitiva para conseguir un litoral de calidad

PILAR R. QUIRÓS

Sábado, 21 de febrero 2009, 11:58

El malestar y la indignación corrió ayer de boca en boca como la pólvora. La decisión de Costas de reponer la arena de 40 playas con tierra de aluvión de los cauces de ríos, arroyos y presas -una actuación que el año pasado fue muy criticada por los malos resultados que dio con arena de mala calidad y sucia- cayó ayer como un jarro de agua fría sobre los profesionales del sector turístico, que se dieron cita en la feria de Expoplaya, en Torremolinos. Este fue uno de los foros en los que más se criticó esta actuación, que calificaron de «perniciosa» para la imagen turística de Málaga y sus playas. La Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), la de hosteleros (Aehma) y la de empresarios de playas lo tienen claro: «Echar tierra para regenerar las playas es tirar el dinero». Primero, porque todos los años hay que recurrir a estos aportes; segundo, porque el resultado no es el deseado; y tercero, porque esta tierra de aluvión suelta un polvo negro que da sensación de suciedad, y que provoca las quejas reiteradas de los turistas.

Durante la jornada, hubo un goteo de reacciones en los ámbitos políticos. El PP madrugó, y criticó la decisión de Costas porque discrimina y perjudica Málaga; IU no dudó en exigir al Ministerio de Medio Ambiente que la regeneración se haga con arena de los fondos marinos, y hasta el PSOE apostó, siempre que sea posible, por una solución más duradera para las playas, como las que se acometen en La Caleta, en Málaga, y en El Chucho, en Nerja.

Sin duda alguna, el sector turístico fue el más duro con la actuación de Costas. No hay que olvidar la rémora de que en Málaga aún no se ha finalizado el saneamiento integral, algo que ya les parece incomprensible, y ahora la decisión del Ministerio de Medio Ambiente se suma a lo que muchos definen como una tomadura de pelo. El presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Miguel Sánchez, puso el grito en el cielo, y afirmó que los aportes continuos de tierra lo único que nos llevan es a «tirar todos los años un montón de dinero por la borda». Por estos motivos, abogó por una solución definitiva para las playas malagueñas, «porque lo que hay que ofrecer a nuestros turistas es un servicio digno y limpio».

El presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playa, Norberto del Castillo definió esta práctica como un sistema «con fecha de caducidad que sólo se entiende como una solución temporal». En este sentido, aludió al «enorme desembolso económico» que se realiza cada temporada, y abogó por la adopción de otras medidas más efectivas a largo plazo como la creación de escolleras sumergidas o semisumergidas. En la misma línea habló el presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga, Rafael Prado. «El problema radica en que no se hacen bien las cosas, y que por eso estamos tirando mucho dinero. Con escolleras semisumergidas se protegerían las playas; sólo hay que ver el ejemplo en la playa de la Caleta; donde hay escolleras no se pierde la arena», sentenció.

Para la diputada del PP Celia Villalobos, «la nula sensibilidad del Ministerio y, muy especialmente, de la Dirección General de Costas respecto a las playas malagueñas ya está rebasando todos los límites», a lo que añadió que «el tratamiento y las exigencias que se aplican a Málaga son diametralmente distintos a los que se emplean en otras zonas del litoral mediterráneo, como son los numerosos casos de las comunidades de Cataluña y Valencia donde los aportes se realizan con arena marina».

El secretario provincial del PSOE, Miguel Ángel Heredia, también apostó por la estabilización de las playas allá donde sea posible, como en la capital malagueña y en Nerja. Y el máximo responsable de IU en la provincia, José Antonio Castro, criticó la desidia de Costas para echar mano de los yacimientos de arena del litoral, e indicó que su formación le va a pedir formalmente a la Junta de Andalucía que exija al Ministerio de Medio Ambiente regenerar las playas con arena marina.

La concejala del Playas de Málaga, Teresa Porras, dijo que a estas alturas nadie se cree que la tierra de los arroyos sea de calidad para las playas de Málaga, ya que es fangosa, y aseguró que el Ayuntamiento de la capital no permitirá que esta arena vaya a parar a la playa de La Caleta. La alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña, criticó que se quiera reponer la arena con tierra de río, ya que «bajará enormemente la calidad de las playas del litoral malagueño».

El alcalde socialista de Estepona, David Valadez, consideró que los aportes de arena son «siempre positivos», sobre todo en el caso de Estepona, muy azotada por los temporales, matizó.

Arena más limpia

El regidor de Benalmádena, Javier Carnero, subrayó la importancia de regenerar las playas de su localidad tras los temporales, y la alcaldesa de Vélez-Málaga, la socialista Salomé Arroyo, dijo que «se debería regenerar con arena de playa, que es más limpia».

El alcalde accidental de Rincón de la Victoria, Salvador Domínguez (PSIRV), denunció el hecho de que la regeneración del litoral se haga con tierra pudiéndose realizar con arena de caladeros, ya que la primera «levanta una polvareda muy molesta». El regidor de Nerja, José Alberto Armijo, también apostó por arena de calidad, y la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, dijo que Costas no puede seguir arreglando el litoral con chapuzas. Por último, la primera edil de Torrox (IU), Toñi Claros, dijo es inadmisible que se use arena de mala calidad y apostó por estabilizar de forma duradera la playa Ferrara, que sufre mucho los envites de los temporales.

Han participado en esta información:

Cristina González, Francisco Jiménez, Mercedes Periáñez, Eva Guzmán, M. Carmen Jaime, Agustín Peláez y Eugenio Cabezas

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